De una vez por todas-III

—De la misma manera que un cubo de hielo colocado sobre el sol se derretiría —Esther sintió que tanto sus rodillas como su corazón se habían debilitado ante las palabras de Belcebú. No estaba segura de ser una persona romántica y en el pasado se había preocupado al pensar en cómo tendría una familia o un amante.

—En algún punto del camino de su vida —había renunciado a la idea de tener una familia al saber lo fría que era y cómo encontraba tanto a humanos como a demonios como no confiables.

—Y sin embargo, ahora Belcebú le había dado su confianza y aunque él la hubiera alejado, ella podía estar tranquila todo el tiempo sabiendo que si algo ocurriera, lo tendría a él a su lado.

—El dedo de Belcebú se volvía más cálido bajo su ropa. Sus labios, que le sabían tan deliciosos a él, despertaban el lado salvaje de su interior.