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Cap 17: Para una perfecta conquista

“¡Iván! No, no” Usando una Inyección de Vida y apretando la herida, Jeremías arrastro a uno de los pocos miembros de la compañía que eran soportables, detrás de una caja y le cubrió.

“No quiero morir, por favor… No… Mama” El chico de solo 20 años que tenía una horrenda herida en el costado de su cabeza y varias balas en el torso estaba llorando y temblando, apoyado sobre las piernas de Jeremías, que trataba de salvarle inútilmente.

 “No vas a morir, vamos a vivir, vamos a vivir” Solo luego de varios segundos de completo caos es que las barreras y otras formas de protección se levantaron, permitiendo que los soldados respirasen, pero solo algunos, ya que otros habían dejado de respirar.

“¡Mierda!” Golpeando su puño contra el suelo, Jeremías solo podía ver como Iván moría lentamente, desangrado y llorando, delirando que volvía a casa a ayudar a su madre “¡Septron!”

La rabia e impotencia, el desprecio que tenia contra Septron, eso era algo, si no lo único que compartía con todo su corazón, con quienes le rodeaban, y esa ira ahora mismo era inmedible.

“¡Jeremías! ¡Reacciona!” Sujetándole del hombro y arrastrándole, Eduardo comenzó a moverle hacia donde estaban concentrando sus defensas, pero este tardo en reaccionar.

“¡Jefe!” Otros miembros de sombra los cuales le vieron corrieron a buscarle, pero cuando le vieron llorando y a punto a explotar de rabia, se calmaron de golpe, después del todo, ellos le conocían mejor que nadie, ellos sabían cuan poca paciencia tenía ese hombre de solo 25 años.

Pero con todos los soldados congregándose en un único lugar, el caos no tardo en esparcirse, ¿Quien tenía la culpa? O mejor dicho, ¿A quién iban a culpar? Algunos comenzaron a discutir entre ellos, pero tan pronto como todo parecía estar saliéndose de control, los 3 capitanes y sus vice-capitanes tomaron las riendas.

“¡Bastaaa! ¡En fila! ¡Nos retiramos!” Grito el capitán de la Decima Compañía, Eduardo Romero, pero antes de que pasasen 2 segundos, otra voz resonó con más fuerza desde no muy lejos suyo.

“¡No! ¡Mantengan filas! ¡Resistimos posición!” El capitán de la Octava Compañía puso sus órdenes por encima, haciendo que todos los soldados comenzaran a entrar en caos interno.

“¡¿Estás enfermo?! ¡¿Resistir?! ¡¡¿Qué vamos a resistir?!!”

“¡Huir es darles la espalda! ¡¡Nos matarían a todos!!”

“¡No podemos quedarnos! ¡Son 500!”

“¡Cobardes! ¡Tengan dignidad!”

“¡Prefiero tener una vida! ¡Imbécil!”

Mientras todo esto ocurría, ambos capitanes estaban observándose con una rabia similar con la que los soldados discutían, pero a la vez, observaban hacia el capitán de la Novena Compañía el cual estaba en un silencio mortífero, tratando de pensar.

“Mantenemos posición” Dijo el capitán de la novena compañía en un tono lleno de dolor, huir podría salvar a algunos, pero la mayoría moriría con una bala en la espalda, además de que perder la posición designada no solo era un inconveniente.

Era como romper una represa, el daño seria cada vez mayor y era imposible saber donde terminaría, ¿Las rocas muertas entrarían al campo de batalla principal? ¿Romperían las líneas de suministros? No podía saberlo, principalmente porque…

-¡No tengo idea que tan importante es lo que estamos haciendo!- Y esto estaba volviendo loco al capitán de la novena compañía, al punto en que prefería mantener posición con la esperanza de que llegasen refuerzos.

“Carajo…” Dijo Eduardo en voz baja y dando un paso hacia atrás, mientras que el capitán de la Octava Compañía daba uno adelante.

“¡Suficiente! ¡Mantenemos posiciones! ¡Levanten muros de 0,5m! ¡Usen cajas! ¡Retornamos fuego en 2 minutos!” El hombre de 40 años, quedo incuestionablemente a cargo de las 3 compañías en un instante, y aunque a varios soldados les costó retomar valor para luchar, no tenían otra opción.

