Un duelo de venganza

-En honor a las palabras de mi amigo Bruce, te daré una oportunidad, demuestra que eres digno de enfrentarte a mi Gran y te concederé un duelo.

Esas fueron las palabras de Elric, llevaba pensando un par de horas en ellos desde que el Ogro hizo que nos retiráramos, además el rio, ya estaba cerca de quedar repleto de cadáveres para ser cruzado.

Era momento de olvidar todo, tocaba concentrarme en lo importante para mi, teníamos listo el paripé, Roy habia conseguido cinco cadáveres de irlandeses, ¿Qué como lo hizo y en que momento?, fueron preguntas que preferí no buscar la respuesta.

-Roy, Amelia necesito que... no olvídenlo, quédense, escuchen todos, no quiero que nadie se meta en mi duelo pase lo que pase, ¿fui claro?

Todos a excepción de Hero estuvieron de acuerdo, que no dijo ninguna palabra, lo que significaría que si algo malo me sucediera ella se metería.

-Toma, Gran, ocúpala. - decía mi amada, que me estaba entregando su daga, pero en el momento que iba a tomarla, Roy nos interrumpió.

-Mala idea, de hecho te conseguí esta, una daga de los Irlandeses, tu daga ya es algo famosa, así que es posible que alguien podría reconocer los cortes con ella, seria algo raro, pero si vamos a hacer bien el trabajo, tendrás que ocupar las armas de los enemigos.

Me sorprendió lo atinado y asertivo que fue Roy, tal vez en muchos aspectos podía parecer un niño, al final lo era, solo tenia 17 años, pero en su trabajo como guerrero era tan experto como muchos Sir viejos, algo que probablemente habia forjado su padre en él.

Lay se acerco con su caballo hacia mi, ella estaba de vigía para avisarnos cuando se acercara nuestro visitante a quien esperaba con ansias.

-El Ogro, viene con otros tres hombres, debería llegar en cinco minutos o menos.

-Bien hecho Lay, quiero que Roy, Hero, y Will se escondan, es mejor que ustedes no sean vistos, conmigo solo se quedaran mis escuderas, y al menos que no les ordenes no actúen.

Hero se fue a regañadientes, no le gustaba la idea, pero sabia porque lo hacia, para que no fuera vista, el resto hizo lo que les pedí sin chistar.

-Descuide Lady Alice, si algo le sucede a Gran, daré mi vida para protegerlo.

-Confió en ti Lay. - respondió Hero.

-Ni se te ocurra hacer eso Lay, no quiero que lo vuelvas hacer, ya te lo habia dicho, cunado sucedió aquello.

Ella respondió con un simple sonido de su voz, indicándome que lo haría de todos modos si fuera necesario, lo que tenia muy nerviosa a Amelia.

-Tranquila Roja, si veo que intenta salvarme la pateare para sacarla del peligro.

-No digas eso Gran, somos tus escuderas, es nuestro trabajo protegerte, así que no hagas tonterías, y valora el esfuerzo que haría Lay en aquel caso. - dijo algo molesta.

-Primero si lo valoro, es por eso que no quiero que pierda su vida, en segundo si su deber es protegerme como el mío enseñarles, y yo no les puedo enseñar mucho, así...

-Ya cállate. - dijeron ambas, que me dieron un codazo en ambas costillas por lado y lado, lo que me corto el aire, pero por lo visto a las dos les hizo gracias.

-Esta bien, hagan lo que quieran ustedes ganan. 

Nuestra charla de "maestro y aprendices" fue interrumpida por la llega del Ogro, que no mostraba ningun rostro de sorpresa al verme.

-Muy bien rata Gran, aqui estoy, veo que busco venganza contra mi por lo de esa furcia a la que torture que tuvo por pareja, pero ¿Cómo es que supo lo de Fernard?, es lo unico que me intriga.

Aqui fue el momento que me perdí completamente, de que estaba hablando ese tipo.

-No te entiendo idiota, si te refieres por la muerte del general, eso fue un accidente, disparamos la flecha desde la loma, que él haya muerto solo fue un cruel juego del destino.

-¡Mientes!, lo sabias, esa fue tu venganza contra mi, no es así yo te quite a la persona que amabas y tu me quitaste la mía, así que no me vengas con esa mierda.

Mire a Lay, porque recién habia unido los entuertos de a que se refería.

-Te digo enserio que eso fue un accidente, pero si crees que así fue, mejor para mi, lame pitos.

Los hombres del Ogro lo miraban con extrañeza y algunos con ascos.

