Desgarrando Tú-II

Antes de irse, Belcebú miró el rostro dormido de Esther. Nunca había conocido la alegría de proteger a la persona que ama y no sabía cuán desinteresado podía ser cuando se trataba de proteger a la persona que más ama en el mundo.

Tras la muerte de su familia, nada más parecía tener importancia para él. Solo había querido demostrar que era fuerte, lo suficientemente fuerte como para incluso vencer la maldición con la que había sido afligido. Sin embargo, ahora solo deseaba una vida en el futuro libre de peligros con Esther y sus pequeñuelos.

Finalmente entendió el sentimiento que tenía Ian y por qué había elegido vivir una vida recta a diferencia de su vida temeraria anterior.

Con cuidado colocó los pies de Esther, a los que había vendado y curado por ahora. —Volveré pronto —susurró. Inclinándose hacia adelante, depositó un suave beso en su frente antes de desaparecer por completo del lugar.