Desde el momento en que la primera ráfaga de balas había caído sobre ellos, los 3 capitanes ya habían dado un aviso de emergencia hacia Fortaleza Blanca, y aunque Septron había intentado interceptar comunicaciones, esta vez habían fallado.

“¡Usen los CTB-3 y ACB-3 como barreras!” Viendo que muchos soldados aun les faltaban agallas, el demencial capitán de la Octava Compañía tomo la decisión más drástica posible, y sacrifico los vehículos, esto casi causo un revuelo, pero Eduardo y Hugo le acompañaron.

“¡Sigan las ordenes del 8vo Capitán!”

“¡Muevan los vehículos!”

Y no solo ellos dos, sino que el capitán y vice-capitán de la Novena Compañía también.

“¡No se queden mirando! ¡Obedezcan!”

“¡Sigan las ordenes del capitán!”

Ya habiendo caído bajo sus órdenes, estas 4 personas eran más que suficientemente inteligentes para saber, que dividirse en este momento de caos total seria matarse solos.

Cuando todos los soldados tomaron posición, detrás y dentro de los vehículos, con sus armas apuntando hacia Septron, muchas de las paredes y muros se derrumbaron, exponiendo al ejército de 500 Septrones.

“¡Fuegoooo!”

El ruido y olor a pólvora inundo a los soldados de Selines, pero desde el lado de Septron, no hubo ningún cambio, bueno, ningún cambio negativo.

“jajaja, los perros de Selines reaccionaron mejor de lo normal” Observando cómo incluso habían decidido sacrificar sus vehículos blindados, el hombre a cargo de los 500 hombres estaba sonriendo de oreja a oreja “¿Cuántos habían?”

“Aproximadamente 300, joven señor” Respondiendo al chico de 22 años con el mayor de los respetos, el experimentado soldado de 40 años que estaba recto a su lado, miro hacia donde estaban los hombres de Selines y resoplo “Y si, joven señor, usted tiene razón, estos reaccionaron bien”

Tenían muchos planes para darles caza si intentaban huir, pero jamás se esperaron que incluso agotados y con desventaja numérica, los cobardes Selineos mantuviesen posición.

“Bueno, realmente no importa como reaccionen, la batalla estaba decidida antes de empezar” El chico rubio y alto, fornido y vestido en una armadura dorada bella y elegante, con su capa roja con el emblema familiar de su casta, caminaba con un aire tan poderoso al verse rodeado por soldados, que incluso los soldados de Selines no podían quitarle los ojos de encima.

“Eso es correcto, joven señor, nadie puede detener a un General Dorado como usted” Con arrogancia y orgullo, el soldado veterano sonrió observando al joven noble a su lado, este no era un don nadie, sino que era el hijo de un Conde, el Conde del Oro para ser exactos.

Conocido por su método de cultivo único, que el mismo creo, -Ordenes de Oro- es excepcional y único al punto de que la UMD incluso pago para obtenerlo del mismísimo conde.

“Primera Compañía, avancen” Grito el joven general, y con su grito todos los soldados que estaban en la primera línea, cubriendo con sus escudos a los demás soldados comenzaron a avanzar con más facilidad, como si al recibir la orden, de pronto esta se hubiese vuelto más sencilla.

“Segunda Compañía, concentren fuego en C1” Con otro grito, el joven señalo el punto exacto donde estaban los capitanes enemigos, y a los ojos de todos los tiradores, se volvió claro y fácil apuntar allí.

-El tiempo es un lujo…- Por más arrogante y soberbio que fuese, el joven señor Augusto Aurum, era un general hecho y derecho, criado por su padre con esplendor, él era el hijo favorito, el heredero y el más talentoso miembro de los Aurum.

Y esto se notaba no solo en cuán bien entrenado estaba el propio Augusto, sino que sus soldados también, pero esa no era la única ventaja, sino que el equipamiento de los Septrones era de primera.

Armaduras y armas de grado 3, y especialmente los escudos de asalto que la Primera Compañía estaba utilizando, eran casi como hacer trampa, era un armamento estandarizado por soldados de alto calibre que creaba una barrera delante de ellos sin necesidad de usar una técnica, solo entregando energía espiritual al escudo.

