—Puedes elegir tú mismo un líder de tu grupo, también me aseguraré de que ese hombre no venga a Waranal pase lo que pase, así que no esperes nada, todo estará en tus manos. Espero que sobrevivas.
—Vyriana habló con una expresión inexpresiva en su rostro mientras despedía a las mujeres.
Ahora, los únicos que quedaban en el Edén Velado eran Nux y la Mujer Dragón.
Y ni siquiera había pasado un minuto completo desde que las mujeres se fueron y el rostro de Nux ya estaba abatido.
—Esto es importante para su bien, Nux.
—Entiendo —Nux asintió.
Siendo honesto, no le gustaba nada esta situación. Era demasiado inseguro, sin embargo, al ver que sus esposas estaban determinadas a sobrellevarlo, decidió confiar en ellas.
Sin mencionar que por alguna razón, había una extraña seguridad en su mente de que, ya que estaban siguiendo los planes de Vyriana, no iba a pasar nada.
Debido a todo esto, Nux decidió no pensar en todo esto por un rato y se volvió hacia Vyriana.