—Mátalo.
—Felberta habló, Astaria se lanzó hacia adelante y de un solo tajo, la Bestia de 11 Estrellas de cinco metros de largo que era prácticamente un blanco abierto en ese momento fue decapitada.
—Heh. Creo que somos los primeros, ¿verdad? —preguntó Edda con una gran sonrisa segura en su rostro.
—¿Quizás vives en un mundo de sueños? —entonces escucharon la voz de Allura.
—Terminamos 2 minutos antes.
—Habían pasado 50 años, sin embargo, las mujeres seguían siendo tan competitivas como antes.
—Después de todo, esta pequeña competencia iba a decidir sus turnos.
—Entonces, ¿por qué no lo dijiste cuando lo hiciste? —preguntó Edda con tono de duda.
—¿Realmente importa? Seamos honestos aquí, todos sabemos quién es la más fuerte entre nosotros. La competencia nunca fue justa desde el principio. —respondió Allura mientras miraba a su compañera de equipo.
—Aisha, que estaba sentada sobre el cadáver de una Bestia, sonrió juguetonamente. Se siente bien ser la más fuerte.