"Ya escucharon muchachos, ¡A moverse! No tenemos todo el día" Grito el capitán mientras los 100 soldados bajo su mando se preparaban para acompañar un cargamento hacia las primeras líneas de defensa.
Los 4 camiones llevaban municiones para los soldados rasos y artillería, además de otras cosas como comida.
La compañía de cultivadores vestía un uniforme verde apagado que se mezclaba con el terreno alrededor de Serena el cual era un pasillo entre dos cadenas montañosas lleno de colinas las cuales su tierra y la roca debajo eran tan fuertes como el acero mismo, según estudios hechos por la milicia, la alta concentración de energía de tierra hacia que la misma se endurezca y fortaleciese brutalmente, dando a lugar a un terreno como era Serena, la cual recibió el apodo de las colinas inamovibles.
Debido a la dureza de la tierra, apenas había rastros de las cientos de miles de batallas que han ocurrido allí, y los pocos que habían logrado mantenerse, eran de batallas realmente significativas.
La única vegetación que había entre estas dos cadenas montañosas, era un pasto de color verde apagado que plagaba el terreno abierto, en el que ningún árbol era capaz de enraizarse.
"¿Cómo has progresado últimamente?" Un chico en sus 25 pregunto con cierta curiosidad hacia uno de sus compañeros que estaba en sus 32.
"Decente, con todo el entrenamiento táctica y físico no he tenido tiempo para cultivar" Rascándose la barba rojiza, el hombre en sus 32 sonrió como un zorro astuto y el joven a su lado hábilmente lo detectó.
"Colorado mentiroso" Frustrado, el joven apoyó sus manos sobre la parte posterior de su cabeza mientras seguía al resto de la compañía.
"Es normal tener bloqueos en el cultivo, no es algo sistemático y constante, necesitas relajarte y mentalizarte según tu cultivo, el tuyo está relacionado a la tierra ¿no? Entonces necesitas firmeza y resolución" A pesar de que el joven ya lo sabía, que se lo dijese alguien con años de experiencia en la cara le recordó cuanta experiencia y talento le faltaban.
"Agh, es..."
"¿Nervios? ¿Tensión? Ya lo sé, que haya participado en una emergencia antes no significa que no tenga miedo a morir, enano pedorro" Golpeándole la espalda con su mano, el hombre pelirrojo sonrió con optimismo, mostrándose firme y fuerte.
"E-" Antes de que el joven pudiese contestarle, el capitán hizo señas a ambos, por lo que avanzaron hacia él.
No solo ellos, sino que otras 18 personas se adelantaron y se pararon de a dos, lider y sub-lideres de pequeños grupos.
"Recibimos alerta sobre una posible emboscada en el Sector 322, vamos a usar Combate y Apoyo, quiero que se formen grupos de 10, 9 combatientes cuerpo a cuerpo y un francotirador cubriéndoles en paralelo desde dirección Selines, los enemigos van a buscar destruir las municiones y generar bajas así que manténganse alerta en los tramos finales" El capitán dio instrucciones concisas y de manual, por lo que nadie mostró ninguna queja.
"Si, capitán" dijeron los 20 soldados mientras se encaminaron hacia sus respectivos grupos.
"Tienes suerte, conmigo de apoyo no vas a terminar con ninguna bala en la espalda jaja" Con ya una contienda en su espalda, Ezequiel que había visto varias veces combatientes cuerpo a cuerpo recibiendo fuego amigo estaba seguro de que los inexpertos con gatillo suelto acabarían haciendo una cagada o dos.
"No digas cosas así imbécil, vas a hacerme querer mirar atrás" Con nervios, Damián miro a su compañero y el largo rifle negro azabache que cargaba en su espalda.
"No te preocupes, mi cultivo aunque es de fuego lo trata de forma concentrada, ya sabes, -Llama Concentrada- jaja" Siguiendo con sus bromas molestas, Ezequiel camino junto a Damián, el cual estaba más nervioso que antes.
Al unirse con su grupo, todos se ordenaron y comenzaron a hablar entre ellos, algo común y necesario era comunicarse adecuadamente para trabajar en equipo, y siendo la primera vez que lucharían juntos y que casi todos eran novatos, realmente necesitaban saber de que eran capaces.