 Esta barrera se volvía física por lo que le añadía peso al escudo y al soldado, pero era como tener un muro móvil, uno el cual podía retornar fuego ya que las balas especializadas de los soldados de la Segunda Compañía pasaban a través de esta barrera como si no existiese.

“¿C-como se supone que peleemos?” Murmuraban algunos soldados de Selines al ver la barrera moverse, impune e inclemente.

Cada segundo que pasaba, era una vista más clara de las fuerzas enemigas, y solo el verles era un horror, era como ver a la muerte caminar hacia ti y no poder moverte.

“Podemos plantar algunos explosivos…”

“Estamos cara a cara, ¿Crees que van a caminar sobre ellos? No seas idiota” Tirando al suelo la idea del 9no Capitán, el 8vo vice-capitán le miro como a un idiota, pero otra voz se escucho a su lado.

“Cargar con explosivos a los vehículos blindados aun capaces de moverse y enviarlos”

“No es una mala idea, pero no tenemos explosivos suficientes como para causar daño significativo” Asintiendo, el capitán de la Octava Compañía miro a Hugo quien había dado la idea y suspiro.

-Incluso si estuviésemos en perfecto estado esta sería una batalla perdida… Pero ahora… Están aquí para rematarnos- Apretando el entrecejo con rabia, el 8vo capitán miro al cielo y suspiro resignado.

“Envíen los vehículos hacia el centro de la formación cuando estén cerca de distancia de combate, tenemos que romper su formación y dividirles, no podemos dejar que nos rodeen” Dando las ordenes, el 8vo capitán vio a los demás capitanes y vice-capitanes moverse con rapidez, enviando sus ordenes, para luego volver a colocar su mirada sobre los Septrones.

Cargando uno de los 5 vehículos blindados con explosivos, y posicionando los restantes 4 para cubrirle, el 8vo capitán tenía pensado arrastrar tantos soldados de Septron como fuese posible, pero el plan ni siquiera había iniciado, y ya había fallado.

“No dejen que esos vehículos se muevan” Manteniendo su mirada sobre el campo de batalla con sobriedad, Augusto Aurum a pesar de su actitud arrogante, no tenía pensado perder siquiera un soldado.

-Esta es mi presentación, ¡Y va a ser gloriosa!- Con una sonrisa sádica, el joven no veía humanos o personas delante suyo, los soldados de Selines no eran más que herramientas para su ascenso y batalla por ser el próximo cabeza de familia.

Las ruedas de los vehículos blindados comenzaron a sufrir cada vez más, y aun no habían comenzado a moverse, por lo que el capitán de la 8va compañía grito ordenes inútilmente intentando que los soldados se apurasen.

Reventando su pie contra el concreto grado 3, el 8vo capitán que vio a solo 3 vehículos blindados acelerar tenía una expresión arruinada y decaída, la cual para Augusto que estaba observándole era un deleite único que jamás había probado.

“Jajajajaja, ahora entiendo a mi padre, los perros de Selines son graciosos” Varios soldados a su alrededor sonrieron y se rieron junto a él, pero todo sin perder de vista su objetivo “Disparen 5 E-3, no quiero sorpresas”

Y en un instante, 5 hombres con bazookas se posicionaron y dispararon, fueron 5 pequeños misiles negros con franjas rojas, los cuales al impactar contra los vehículos blindados estos explotaron con tal potencia que los vehículos no solo frenaron, sino que volaron hacia atrás.

Y la explosión del vehículo central, fue mucho mayor de la esperada, provocando que Augusto asintiese “Si… Me lo imaginaba”

“2 minutos para confrontación, escudos al 60%... Todo está listo para la batalla” A un lado de Augusto, el soldado veterano quien le había servido desde niño comenzó a desplegar un mapa 3D de la zona 7, haciendo zoom sobre la sección 100, todo mientras un cronometro seguía reduciendo su tiempo, quedando 5 minutos.

“¿Alguna noticia de la sección 101?” Pregunto Augusto, pero el soldado veterano solo negó con su cabeza lentamente, provocando que este observase hacia norte con una ligera preocupación.

-Quizás apuntar a dos de las plataformas fue avaricioso, pero bueno… Son solo plebeyos- Haber dividido su batallón entre soldados de verdad y soldados de emergencia fue una decisión un poco drástica, pero Augusto no tenía pensado arriesgar su vida luchando con… Plebeyos.

