Gwyn estaba algo absorta mirando a esa mujer que habíamos dicho que era pareja de ambos, eso no lo entendía, incluso cuando Hero le dijo que era otra madre ella simplemente doblo su cabeza como cuando los perros no entienden.
Ella caminaba sobre la cama para acercarse a Vel que estaba muy nervioso por esto, eso lo sentía, pero se mezclaba con mis propios nervios.
Lo primero que hizo Gwey fue tocarle las orejas que por lo visto le causaba mucha curiosidad, algo que me dio algo de envidia, no voy a mentir.
-No, niña suéltame, mis orejas son delicadas son muy sensibles.
Tuve que agarrar a Gwyn, la sensación que se activo en Velaria, fue casi igual a la de una zona erógena, lo que me éxito de golpe al igual que Hero, la sensación que llegue a sentir en mis orejas fue algo indescriptible.
-Mi vida, no le toques las orejas, son como ella dijo sensible.
La sensación de sentirse humillada de Vel era algo frustrante de tener.
Estuvimos un rato mas, al menos Gwyn no parecía molesta con la situación, aunque creo que realmente no había entendido del todo.
Nuevamente tocaron la puerta, Tata entraba diciendo que unos orcus insufribles, junto con un perro rabioso querían hablar conmigo.
Me levanté enseguida, me imaginaba quienes podían ser, pero lo de perro rabioso si me hizo gracia, me retire con Gwyn para que las dos pudiera descansar, cosa que necesitaban, al igual que yo en verdad, de apoco iba sintiéndome cada vez más cansado.
Cuando salí Tata me quedo mirando y aproveché el momento.
-Tata deja que cualquiera de ellas dos puedan entrar para que les lleve comida a Velaria y Hero.
-No recibo ordenes de ti Granet.
Sin duda no me esperaba esa respuesta de su parte, además que me lo decía con muy mala cara.
-No era una orden Tata, te lo juro, solo quiero que ellas coman. - Dije algo arrepentido.
-Que la peli plateada traiga comida, nadie más entra aparte de ti y esa niña.
-Gracias Tata... ¿Quieres comer algo tu?
-Carne, bien cocida y algunas verduras.
Mire a Lay, sabía que talvez me iba acostar caro conseguirle carne.
-Yo me encargo de la comida no te preocupes, y no te sobre esfuerces, deberías estar descansando.
-Debería escucharla, no tendrías que estar de pie por mucho que te sientas "mejor", tu tratamiento te pasará factura luego de un día o dos. Menciono Tata con reproche.
Camine hacia dónde Will me esperaba ocupando mi espada como bastón, ya no por pantomima, sino porque realmente lo necesitaba.
Cuando entre, varios gritos de asombro se escucharon al verme.
-Válgame Dios, en verdad está vivo y en pie. - Decía completamente anonadado Maxwell.
-Le permito me perdone por mis insolencias Sir Gran, usted en verdad es un verdadero caballero. - Dijo Sir Alex que se acercó a mi poniéndose de rodillas.
-No está bien, no es necesario, puedes levantarte Sir Alex.
Los demás me miraban casi como si fuera un milagro en vida, no sabían muy bien que decir. Yo estaba nervioso porque no sabía si Will había logrado arreglar la orden de matarlos a todos ellos. Por suerte se acercó a mi.
-Dime que arreglaste lo que había ordenado.
-Para tu suerte si, pero después hablamos de los por menores.
Maxwell se acercó a mi.
-Gran necesitamos que nos dejen entrar al castillo, estos salvajes no, nos dejan entrar.
-Me temo que ni siquiera a mi me harán caso, pero pueda mantenerlos bajo la corona de Inglaterra si se me permite, además tenemos que avanzar hacia el norte lo antes posible, nuestra misión es detener la rebelión del norte y supuestamente Wallace se encuentra con Argus. - Mentí.
-Sabe muy bien que no puedo permitir eso, Sir Gran y no es que desconfíe de ti, pero no tengo esa autoridad y debo responderle a Lord Irish.
-Entonces envíeme una carta de lo que le acabo mencionar y esperemos una respuesta. Eso también nos dará a todos tiempo de descansar, entenderán que por mucho que me ven de pie, no estoy para seguir luchando, perdí mi ojo izquierdo para siempre y caminar con esta pierna en estos momentos es un infierno. ¿Puede hacer eso al menos?
Maxwell miro tanto a los otros Sir cómo generales, está vez todos asintieron a mi propuesta, además, si no lo hicieran tendría que continuar en guerra está vez contra mi.
-Como usted ordene, no moveremos el campamento hasta que llegue la carta, pero necesitamos abastecernos.