"Mi talento es -Ojo de Tirador- me permite ver todo más lento al activarlo y además me da una buena visión" Dijo Ezequiel mientras estaba sentado junto al grupo tomando agua de su cantimplora.
"El mío es -Piel de tierra- soy más duro" Dijo Damián rascándose detrás del oído, todos le estaban viendo ya que sería el líder del grupo.
"Ya estuvimos hablando y en realidad ninguno tiene un talento útil..." Dijo uno de los soldados, parecía sentirse un poco perdido, y a un lado suyo, Ezequiel agitó su mano sin preocupación.
"Es común, uno siempre se cree que hay buenos talentos por todos lados, la realidad es que la mayoría son una mierda" Aunque lo decía en broma, Ezequiel que tenía experiencia dentro del ejército sabía que la mayoría de los que tenían buenos talentos, o seguían entrenando bajo cuidado especial, o formaban parte de regimientos más serios que en el que personas llamadas en emergencias se agrupaban.
La mayoría de los presentes no lo sabían, por lo que Ezequiel tranquilamente se los explicó.
"¿Eso no es malo?"
"No necesariamente, rara vez vamos a enfrentarnos a soldados de pies a cabeza de Septron, nosotros enfrentamos a los medio pelo, y sobre los talentos… No son nada comparado con el grado humano"
"Eh visto templados antes y no eran la gran cosa"
"100 hombres no podrían con un templado, y si pudieran varios tendría que sacrificarse, si de verdad hubieras visto uno en acción lo sabrías"
Para la mayoría de personas, un templado era poderoso, pero no la gran cosa, la única razón por la que creían eso era que jamás les habían visto en un campo de batalla y usualmente los países ocultaban que tan capaces eran para que otros no pudieran atacarles con facilidad.
-Es como si tuviesen 10 ojos a su alrededor, nada los toma por sorpresa y lo peor es que los hijos de puta son duros de matar- Recordar como un grupo de 4 templados entraban al campo de batalla hacia que a Ezequiel se le pusiesen los pelos de punta.
"Bueno, dejemos de lado los talentos, tienen técnicas, ¿Verdad? La mía es -Bala Ígnea- Me permite crear una bala condensando fuego y solidificándolo, es lo único que hago, pero lo hago de puta madre" Ezequiel se explicó llenó de orgullo, y no había razón para no tenerlo, sus balas eran fuego puro y sólido a la vez, era extremadamente difícil de defenderse de sus balas.
-Si tiene una defensa muy dura, la derrito, si es ignífugo, lo atravieso- Con eso en mente y su talento, Ezequiel decidió ultra-especializarse únicamente en crear sus balas y dispararlas.
"El viejo es absolutamente inútil cuerpo a cuerpo, pero a distancia hace que todos se caguen encima, por eso le dicen marrón jajajaja" Damián no tardo ni 3 minutos en decirles a todos sobre el apodo de Ezequiel el cual le saltaron unas venas en la sien de la rabia.
"Si, si, porque blanco es mejor, ¿no?" Ezequiel salto al cuello y explicó el apodo de Damián, al cual todos en la academia usaban como blanco porque lo único que sabía hacer era aguantar golpes y balas.
"Mis técnicas son -Pies firmes- y -cuerpo sólido-, y junto con mi talento, soy inamovible e impenetrable, pueden usarme de escudo si necesitan" Al igual que Ezequiel, Damián estaba lleno de orgullo en sus técnicas y talento, aunque nunca los había puesto a prueba en combate a muerte, sabía cuan fuerte era.
-No por nada me gradué de Oficial...- Siendo un joven por encima del promedio durante sus últimos años en la academia, Damián había entrenado sin parar durante años para conseguir un buen lugar como lo era la Décima Compañía de Cultivo de Combate o la 10CCC para abreviar.
"Nosotros 4 elegimos las técnicas genéricas, -Puñalada Veloz-, -Contraataque Veloz- y -Pies Veloces-" Dando un paso adelante uno de los soldados señaló a otros los cuales asintieron, al parecer llevaban algunos años dentro de la compañía, pero jamás habían tenido experiencia real en combate.
"¿Los 4 usan espadas largas?" Pregunto Damián a lo que todos asintieron.