Mientras Augusto que estaba detrás de los 500 soldados de Septron esperaba noticias del segundo campo de batalla, los soldados de Selines que ya habían caído en una desesperación total al ver todo fallar comenzaron a quebrarse.

“¡No, no noooo!”

Un hombre de unos 30 años simplemente tiro su rifle de asalto al suelo y salió corriendo, simplemente el línea recta, corrió hacia el este, donde estaba Fortaleza Blanca.

Y ese hombre, que nadie conocía o recordaba el rostro, fue el desencadenante, uno tras otro, soldados completamente rotos simplemente comenzaron a tirar sus armas y correr, las balas les pasaban por los lados y a veces les daban, matándolos o dejándolo moribundos.

 “¡No quiero morir!”

“¡Mi hijo! ¡Tengo hijos! ¡Por favor!”

“¡Hijos de puta! ¡Mantengan posición!”

Un soldado que estaba viendo como varios a sus lados se levantaban y huían como idiotas, perdió completamente la cabeza y tomando su rifle, disparo a sus propios compañeros, matándoles.

¡Caos!

“S-se… Acabo” Sentado mirando hacia los soldados de Septron, Pedro había perdido toda esperanza, desde hace casi medio minuto que estaba congelado, pero ahora… Ahora simplemente se había rendido.

“Tenemos que hacer algo” Joaquín que tenia a Damián apoyado a su lado, no dudo en dar su opinión, pero este solo negó con la cabeza.

“Jajaja, ¿Qué? ¿Qué deberíamos hacer?“ Damián miro a los miembros restantes del grupo, solo quedaban Bruno, Ezequiel, Pedro, Gabriel y Joaquín, los demás eran cadáveres en el suelo, y luego miro su propio brazo derecho, el cual había perdido.

“Matar” Una voz ronca y llena de odio despertó a los miembros restantes del grupo, Jeremías se había acercado a ellos con los miembros de Sombra “O eso me encantaría, lo que hay que hacer es huir”

Una expresión extraña se formo en el rostro de los miembros del grupo de Damián, pero viendo la situación, ¿Importaba si desobedecían órdenes? ¿Importaba recibir bajas deshonrosas? ¿Algo más importaba a parte de vivir?

“Primero, salir de la plataforma, segundo usar los cadáveres de las rocas muertas para movernos lejos, tercero… Rezar” Un joven de 23 años, de cabello negro y ojos celestes como cristales explico, y todos los demás le prestaron atención mientras ignoraban las ordenes del 8vo capitán que resonaban en sus SPs.

 “Resistan, refuerzos están llegando, mantengan posiciones” Repetía sin detenerse, pero muy pocos soldados realmente obedecían.

“No queda mucho tiempo antes de que alcancen el borde de la plataforma, cuando lo hagan… Se acabo” Con esa última advertencia, todos los miembros de sombra comenzaron a prepararse para un sprint hacia los cadáveres de las rocas muertas.

“Que le jodan, ¡Que le jodan a todo!” Tirando su lanza a un lado, Bruno tomo un pedazo de metal para usar de escudo y se acerco a los miembros de sombra, Damián se mordió los labios y también le siguió.

“Estoy…Jodido” Gabriel que era físicamente lento y débil, también se acerco pero con una actitud pesimista, sabía que era poco probable que sobreviviese.

“¡YA!” Con un grito, el grupo de 9 soldados corrieron separados, cada uno a su manera y no pasaron ni siquiera 2 segundos antes de que las balas comenzaran a caer sobre ellos.

“Aah” Recibiendo una bala en el centro de la espalda, Gabriel cayo seco al suelo con un grito apenas oíble.

“AHHH” Lanzando un espantoso grito de dolor, Bruno cayó al suelo al perder una de sus piernas y aunque se cubrió con el trozo de metal que había recogido, este no duro mucho en la lluvia de balas.

Y junto a ellos, otro miembro de sombra también murió en un instante, un joven de 26 años.

“¡Lucaas!” Viendo a su amigo de hace años morir con una bala atravesándole la cabeza, fue como recibir una bala el mismo, pero Jeremías no podía hacer nada.

Lanzándose detrás de una de las rocas muertas, los restantes 6 se cubrieron y temblaron, respirando con dolor y temor.

