Jereva la atrapó con facilidad, soltando una carcajada mientras giraba a Zoey en el aire.
—¡Ohhh, mi linda y pequeña sobrina! —susurró, apretando a Zoey con fuerza.
Finalmente la puso en el suelo, acariciando sus pequeñas mejillas.
—Te pones más linda cada vez que te veo. Algún día podría robarte.
Zoey rió entre dientes, acurrucándose en su toque.
—¿Dónde has estado? —puso cara de puchero—. ¡Has estado fuera por siempre!
Jereva sonrió, pasando un mechón de cabello de Zoey detrás de su oreja.
—Lo sé, lo sé. He estado ocupada. Lo siento.
—¿Demasiado ocupada para tu linda sobrina? —Zoey resopló, inflando sus mejillas—. Pensé que me querías.
Jereva rió, juntando sus frentes.
—Ohhh, mi pequeña niña atrevida. ¿Qué haría sin ti?
Zoey sonrió ampliamente.
—¡Serías aburrida!
Jereva echó la cabeza hacia atrás, riendo a carcajadas.
—Y también está orgullosa.
Rieron juntas, su risa llenando la habitación.
Pero entonces, la sonrisa de Jereva se suavizó.