-No es malo... Tienen que haber entrenado juntos durante algunos años, así que el trabajo en equipo no debería ser malo- Razono Damián mientras asentía con cierta tranquilidad -Al menos una parte del escuadrón se compenetra-
"Soy Pedro, mis técnicas son -muro de tierra- y -estaca de tierra-" Mostrando un gran control de la energía de tierra, Pedro sonrió con algo de nervios "Espero me ayuden si se acercan los perros de Septron"
"Los controladores son raros de encontrar, pero siempre se aprecian, quédate tan cerca como puedas de los camiones y no te me separes mucho, voy a cubrirte tanto como pueda" Damián ahora estaba encantado, tal y como había dicho, personas que se especializasen en control elementos a su alrededor en lugar de luchar físicamente eran raros de encontrar ya que era muy fácil eliminarles si no contaban con apoyo.
"Te sorprendes demasiado, últimamente Selines a estado apostado a la ultra especialización, no les gustan los aprendices de todo y maestros de nada, las épocas están cambiando..." Ezequiel al contrario de triste estaba encantado, desde que estaba en la academia se concentró en una cosa y solo una, convirtiéndose en un maestro en cuestión de francotirador pero un inútil en todo lo demás.
-Solo ahora están empezando a apreciarme-
"Tiene sentido, cada día hay más personas y cultivadores, podemos cubrir nuestras débiles con las fortalezas de otros" Pedro que a diferencia de Damián acaba de acabar la academia y apenas tenía experiencia, había sido entrenado con la mentalidad que Ezequiel acaba de mencionar.
"Me alegro que sean de mente abierta, porque mis técnicas son más que raras -Quebrar Mente- y -Manipular-" El silencio perduró unos segundos mientras el joven que también acababa de salir de la academia estaba parado sonriendo con gracia mientras veía las expresiones de todos.
"Me alegra tenerte de mi lado" Ezequiel dijo con un tono jocoso y una sonrisa maliciosa de solo pensar lo que pasaría con los soldados de Septron cerca del enfermo de su compañero de escuadrón.
"Manipular me permite tomar control de alguien con menos energía interna que la mía, pero necesito usar la misma cantidad de energía interna que la que él posee para usarle, además de que requiere de aproximadamente un minuto para recién comenzar y otro minuto para tomar control total" El joven aun sin presentarse explicó su técnica la cual era extremadamente difícil de aplicar y seguramente un infierno de aprender, dejando a todos un poco fuera de lugar.
"Es más útil de lo que parece, háganme caso, una pelea no se define ni en 20 minutos a menos de que un lado sólo sepa cagarse encima" Ezequiel que parecía ser el único que apreciaba las técnicas de joven rarito, no dudó en defenderle, ganándose algo de su aprecio.
"Quebrar Mente es más fácil, transformó mi energía interna en poder mental y directamente choco contra la mente de la persona, si la persona no tiene una mentalidad firme entonces cae inconsciente, si directamente no es un cultivador o tiene una mente débil puede caer muerto" Un ataque realmente difícil de defender y de detectar, pero como siempre, cuánto más poderoso el ataque, más difícil es aprenderlo y usarlo sin dañarse a uno mismo.
-Si convierto demasiada energía en poder mental mi mente revienta como un globo, muy poca y al chocar yo acabo hecho mierda- Jugar en la línea era algo que apreciaba y disfrutaba, cuanto mayor el riesgo más placer sentía, no por nada era un rarito.
"Ah sí, me llamo Gabriel"
"Gracias pero no, prefiero llamarte rarito" Ezequiel le dio unos golpes amistosos en el hombro mientras sonría "Nos vamos a llevar bien"
"Sería genial jajaja" Ambos se sonrieron de forma astuta y malvada pensando en todas las cosas que podrían hacer para aterrar a los Septrones.
"Soy un lancero genérico"
"Yo también soy lancero, pero en lugar de -Corta Tobillos- y -Puñalada simple- uso -Golpe Apresador- y -Puñalada permanente-"
"Bueno, genial, tenemos a nuestra ofensiva y nuestra defensa bastante marcada" Damián que observó al escuadrón contento, se sintió optimista al saber cuán capaces eran sus compañeros.
"La emboscada según el capitán va a ser en el sector 322, es a un día entero de distancia, podemos discutir tácticas pero a la hora de la verdad no importa cuánto hayamos planeado nos van a joder... Así que vamos a ir a lo simple" Explicando y dando órdenes simples, Damián al terminar miró hacia Ezequiel buscando confirmar si no había dicho nada mal, y el mismo le asintió dándole certeza.
