Hubo una discusión muy grande entres los que decidieron quedarse con Fiorens y los que decidieron acompañarnos, eso me dolió, mi intención, no era crear más divisiones entre nuestra raza, pero mis acciones habian creado aquello.
En si las discusión se debía a los que recordaba lo que Fiorens hizo para mantenerlos con vida a todos y que los demás estaban cansado de esta forma de vivir; de a veces no tener comida, de tener miedo a los orcus, de siempre ser cazados, y los más jovenes estaban cansado de un odio que no conocían. A esos seis simplemente se les habia dicho que habia que odiar a los orcus por las cosas que habian pasado antiguamente, supongo que tenían suerte de nunca haber vivido lo que la mayoría.
Después de esa pelea donde los que se quedaron nos miraban con cierta hostilidad, dejaron de intentar de convencer al resto, los miraban con el mismo odio que miraban a un orcus. A este punto me preguntaba si lo que hacia estaba bien, al final dividía a mi especie.
Artius, Bonias, Mistrilia, Lirias, Granil y Cassianis eran los nombres de los que se querían unirse en combate, muchos apenas adultos y una niña entre ellos. Me hizo recordar a mi, aunque yo fui incluso mayor que ella, tal vez se deba que alcance de disfrutar mi infancia, entonces madure más tarde, pero esa pequeña de unos 38 años, me recordaba a mi, de como tuve que meterme a la guerra de muy joven.
Los otros Svemer, Filasis, Andoria, Virinias, Delis y Ugirras, eran los nombres de los que querían acompañarnos sin necesidad de participar en la guerra, pero querían acompañarme por la promesa de un futuro mejor, cuatro mujeres y dos hombres, lo mismo con el grupo anterior todos muy jovenes, pero esta vez dos niños tal vez 15 ambos, mi sorpresa fue gigante, al saber que eran hermanos, los padres eran Svemer y Delis, por lo visto unieron su quiriliam muy jovenes, cuando les pregunte me dijeron que se unieron con 55 años él, y 51 ella, creo que era la pareja de largovivientes más jovenes con la que me topaba en mi vida, incluso Tata estaba sorprendida, lo que significa que ahora deberían tener 71 y 67, muy jovenes, pero adultos.
Me alegraba al menos ver que una familia buscaba un mundo mejor para ellos y sus retoños, al menos ellos me dieron algo de paz, que a estas alturas con tanta división me estaba afectando.
-No quiero importunarlos más, los que me seguirán tomen sus cosas y síganme, será un largo viaje en grupo, además no quiero seguir importunando al pueblo de Fiorens.
-Si, lárguense y márchense, no tengo ganas de ver a ninguno de ustedes.
Inmediatamente sentí la hostilidad de Tata, así que tuve que agarrarla del brazo y Fiorens, dio un paso atrás, por la presencia que mostro.
-Fiorens, no todos ustedes, si desean en algún momento unirnos, serán bienvenidos, solo pregunten por Gran Venture, y me encontraran, es todo, les deseo una buena vida.
No escuchamos ninguna palabra del resto, ni siquiera se despidieron de los que los abandonaban, incluso algunos intentaron decir un adiós, y solo fueron ignorados.
¿Cómo llegamos a estar así?, a odiar a nuestra propia raza, no la respuesta lo sabia bien, resentimiento, por los que abandonaron a los nuestros en la batalla con el Sin tierras.
Emprendimos viajes, las cosas estaban animadas, pero intentaban evitar a toda costa a las dos humanas que nos acompañaban, esto tenia que cambiarlo de alguna manera, pero incluso yo me alejo de ellas, además no quería pedirle ayuda a Tata, después de ver lo que hizo. Necesitaba hablar urgente con ella, necesitaba una explicación de lo que hizo, pero no podía hacerlo frente a los demás.
Así que se me ocurrió algo, me acerque a Gwyn que miraba con miedo a Tata y creo que a mi también, tal vez piensa que todos los orejas largas pueden hacer lo que hizo Tata... no puedo creer que me haya referido a nosotros como orejas largas, apenas estoy una semana con mis parejas y estoy cambiando mi manera de hablar, eso es frustrante.
-Gwyn, se que no hemos hablado mucho... no te voy a mentir, no se como acercarme a ti, pero debo hacerlo, al final soy esposa de tu padres... no pienses que te pido que me veas como una mamá, se que Hero es la tuya, pero al menos quiero acercarme un poco a ti, y creo que también necesito tu ayuda.
La pequeña me miro, sus ojos se clavaban en mis orejas, por lo visto le daba demasiado curiosidad.
