La Presencia Misteriosa

Gastone cerró los ojos fuertemente cuando oyó lo que Draco había preguntado. Él también lo había pensado, pero todo terminaba con él dando prioridad a las metas y ambiciones de Lucía.

—Esto es para mejor. Quiero que Lucía sea feliz, y ella merece todo lo que ha soñado —respondió Gastone con una pequeña sonrisa.

—Ah, realmente puedo ver que estás empezando a aceptar la realidad que has creado —Draco negó con la cabeza. Quería empujar a Gastone a cambiar de opinión y perseguir a Lucía, pero sabía que solo Gastone podía decidir eso—. Bueno, si necesitas algo, estoy aquí.

Draco se levantó y sonrió a Gastone antes de irse.

Gastone observó la espalda de Draco mientras salía por la puerta. Su conversación había pesado en su corazón y había hecho que su mente se volviera más caótica.

—Esto es para mejor —murmuró Gastone, mirando sus manos. Luego, una gota de lágrima cayó, sorprendiéndolo.