Viejas costumbres y profecías...

Punto de vista de Selene

La habitación estaba sofocante de tensión. Mi corazón latía tan fuerte en mi pecho que ahogaba los suaves llantos del bebé y el murmullo del viento fuera de la ventana del vivero. Noé y Kragen estaban como dos lobos listos para desgarrarse el uno al otro, ambos impulsados por sus propias razones, sus propias justificaciones. Y yo estaba en el medio, desgarrada entre la lealtad y la confusión, el amor y el deber.

—Kragen —comencé, mi voz firme, aunque mi corazón estaba lejos de serlo—. Lo que sea, puede esperar.