TÓMALO O DÉJALO

Para cuando María regresó a la manada de Luz de luna, ya tenía una idea de lo que iba a hacer.

Lo encontró en los jardines jugando al ajedrez con Rojo.

Se iluminó de rabia pero recordó lo que su madre le había dicho y se calmó instantáneamente.

Y luego fingió una sonrisa y se acercó a él.

—Cariño —lo saludó.

Él levantó la vista y ella le ofreció la mejilla para que la besara.

Cuando él estaba a punto de besarle la mejilla, ella se giró para enfrentarlo, haciendo que él besara sus labios.

—Has regresado sana y salva —comentó él—. Confío en que tu viaje fue bien.

Ella sonrió. —Fue perfecto. Mi madre te manda saludos y agradeció el viftx.

Él se recostó. —¿Y su salud? ¿Todo está bien?

Ella asintió. —Todo está bien.

Luego se volvió hacia Rojo, quien se levantó para hacer una reverencia.

—Mi dama, bienvenida de vuelta de su viaje —dijo Rojo.

—Gracias —respondió María y luego se volvió a enfrentar a su esposo—. He traído algunos regalos para ti, creí que te gustaría verlos.