Todos ellos vivieron muchísimas cosas con él, experimentando altibajos durante muchos años.
—Voy a contarles algo, algo que los maestros en este mundo no conocen... —William ya había fortificado el edificio y la sala en la que se encontraban con montones de matrices y formaciones de sellado. Si algún maestro quería espiar lo que iba a decir, tendría que invertir muchísimo tiempo y esfuerzo en hacerlo, y eventualmente fracasaría.
Incluso aquellos maestros cumbre fallarían sin duda alguna. William empezó a contarles sobre el lado de las Artes Místicas de este mundo, sobre los impactos, sobre el mundo del destino y suerte. Siguió hablando durante horas, sacando muchos pergaminos, los que había preparado de antemano para que los leyeran y aprendieran.