Un mensaje fatalmente accidental

Mirábamos desde la loma que vi al salir de la carpa del Ogro, la distancia era enorme, pero nos favorecía la altura.

-Son casi 100 metros Gran, no tengo esa habilidad para apuntarle a alguien desde esa distancia... dudo que muchos puedan, si es que existe alguien... humano al menos. - Me respondió con franqueza Lay que estaba intrigada con mi pregunta.

-No necesito que le apuntes a algo, solo que la flecha llegue a la carpa del Ogro, si te estoy pidiendo algo imposible de hacer Lay, no te preocupes no es mi intención molestarte con ello.

-No Gran, creo que si solo quieres que la flecha llegue a la carpa sin importar donde caiga, creo que eso si puedo hacerlo.

Seguía observando, el problema es que estamos a la vista de todos, así que si Lay disparara la flecha, podrían haber muchos testigos que pudieran terminar delatándola.

-Eso esta bien, pero crees que puedes hacerlo de noche.

-Dios Gran, también quieres que construya un puente.

Lay se habia quejado, eso era algo nuevo, algo que incluso me gusto.

-Perdón no fue mi intención decirte eso, no he estado durmiendo muy bien últimamente.

-Mejor dicho no te están dejando dormir últimamente. - Mire a Lay con una sonrisa picarona.

-Si Roja no para de querer hacerlo conmigo, y... no saco nada con mentirte, yo también quiero hacerlo con ella, solo que también me gustaría dormir, estoy feliz Gran, te lo agradezco.

Lay me abrazo, a mi no me quedaba claro que era lo que me agradecía, para mi todo lo que le estaba sucediendo era por el esfuerzo que ella misma hizo y gracias a Morrigan fue recompensado, porque a veces no importa lo mucho que te esfuerces sueles no recibir nada a cambio, triste, pero cierto.

-No se que agradeces Lay, lo digo en serio.

-Llegaste a mi, me ayudas a salir de mis problemas, me encaminaste a aceptar mis sentimientos hacia Amelia, estas conmigo cuando te necesito e hiciste que recordara lo que es tener una familia, por eso te agradezco.

-No me lo agradezcas, ambos nos solemos ayudar cuando lo necesitamos hermana, así que con que estés a mi lado es suficiente agradecimiento.

Hero se acerco a nosotros para separarnos.

-Ya muy emotivo todo, pero ¿puedes o no dispara de noche Lay?

Mi amiga de bellos plateados no pudo evitar sonreír por los celos de mi Hero, estaba claro que por mucho que ya sabia que nosotros no éramos amantes, aun así le molestaba que debes en cuando nos mostrábamos afecto.

-Creo que si, pero podría fallar, eso tienen que tener en cuenta, entre la distancia y la poca iluminación hay margen de error, aun así creo poder lograrlo, Gran y Hero.

Esa era la respuesta que necesitaba, le di un beso en la mejilla a Lay que ocasiono protesta de Alice, así que la bese para callarla un rato, algo que obviamente nunca le diría que fue por ello, porque si no me mata, pero por suerte el beso tuvo la respuesta esperada.

-Muy bien, en la noche, vendré solo yo con Lay... y Hero, los demás quiero que esperen en sus carpas. Le enviare un mensaje al Ogro para llevarlo a cierto punto, eso en la noche de mañana. Y necesito un par de cadáveres de escoces o de los enemigos que nos enfrentaremos, hare pensar que la muerte de ese mal nacido sea una emboscada de ellos.

Todos respondieron enérgicamente con un si.

-Yo me puedo encargar de llevar los cuerpos, solo tienes que decirme a donde dejarlos y considéralo hecho Gran. - Dijo Roy seguro.

Justamente pensaba pedírselo a él, finalmente gracias a Roy pudimos matar a el barón de Mons, así que era el indicado para esa tarea.

-Perfecto Roy, lo dejo en tus manos entonces, asegúrate de que nadie te vea en ello.

El respondió con un saludo militar, a inicio pense que se burlaba, pero no era algo enserio.

-Lay, y Amelia, como en la batalla de la pradera quiero que estén cerca mío protegiéndome a mi y a Hero, en caso de que las cosas salgan mal, y Will quedo dispuesto a cualquier consejo que puedas darme, tu eres libre de hacer lo que te plazca en combate.

-Todos respondieron sin problemas a mis peticiones.

Gwyn y curiosamente Mirian se acercaron para preguntar que harían ellas, asunto que tuve que mirar a Will al rostro, porque me pillo muy desprevenido todo.

