El Fondo de las Escaleras

Después de unas horas, Lucía se despertó temprano ya que no pudo dormir bien y sintió malestar durante toda la noche. Eso la dejó extremadamente fatigada por la mañana.

—Ugh, esto es horrible —susurró Lucía mientras gemía mirando al techo. Sentía que su cuerpo había sido lanzado al océano y arrastrado contra las rocas.

Lucía se sentó y se obligó a caminar hacia el espejo pegado en la pared. Podía ver las ojeras bajo sus ojos y cómo su piel se colgaba en sus mejillas.

—¡Dios mío! —exclamó Lucía mientras tocaba su rostro—. ¿Estoy tan deshidratada?

Lucía buscó a su alrededor alguna fuente de agua pero no encontró ninguna en su habitación. Suspiró mientras se ponía una capa que vio en su armario y salió afuera.

El sol apenas había salido, pero Lucía caminaba de puntillas hacia la cocina. Sin embargo, un recuerdo del pasado seguía persiguiéndola.

Ese fue el día en que Lucía vio los cuerpos humanos muertos siendo cortados en pedazos como animales.