Sentándose en la parte de atrás de una camioneta, los 10 miembros del escuadrón se relajaron durante algunas horas, tratando de evitar fatigarse antes del momento clave.
"Atención a todos los escuadrones, estamos entrando en el sector 320" Fue entonces que la voz del capitán sonó por la radio, a lo que todos se pusieron se sentaron rectos y prepararon para la posible batalla.
"Recuerden, no se separen, si el enemigo se aleja lo dejan, si se acercan los atrapan, nunca esperen ayuda a distancia, pero siempre téngala en cuenta" Damián comenzó a dar instrucciones y repetir las formaciones básicas, a lo que el escuadrón asintió.
Desde hace casi media hora, Ezequiel y los francotiradores se separaron del convoy y comenzaron a moverse en paralelo ocupando terreno más alto.
La tensión se sentía en el aire, y ya nadie del escuadrón hablaba en vano, estaban atentos y tensos, los informes por radio comenzaban a sonar entrecortados debido a la alta concentración de interferencias en la primera línea de batalla.
Septron tomó como estrategia cortar comunicaciones en las primeras líneas e infiltrar grupos de cultivadores para atacar los convoyes mientras acechaban en las trincheras frente a Serena desgastando lentamente las defensas.
Más que una guerra intensa que buscaba un ganador, era un desgaste de recursos y vidas, como si Septron estuviese tratando de evitar que Selines pudiese usar sus recursos para continuar con su expansión.
Ezequiel que estaba de brazos cruzados y acostado abrazando su rifle mientras calma su corazón que palpitaba con fuerza, de pronto escuchó un grito.
"¡Los veo! ¡Todos a posiciones!"
Levantándose de un salto y colocándose en posición, Ezequiel observó desde su mira, todo se movía lento para él, por lo que veía con claridad lo que estaba por ocurrir.
4 enormes picos de tierra se levantaron delante del primer camión que lideraba el convoy bloqueando su camino, pero en lugar de detenerse, líneas rojas se esparcieron a través del camión y este avanzó con más fuerza, destrozando los 4 picos y chocando contra un grupo de 4 hombres que llevaban escudos y parecían haber creado una barrera en los pocos segundos que los picos se habían creado.
El camión se estrelló contra la barrera, pero esta vez no logró romperla y se detuvo en su sitio provocando que todos los camiones detrás chocasen entre ellos en sucesión.
Con una -bala ígnea- ya en la recámara, Ezequiel respiro con calma y con una mirada llena de intensidad, entrecerró los ojos los cuales brillaban como un fuego descontrolado, apretando las llamas de sus pupilas.
-El fuego está bajo mi control- Pensó para sí mismo mentalizándose y entonces, apretó el gatillo antes de que nadie pudiese siquiera empezar.
Una línea roja delgada salió desde su rifle directo el torso de uno de los soldados de Septron.
La bala reventó contra el hombro del soldado y provocó que cayese al suelo gritando de dolor.
La bala había perforado la armadura y quemado parte del hombro, dejando el hueso expuesto.
"Uno" Dijo Ezequiel con una sonrisa en la cara y sus ojos de vuelta llenos de fuego y rabia.
Desde los camiones, todos los escuadrones comenzaron a salir y notaron como soldados de Septron salían del suelo a los lados de la carretera.
El capitán que estaba al frente del todo y vio como uno de los soldados escudados caía al suelo y barrera se debilitaba, apretó su martillo de guerra a dos manos y comenzó a acelerar hacia la barrera con la intención de abrir el paso.
"¡Ya quisieras!" Grito un hombre de aspecto deteriorado mientras volaba a dos pasos por encima del suelo a gran velocidad con su lanza.
"Tch, escoria" El capitán tuvo que rápidamente reaccionar y girarse para bloquear el ataque del lancero Septron.
Vides negras se desprendieron del suelo y crecieron lentamente atrapando el camión que lideraba el convoy, bloqueando así completamente la ruta.
"Bien, a muerte es" Dándose cuenta de la situación el capitán no dudó en cómo dirigir la batalla, y esa era una batalla a muerte.