-Gwyn y ustedes se quedaran en las carpas, donde pelaremos no es lugar para dos niñas, y se lo que quieres decirme mi pequeña- me agache para quedar a altura de Gwyn que estaba protestando. - Entiéndeme, se que yo y Hero no somos tus padres biológicos, pero para mi eres mi hija pese a ello, y no quiero llevar a mi hija al infierno, quiero todo lo contrario, construir un mundo donde tu puedas recorrerlo sin problemas, sin tener que empuñar un arma nuevamente, así que te pido desde el fondo de mi corazón, no nos sigas esta vez, quédate en la carpa, y si llegara a suceder algo, cuida de Mirian eres la única con la que puedo confiar aquello.

-Papá Gran tiene razón Gwyn, queremos lo mejor para ti y como dice si sucede algo, ¿Quién defenderá a Mirian?, porque este no es su ambiente.

Gwyn miro a Mirian que estaba nerviosa, si algo estaba claro que ella no quería por ningun motivo ir a la guerra, pero estaba ahí para apoya a su amiga.

Nuestra pequeña asintió finalmente lo que fue un enorme alivio, así que le hice caricias en el pelo, a lo que ella respondió con un abrazo para mi y Hero.

Esperamos a que anocheciera, tenia listo el mensaje amarrado en la flecha que necesitaba que disparara Lay, también nos conseguimos un arco, o mejor dicho Will robo uno de algún soldado distraído.

-Me molesta que no me digas que dice el mensaje Gran.

-Vas a seguir con ello amor, es algo que prefiero que quede entre ese monstruo y yo, además se que te enojaras si te lo digo, pero es en memoria de Helen, así que permíteme serte egoísta esta vez.

Hero me tironeo el pelo suavemente, algo que me dolió, no iba a mentir.

-Agradece que puedo llegar a ser comprensiva, pero esta infidelidad te saldrá cara Gran, así que despues de lo que haremos aqui te quiero para mi por una semana, una vez termines tu campaña en el norte, no saldrás de nuestra pieza por ese tiempo, ¿entendido?

No podía evitar sonrojarme por ello, además eso era más un premio que un castigo, estar a solas con Alice por una semana encerrados en un cuarto parecía el cielo.

-Te lo prometo querida, eso sucederá cuando termines lo que venimos hacer Hero.

Esa respuesta la complació, lo que facilitaría las cosas.

-¿Como vas Lay?

-Bien, pero necesito que estén en silencio para concentrarme, como dije el tiro es difícil, si no fuera por las antorchas en la entrada de la carpa del Ogro, no podría hacer este disparo, así que necesito silencio por unos minutos.

Le dimos todo el tiempo que Lay necesitara, porque solo existiría un solo disparo, despues de eso, todos sabrían probablemente que alguien ataco, al menos que la flecha cayera en algún lugar donde nadie la viera, pero para eso se necesitaría suerte.

-Ya estoy lista Gran, espero tu señal.

-Adelante Lay, dispara.

Ella extendió la flecha hasta que las plumas tocaron sus labio, tomo un ultimo respiro profundo y cuando solito el aire, disparo la flecha.

El proyectil viajo en la noche decidido a caer en un solo lugar, atravesando el viento cayendo en un unico lugar, en la carpa del Ogro.

-Bien hecho Lay, el tiro fue excepcional...

Un grito se escucho desde la carpa del Ogro, así que decidimos salir corriendo de aquel lugar.

Este campamento esta infectado de ratas, ratas deliciosas con las que jugar.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por la persona que llevaba esperando un rato.

-Te estabas demorando general, acaso te olvidabas de mi Fernard.

-Nunca amor mío, perdón mi Ogro.

Fernard se acerco a mi para besarme como si no hubiera un mañana, este hombre era el unico en toda mi vida que lograba entenderme.

-¿Querido estas listo para mañana?

-No Ogro, no quiero pasar esta noche hablando de la batalla de mañana, solo quiero disfrutar de este momento querido.

-Tienes razón Fernard, estoy tenso y me hago viejo, mis preocupaciones me alteran, además hay muchos juguetes en este lugar que me emocionan.

-Eres un desgraciado Ogro.

-Sabes que con esos cumplimos no lograras enternecerme.

Tome a Fernard por la cintura, me acerque a su labios para besarlo cuando algo como un cuchillo paso por mi mejilla, lo que hizo que soltara a Fernard y me diera media vuelta para contratacar, pero no habia nadie y a mis espaldas se escucho un ruido estridente, me gire para ver de inmediato a mi enemigo, pero lo que vi era una burla de Dios hacia mi persona.

-Fernard...

Mi amado estaba sobre las alfombras muerto con una flecha entre ceja y ceja.

Solo me quedo gritar, algo que no habia hecho en más de veinte años.