Ella hizo una gesto con sus manos, pero esta vez si fui capaz de entender, me sentí orgulloso por eso, tal vez era una estupidez, pero al fin comprendí algo de ese extraña manera de comunicarse, me dijo en que puedo ayudar, aunque solo entendí puedo y ayudar, el resto solo aplique conectores, y se que no habia un no, porque si me sabia ese signo.
Le hice un poco de cariño en el pelo, luego le tome la mano y me acerque a los niños de mi raza, los padres, reaccionaron con cierta timidez, pero les hice un gesto para tranquilizarlos.
-Niños, ella es Gwyn, es mi...
Aun no sabia como referirse a ella, pero lo que hizo esa pequeña, me gano.
Con un palo que agarro escribió en el suelo, segunda mamá. Las lagrimas brotaron solas de mi rostro, fue la primera vez que me dieron ganas de abrazarla, una niña, me habia mostrado aceptación, algo muy puro, eso me conmovió. Me seque las lagrimas, y proseguí.
-Ella es mi hija, mis parejas adoptaron esta linda pequeña. - La acerque a mi para ponerle mi brazo encima. - Si nos les molesta, por qué no dejamos, que jueguen entre ellos, será más fácil a que se acostumbren a los humanos.
-No lo sé, es que se que tenemos que comenzar a cambiar nuestro paradigma, si nos unimos a usted, pero mis niños -dijo Andoria, la madre.
-Vamos amor, hay que dar un paso a la vez, y la niña esa, no se ve para nada peligrosa -menciono el padre, Svemer.
Si supiera la realidad de lo que es capaz de hacer Gwyn, tal vez no dirían eso.
Las niñas por suerte, aceptaron muy bien a Gwyn, se pusieron a jugar al poco tiempo, y la agilidad ya adquirida de la hija de mis esposos, hacia que pudiera igualar la velocidad con la que jugaban los pequeños niños que daban sus primeros pasos en el mayus.
-Son niñas adorable, me da un goce volver a ver niñas jugando, como si nada en el mundo estuviera sucediendo, me da esperanza -dije.
-Creo que tiene razón, a nosotros siempre se nos inculco el miedo, a diferencia de los otros, nosotros vimos como unos orcus, mataron a algunos de los nuestros a cuando teníamos veinte, eso hizo que fuera más fácil temerles, pero las preguntas con el tiempo, vinieron, ¿todos son así? - pregunto Andoria.
-Me gustaria decirte lo contrario, pero Hero, Granet y Hood son los únicos humanos buenos que he conocido en mi pequeña vida de más de trescientos años, pero siempre estuve en guerras con ellos, así que tampoco me di el tiempo de conocerlos, yo simplemente era de matar y no preguntar, pero encontré bondad en el ultimo tiempo entre ellos, esa mujer por ejemplo, tal vez nos mire con desconfianza, pero a sido amable conmigo desde que me conoció, su pareja y hermano, también nos tratan bien, su padre es otra cosa, pero realmente no se ve una mala persona.
Creo que simplemente hay que darnos un poco de tiempo para conocernos mejor entre razas.
-Eso si se escucho como palabra sabias -dijo medio en broma el marido de Andoria, Svemer.
Al paso de un par de días, algunos incluso se acerban a hablar con Lay, que no tenia problemas para comunicarse con ellos, incluso la hicieron reír, nunca espere ver reír a esa mujer.
Ya un día puede alejarme con Tata y hablarle.
-¿Qué fue todo eso Tata, casi matas a Fiorens?
-Demostrar un punto, eso fue, no esperes que vas a llegar a un lugar y te siguieran, el Kilan Tori, es más que un líder, es una esperanza, no puedes dejar que ese significado se manche, si yo no hubiera actuado como lo hice, niña, nadie nos hubiera seguido, mi agresividad, sirvió para dos cosas, mostrar tu benevolencia y amabilidad, fuiste empática y yo quedé como un monstruo, estaba segura que me detendrías y que lo sanarías, Golondrina, gracias a eso, ahora hay doce de nuestra raza acompañándonos.
-Esa no es la forma de hacer las cosas Tata -dije al borde del llanto.
Ella se río.
-Si lo se, si tu padre hubiera visto lo que hice me hubiera golpeado hasta el cansancio, pero hasta que no estés lista, no me molesta ser la villana, para que tú nos guíes, mi golondrina.
-No es justo.
-No lo es, pero no importa, además nos queda poco para llegar, dónde Granet nos indico, al bosque cerca del castillo de Creyback.