"Al menos tienes coraje" Dijo el hombre vestido con una armadura verde apagada y ajustada, su cabello largo y descuidado, además de su barba maltrecha le daban un aspecto deprimente y desgastado, pero sus ojos eran filosos y firmes.
Antes de que el capitán pudiese moverse para continuar la batalla, una bala pasó rozando el cuerpo de su oponente pero fallando por poco.
"Tu apoyo no es muy bueno jajaja" volando hacia el capitán, el hombre sabía que si quien apoyaba a su oponente no era capaz de darle estando quieto, jamás se atrevería a disparar si ambos estaban enfrascados en una batalla cuerpo a cuerpo.
"No necesito apoyo contra un perro de Septron"
Mientras el capitán lidiaba con quien parecía ser el campeón enemigo, a los costados de la carretera batallas se desataban.
El intenso ruido de tierra desplazándose resonó y un muro de casi 2 metros de alto y medio metro de ancho se levantó con firmeza, bloqueando el sexto camión desde ambos lados de todo daño.
"¡Maten al controlador!" Grito el líder del escuadrón de 12 hombres de Septron pero mientras gritaba órdenes desde detrás, de repente miró con horror hacia Gabriel que estaba escondido exactamente detrás de Damián el cual estaba parado en posición, con su escudo en la mano derecha y su maza en su mano izquierda.
"¡Aghh!" el hombre dio dos pasos hacia atrás luego de sufrir de un repentino dolor de cabeza intenso, pero sacudiéndola y golpeándose con el mango de su espada la sien, el hombre se centró de nuevo en la batalla, pero no sin antes lanzar una mirada iracunda hacia Gabriel, el cual le sonrió de forma burlona.
El sonido de armas chocando se escuchaba en todas partes, y aunque a vista de alguien inexperto todo era un caos, existía un orden allí.
Los soldados de Septron no estaban logrando romper la línea de defensa y atacar directamente los camiones, pero estaban lentamente abriéndose paso contando con superioridad numérica.
*Bang* justo delante de Damián la cabeza de su oponente explotó en pedazos quemados, y desde los restos, humo negro con un olor desagradable se levantaba.
Todos los soldados de Septron se pusieron increíblemente nerviosos y aterrados, después del todo, quien murió estaba a solo unos metros de Damián, y aún así la bala fue perfecta.
"Fiiuuu, seguro que estas sudando como nunca antes jajaja" murmuro Ezequiel viendo a Damián que estaba congelado en su lugar, sin atreverse a mirar hacia atrás pero con ganas de insultar a Ezequiel hasta la muerte.
-¡Quien en su sano juicio dispararía a alguien a solo unos metros de sus aliados!- Es lo único que podía pensar Damián, pero dada la situación en la que estaban, Ezequiel era una luz de esperanza –Después del todo… Nos superan en números-
"Acérquense al camión, úsenlo de cobertura" grito en líder del escuadrón enemigo al ver como su compañero moría en un instante.
-Un tirador habilidoso, con experiencia y sin miedo al fuego amigo, necesitamos salir de su mira- Observando con cuidado hacia la dirección de Ezequiel, el líder de escuadrón frunció el ceño –Se suponía que debían ser reclutas de emergencia… ¿Puede que haya soldados oficiales?-
La diferencia entre ambos era brutal, especialmente en Selines, donde quienes optaban por no ser del ejercito rara vez recibían un entrenamiento estricto o encontraban experiencias de luchar y matar otros humanos.
"Ábranse paso a toda costa ¡Ya!" Lanzándose al frente, el líder lideró una carga directa hacia Damián que ahora estaba delante de Pedro.
Si eliminaban al controlador, la muralla perdería las mejoras espirituales que Pedro les daba y caería mucha más fácilmente, provocando que los Septrones pudiesen luchar a cubierto de francotiradores, además de completar su misión de sabotear el convoy.
El líder Septron a cargo, se lanzo sin ninguna duda hacia Damián, y mientras realizaba su carrera, su lanza negra con un bandera azul atada en la parte posterior, se rodeó en una energía celeste crepitante y llena de poder.
"Mierda" Apretando el agarre de su escudo, Damián desplegó todas sus técnicas a toda potencia preparándose para el impacto.
El sonido de un relámpago estrellándose resonó con menos poder que el que podría esperarse, pero eso es lo que lo hacía más aterrador, habiendo logrado concentrar todo ese poder en la punta de su lanza, el líder de escuadrón Septron clavó parte de la punta de su lanza a través del escudo y lo dejo a medio romper.
