Rutina

—¿Cuáles son las coordenadas? —preguntó finalmente Kaizen, con voz firme.

Alaric levantó una mano y una pantalla holográfica apareció frente a él, iluminada por luces azules etéreas. Kaizen observó atentamente mientras Alaric navegaba hábilmente por los menús, sus dedos deslizándose sobre los íconos y datos como si fuera su segunda naturaleza. Finalmente, Alaric encontró lo que buscaba y transmitió las coordenadas a Kaizen mediante una notificación del sistema del juego.

El mensaje apareció frente a Kaizen con un sonido suave y familiar. Él abrió el menú y leyó las coordenadas: un conjunto de números y símbolos que indicaban ubicaciones específicas dentro del vasto mundo de Rise Online. Kaizen sonrió, un raro destello de esperanza en sus ojos.

—Nos reuniremos aquí, en este mismo lugar, mañana al caer el sol —dijo Kaizen, su voz llena de determinación—. Nosotros mismos emitiremos las invitaciones. Cephal, Alaric, ¿están de acuerdo?