“Bruno… Gabriel…” Pensando en los amigos que había hecho durante casi 2 meses, Damián solo podía apretar el muñón de su brazo derecho con dolor, físico y psicológico, y llorar “Mierda… mierda…”

Pero no había tiempo de detenerse, porque para los soldados de Selines… No había fin para sus desgracias.

“¡Contacto enemigo!” Resonó la voz del 8vo capitán por todos los SPs, marcando la llegada de los soldados de Septron a la plataforma.

“Graaahhh” Lanzándose con su martillo de guerra a dos manos, Eduardo creó un cono en el suelo en el cual, incluso el concreto se fragmento ligeramente y comenzó a temblar, provocando que los soldados de Septron perdiesen ligeramente el equilibrio.

Pero antes de que pudiese realizar su siguiente movimiento, un laser rojo paso entre los soldados de Septron y atravesó su pecho, dejando un agujero de 3 centímetros de ancho que le paso de lado a lado.

“Gah” Con una expresión perpleja, Eduardo miro hacia delante, pero ni siquiera encontró a quien le había matado, cayendo de rodillas, escucho gritos ahogados y trato de ver hacia sus lados, pero una lanza le atravesó el cuello.

Los soldados de Septron eran una marea, y simplemente estaban aplastándoles, Hugo que se mantuvo a cubierto al ver la escena apretó los dientes y continuo disparando, incluso cuando estaba pálido y temblando.

Moviéndose de cobertura en cobertura, deslizándose y disparando, jamás en su toda su vida había luchado tan bien, jamás había resistido como lo estaba haciendo.

Hugo no era capaz de matar a ningún soldado, pero estaba retrasándoles, estaba evitando que muchos de ellos avanzasen, estaba logrando algo, y con su aliento extrañamente calmo, continuo luchando, resistiendo por casi 1 minuto entero bajo fuego enemigo.

“Ese es bueno…” Escucho, pero eso fue lo último, ya que un laser rojo paso a través de la cobertura que había tomado, destrozándole el hombro derecho y abriéndole la mitad del pecho.

“¿Ah?” Una mezcla de confusión, impotencia y alivio fue lo último que Hugo sintió, no hubo dolor ya que sus nervios se incineraron junto con su carne, fue una muerte rápida e indolora.

Viendo la masacre desatarse fue como un balde de agua fría cayendo sobre la cabeza del 8vo capitán, el cual miro en silencio las consecuencias de su decisión.

“GRaaahh” Y no soportándolo más, se lanzo junto a los soldados restante, el grupo de 20 choco contra los escudos alineados de los soldados septrones, y como si la muralla reaccionase, filas de lanzas salieron desde detrás de las barreras apuñalándoles.

Luego de eso, balas, y luego de eso, fuego… uno de los capitanes simplemente abrió su boca de lado a lado con una sonrisa mortal, y desde ella una llamarada quemo vivos a quienes resistieron todo lo que había sido desatado contra ellos.

La plataforma… Había caído en manos de Septron en solo 2 minutos desde su llegada, solo unos pocos soldados que retrocedieron contra las ordenes del 8vo capitán sobrevivieron desperdigados entre los cadáveres de las rocas muertas.

 “Tercera Compañía, eliminen a las ratas, Cuarta Compañía, planten los explosivos” Observando el cronometro, Augusto no estaba de humor para dedicarse a cazar a los soldados restantes con el mismo ímpetu con el que deseaba.

Del centro de la unidad, varios soldados que cargaban con pesadas mochilas se movieron y comenzaron a taladrar y colocar, no solo explosivos comunes, sino que algunos otros explosivos especiales, mostrando por primera vez el verdadero objetivo del Joven General Dorado.

-Una vez pierdan sus preciosas plataformas, mantener posición en la sección 100 va a costarles más vidas y recursos- Todo estaba pensado, no para hoy o mañana, sino para años delante, y esto se le enseño e inculco desde joven, Septron debía derrumbar a Selines con tiempo y presión acumulada.

“Para una perfecta conquista” Dijo Augusto con orgullo a través de su SP a todos sus soldados

“¡Para una perfecta conquista!” Gritaron todos los soldados con orgullo y fuerza, provocando que los soldados restantes que se escondían temblasen de miedo.