Gastone tragó, tomando una respiración profunda mientras formaba palabras que no alteraran demasiado a Draco.
—Cuando estaba en el reino humano. Hubo un problema en el bosque donde cazadores vieron a un lobo. Pensé que era solo un lobo ordinario que no cambia de forma, pero... —Gastone hizo una pausa, recordando cómo conoció a Giselle.
—¿Pero qué? —Draco preguntó, esperando ansiosamente la continuación.
—Bueno, uno de esos días... Volví al bosque para correr pero me encontré con alguien allí. Una loba, —continuó Gastone, omitiendo algunas partes innecesarias—. Al principio, no quería decirme su nombre, pero a medida que las circunstancias cambiaron. Me dijo su nombre, y no era una cualquiera.
—¿A qué te refieres con eso? —preguntó más Draco.
—Esa loba era Giselle, y... ella era la dueña del Orfanato de donde vino Lucía, y ya conoces las actividades que realizan a puerta cerrada, —afirmó Gastone. No explicó más ya que Draco ya sabía sobre Lucía y su antecedentes.