El Ejercicio de los Dedos

—Tsk, esto es problemático —murmuró Lucía mientras se cepillaba el pelo.

Desenredaba los mechones mientras golpeaba con furia el peine sobre la mesa. —¡Pensé que finalmente tenía tiempo para explorar!

Lucía cerró los ojos y tomó una respiración profunda para calmarse. No quería levantar las sospechas de Base y joderse a sí misma.

Ya eran las nueve de la noche y Lucía se estaba preparando para ir a la cama. Planeaba levantarse temprano más tarde e ir de nuevo a la cocina.

—Realmente debería apurarme antes de que Daniel regrese —afirmó Lucía mientras se desplomaba en la cama, boca abajo.

Su cuerpo se relajó y disfrutó de la comodidad de su colchón. Sin embargo, no podía dormir ya que tenía mucho en la mente.

Lucía se volteó y miró al techo. Inconscientemente movió su mano hacia su pecho derecho y comenzó a masajearlo suavemente. Su mano se quedó allí un momento, sus pensamientos divagando entre la frustración y la emoción a partes iguales.