-Si por supuesto que les daremos comida y agua, necesitan algo más de mi persona. Pregunto porque créanme que necesito descansar, simplemente los cite para evitar otro enfrentamiento cuando logré evitar derramar sangre.
-Si falta una cosa, El rey Eduardo, cómo de costumbre pide la cabeza de su enemigo. Mire a Will con extrañeza.
-Pues córtela y llévala Maxwell.
-Ese es el problema el cuerpo no aparece, me imagino que se lo llevaron esos bestias.
-Vuelve a referirse a nosotros como bestias o salvajes y los matos. Además nadie a tocado el cuerpo de Elric. - Grito enfurecido Skivender.
-Mentirosos tiene su cadáver oculto en algún lado. - grito Alex.
-A quien llamas mentiroso niño de primavera.
Skivender saco su espada del cinto yendo a batirse contra Sir Alex y estaba claro quien iba a ser el vencedor
-Skivender detente. - Ordene. - ahora escúchame, existe una posibilidad que estuviera vivo.
-Por mucho que me gustaría creer en esa posibilidad, no yo mismo vi el agujero que le dejaste dónde estaba el corazón de Elric, es imposible, el ya estaba muerto cuando lo revise.
Eso solo dejaba la posibilidad de que alguien había robado el cuerpo de Elric por algún motivo.
-Skivender, Willfest quiero que busquen el cadáver de Elric y si llegan a saber de algo, avísenme.
Skivender salió furioso del lugar, pero considere eso como un si, obviamente Will accedió sin problemas y yo luchaba constantemente con el impulso de Velaria de no pedir que los matarán.
-Ahora si discúlpenme me retiraré, Willfest se hará cargo de los suministros, esperamos respuestas.
Mi última instrucción se la di a Skivender en secreto, que por cualquier cosa se prepara para la batalla, pero que no hicieran nada hasta que solo yo o Willfest de la orden.
Volví a retirarme a mis aposentos, tanto Vel cómo Hero estaban dormidas, las pobres no tenían nada de fuerzas. Yo me desvesti con cuidado, me saque las vendas innecesarias que tenía y antes me vi en el espejo nuevamente, me era algo chocante ver mi ojo izquierdo, totalmente blanco, seguía jugueteando con mi mano para ver si había algún atisbo de visión en ese ojo y nada, solo manchas generadas por la luz que se veía atreves del párpado.
Dándome por vencido me acosté con cuidado, para no despertar a ninguna de las dos, las tape bien tapadas e intenté abrazarla a las dos hasta quedarme dormido.
-Fuiste imprudente joven cuervo, por tu estúpido orgullo casi te mueres, agradece que esa largoviviente, te salvó. - dijo una voz femenina muy familiar y molesta.
Cuando abrí mis ojos me encontré en ese extraño lugar donde solía ver a Morrigan.
Está vez lucía un poco cambiada, con el maquillaje de sus ojos desparramados como si hubiera estado llorando un muy buen rato.
-Morrigan, lo sé, fui un estúpido y casi muero por ello.
- Fuiste peor que un estúpido, casi arruinas mis planes cuervo mal portado, la próxima vez que hagas algo tan estúpido, créeme que te castigare.
Yo ya me sentía culpable, ahora tenía que sumarle la amenaza de la diosa de la guerra.
Tome algo de aire.
-Te pido disculpas por todo los problemas que he causado, juro que no volveré a dejar que mi orgullo nuble mi juicio en combate.
-Mas te vale que sea a si cuervo, más te vale, desde ahora practicarlas mi magia, cómo te enseñe, cuando la domines aprenderás más, ahora cuando estés recuperado, dirígete hacia el este, dónde Creyback, lucha contra mi viejo lobo y demuestra que vales mis esfuerzos Granet.
Cómo me lo tenía, Argus era el sujeto al que quería que enfrentará, eso iba a ser duro, el no iba a caer con provocaciones o tonterías, el era un estratega y no de dejaba llevar por sus impulsos, aunque Hero me dijo que amaba pelear, aún así no me serviría para acercarme a el, tendría que pelar con un ejército y ser más inteligente que el.
-Puedo preguntarte ¿que quieres?, ¿que quiere la magistral diosa Morrigu?, la reina fantasma de este simple mortal.
Ella puso una sonrisa en su boca.
-Tu mi cuervo, tienes el potencial de mostrarme una guerra nunca antes vista, eso deseo de ti, tu posible futura están exitante, que me he llegado a estimular en más de una ocasión con el, no sabes cuánto deseo que me muestres ese futuro, llévame a él y tu junto a tu descendencia tendrán mi protección, hazlo cuervo mío.
Honestamente no me gusta hacia dónde iba esto.
-Además se unió a ti una largoviviente, termina de consumar ese vínculo, que sea tu maestra en el mayus y conquista para mi, eso es todo, vuelve a dormir.