—Para que sepas, no tienes ni puta elección, Jeremy. Así que más te vale que escuches lo que te estamos mandando hacer —espetó Nicolai.
El hombre miró hacia arriba; sus ojos estaban llenos de resistencia pero aun así anotó las cosas que Noah le pidió que escribiera. Una vez terminó, Noah arrebató el papel y lo leyó detenidamente antes de decir:
—Todo en orden.
Y en el segundo en que dio luz verde, Nicolai extendió la mano y agarró a Jeremy por el pelo antes de sacar una cuerda gruesa que Kayden le había lanzado antes.
—¿Qué—qué estás haciendo? —Jeremy se dio cuenta de que algo iba mal y empezó a debatirse pero por muy fuerte que fuera, ya estaba entrado en años y con tres hombres sometiéndolo, no tardaron en rodearle el cuello con la cuerda y asfixiarlo.
Intentó resistirse, golpeando y arañando a todos los que intentaban sujetarlo.
—¡Suelta—suelta! ¡Déjame ir—en este instante! Hice lo que me pedisteis.