-Mataste al amor de mi vida, perro desgraciado. - En un impulso, el Ogro mato a uno de sus hombres cortándole la cabeza, apuñalo al otro en el corazón y se dispuso a matar el tercero. El otro soldado de susto se cayo al piso, intentando sacar su arma, que por el tiritón de las manos no lograba hacerlo.

Con un simple movimiento de su espada el Sir comandante termino con la vida de aquel hombre.

-Entenderás que no puedo dejar que sepan mi secreto, si no la iglesia me castigaría, así que tendré que matarlos a ustedes, pero primero, violare a tus escuderas antes de que mueras para que veas como tu mundo se prende, y cuando pidas que te mate, buscare a esa zorra que parece un demonio para fallármela hasta hacerla mía y luego la matare frente a ti, y ahí, en ese momento acabare con su vida, volveré a asesinar a la mujer que amas pobre Gran.

Estuve apunto de soltar mi mayus, pero esa era mi carta de triunfo, Will, me hablo de que el ogro también estaba acostumbrados en enfrentarse a lorgovivientes, así que si ocupaba el mayus, estaría acabado, pero gracias a mi pelea con Arthur y ver como Will actuaba con alguien que tenia mayus, me dio una idea, que iba a poner a prueba en este momento.

Di tres pasos hacia él dejando a mis espaldas a mis escuderas.

-Ya acabemos con esto Ogro de mierda.

Me puse mi media mascara, y luego me agache lo que más pude, portando la daga que Roy me entrego.

-Veo cadáveres de Irlandeses, así que pretendes hacer que mi muerte parezca como una emboscada, nada mal, lamento informarte que no servirá, despues de hacer todo lo que te informe. - grito con un rostro retorcido, más de placer que de venganza.

Sin más me lance al ataque, pero el no se movió ni un segundo, me observaba muy seguro de si mismo, casi como si le divirtiera que me arrojara hacia él, en su mente no habia ningun escenario donde el perdía, me menospreciaba.

-Tienes un estilo muy particular con el que logras sorprender a tus enemigos niñato, pero sabes algo, el truco para acabar con tu técnica es muy fácil, simplemente tengo que dar un paso hacia atrás, y haci no desapareces frente a mis ojos, estas acabado muchacho. - Decía mientras se relamia los labios como un enfermo psicópata.

Pero tenia razón simplemente con un paso que dio, yo quede a merced de su espada, tenia razón en todo lo que dijo e hizo que fuera consiente de el enorme agujero de mi técnica que en su día no pude comprender cuando me enfrente a Arthur en un duelo, pero no iba a agradecer a este hijo de perra por ello.

Ya casi al borde de que su espada me tocara, active mi mayus de sopetón, lance una gran carga, pero concentrada en todo mi cuerpo imaginando una sabana que se estiraba de mi centro, con ello esquive muy bien el patético ataque del Ogro.

-¿Pero que mierda? - dijo el Sir comandante.

Yo lo mire a los ojos en ese pequeño extracto de tiempo y le clave el puñal en la mano que sostenía el arma, para luego abrirle el brazo en dos hasta la altura del codo. La herida era asquerosa, pero con eso ya habia ganado, pero no pensaba matarlo rápidamente.

-Es imposible, eso que ocupaste...

-Es el mayus, sabia que si lo ocupaba desde el principio, sabrías enfrentarme, Will, puede hacerlo facilmente, pero si esperaba hasta el ultimo segundo para activarlo de golpe, no podrías esquivarlo.

El saco otra espada con su mano izquierda, pero se notaba que no era hábil con ella. Con un simple golpeteo de la daga repelí su espada, y le corte la mano izquierda, donde el grito.

-No que ibas a intentar abusar de mis escuderas, no que querías tocar a mi Hero, hijo de perra, voy a torturarte como lo hiciste con Hel, maldito cerdo asqueroso.

Active mi mayus nuevamente para darle una patada fuerte en el rostro, pero deje ir demasiado y cuando le di la patada, sucedió algo que me horrorizo, como si fuera una sandia, le revente el cráneo. No quedo nada de su cabeza, estaba repartida por todo el lugar hecha pure.

Eso hizo que por primera vez fuera totalmente consiente de hasta donde podía llegar mi fuerza con el mayus, y también estaba equivocado con ello, porque ni siquiera ocupe todo de mi, pero el estaba muerto, quería que sufriera más, pero no me iba a quejar de ello, me di media vuelta algo asqueado por la situación, y Hero fue la única que tal vez no me vio como lo que fui en ese momento; un monstruo.