Desgarrando Tú-III

Su avaricia gritaba de dolor. El mismo dolor insoportable que sentía Beel se le infligía también a su avaricia. El Beelzebú anterior no se habría atrevido a hacer lo que había hecho y sabía que todo era porque la avaricia les alimentaba la importancia de su vida en comparación con las de los demás.

Beelzebú, sin embargo, veía a Esther como una parte de su alma, que es más importante que él mismo.

Esther lo observaba desde fuera de la cueva, quien se retorcía de dolor. Eso la incitaba a correr tras él y proporcionarle consuelo por el dolor que tenía que soportar, pero la demonio a su lado la detuvo antes de que pudiera dar otro paso hacia él.

—El ritual es sagrado y muy delicado. Tu alma podría estar en peligro, así como la de él, si entras imprudentemente en los límites de la cueva —dijo la demonio.