"¡Ahora!" Grito el líder Septron dando una orden clara de avance, y sus soldados empujaron a sus oponentes comenzando a ponerse a cubierto, pero antes lograrlo todos volvieron a ver una racha roja cruzarles por encima y destrozarle la pierna a uno de sus compañeros.
"¡Molesto hasta el final! ¡Acaben con el controlador! Yo me encargo de este" agitando su lanza y usándola como un látigo, el líder Septron castigo los costados de Damián el cual apenas reaccionaba a su velocidad y técnica implacable.
Dos gruesas estacas de tierra se levantaron a los lados de Damián de repente, cubriéndole del hostigamiento y cubriendo aún más a Pedro.
"Tortugas molestas, siempre escondiendo el cuello" Rechisto el hombre pero en lugar de rendirse o dar un paso atrás para replantearse la situación, el hombre usó sus años de experiencia en combate para tomar una decisión al instante "Tu escudo no va a aguantar"
Lanzando fuerte y rápidas puñaladas con su lanza mientras disfrutaba de su amplio alcance, el líder Septron aprovechó para observar la situación a su alrededor, notando así un estancamiento.
-Ya no tenemos ventaja numérica, esto puede complicarse si no m- Pero antes de que pudiese seguir pensando volvió a sentirse gravemente amenazado y se giró rápidamente, viendo a Gabriel que estaba junto a un lancero el cual parecía realmente bueno en atrapar y mantener a raya a otros.
Nuevamente -Quebrar Mente- golpeo al hombre, esta vez fue más fuerte que antes y le hizo doblar las rodillas y mirar al suelo durante unos segundos, los cuales fueron clave.
Golpeando con su maza hacia la cabeza del hombre, Damián no desperdició la oportunidad pero el lider Septron logró reaccionar y cubrirse usando su lanza.
Rodando hacia atrás del impacto y con una herida en su cabeza la cual sangraba y le tapaba su ojo derecho.
Damián intentó continuar pero el hombre rápidamente se recompuso y torciéndose a un lado esquivando el ataque, colocó su mano sobre las costillas de Damián y sonrió sádicamente.
Desde sus dedos brotaron rayos que se clavaron como uñas y crepitaron por medio segundo.
"Aaahhh" gritando de dolor Damián cayó a un costado al sentir que su pierna se dormía por la electricidad.
En lugar de apuntar a Damián que había caído al suelo, el hombre rápidamente aceleró hacia Pedro quien había quedado desprotegido.
El sonido de un disparo hizo que el lancero reaccionase y agachase la cabeza, desde la cabina del camión, el conductor había salido y se había colocado sobre el muro.
A pesar de solo ser un humano común y sin talento o poder, el soldado tomó valor y salió a apoyar en la batalla.
Pedro que vio al líder Septron retroceder y esquivar las balas del soldado raso, noto como toda su espalda estaba empapada de sudor y sus manos le temblaban, justo ahora... Estuvo a punto de morir.
-Así de fácil...- Respirando con dificultad, la perspectiva de todo alrededor de Pedro comenzó a cambiar, esto no era un entrenamiento, era una batalla a muerte y claramente, todos del otro lado le querían muerto, especialmente a él.
Desde este punto, Pedro quedo completamente congelado y atrapado por el miedo.
Y desde otro punto, no muy lejos. Gabriel que veía a un soldado de Septron acercarse cada vez más a él para matarle, sonrió sádicamente.
"Te tengo" habiendo terminado, Gabriel uso -Manipular- y tomo control parcial del soldado, sus piernas le fallaron por completo cayendo de cara al suelo "todo tuyo"
Clavando su lanza en la espalda y atravesándole el corazón, Bruno giró su lanza y usó golpe apresador sobre su otro oponente.
Golpeando con el pomo de la lanza el hombro de su oponente y provocando que una pequeña enredadera creciera desde ese punto molestando sus movimientos.
La batalla lentamente se estaba definiendo y el líder Septron que observaba todo a pesar de la situación en la que estaba, comenzó a ponerse nervioso.
"grupo 5 a grupo 6, refuerzos" Sin pensarlo mucho más, este tomó la radio y llamó refuerzos de uno de los grupos próximos al suyo.