Resolviendo dudas

Al poco tiempo se empezaron escuchar gritos, choques de espadas y esas cosas lo normal de una guerra orcus, pero algunos de nuestros miembros estaban con miedo, tuve que calmarlos, por desgracia les tocó ver el lado horrible de inmediato.

-¿Así fue como nos mataron señora Velaria? -pregunto Artius.

El señora debo admitir que me dolió un poco al ser tan jóvenes, pero obviamente lo deje pasar.

-No, fue mucho peor, aquí están más menos igualados, contra nosotros fue una masacre, nos superaban 20 a 1, aún pese a ello, dimos pelea hasta el final, y caímos, sacrificando a muchos de nosotros, lo peor es que tal vez si pudimos hacer algo. Si tan solo las refuerzos hubieran llegado, si los ancianos no nos hubieran traicionado, los mismos que los echaron Elfheim, las cosas hubieran sido muy distintas, pero por desgracia no fueron así.

-Aun recuerdo cuando los ancianos nos echaron con la escusa de expandir horizontes, tenía 28 años y tenía una hermana de 12, ella murió hace poco, hace unos 15 años, murió porque no tuvimos comida en mucho tiempo.

Eso me dio pena, los ancianos, esos malditos cada vez los odiaba más y más, yo ya tenía muchos motivos para hacerlo, pero por lo visto el descontento era algo más general, puede que le aproveche de eso, sería mucho más fácil, pero no se que tan bien me sentirá al hacerlo.

Tranquilos, a los que no vengan conmigo por esto les prometo, que no tendrán que ver con ello, pero a los que vengan a luchar, miren bien, porque ese campo será nuestro hogar, pero está vez seremos los vencedores.

Tenemos que hacerlo, eso es todo, si no, no podría vivir con la vergüenza de...

-¿Señora Velaria está bien?

Una fuerte descarga de odio me recorrió desde mi profundo ser venía de parte de Granet, una sensación de odio y venganza, enormes, temí inmediatamente, por tenia que intentar de ignorar la fuerte sensación de mi esposo. Pero ahí estaba, enojada, molesta con ganas de venganza, pero eran sensaciones frías, algo que tenía en control. Por un momento pensé lo peor, pero me preguntaba ¿Qué lo tenía así?

-Tranquila niña, relájate, ellos están bien? - pregunto Tata.

-Si, ambos, pero Gran está sintiendo un odio enorme, pero ambos están bien.

Artius se movió de lugar para ponerse al lado mío.

-Tengo dos preguntas que hacerle, si no interrumpo tu quirilian.

Iba a ignorarlo, pero Tata me hizo una seña que me indicaba que debía escucharlo.

-Dime Artius.

-Como es que ellos tan débiles, nos derrotaron hasta el punto de casi acabarnos, esas historias, ¿en verdad son reales?

-Por desgracia sí, lo son, el problema son los números, te explico esto, cada mujer largoviviente mujer, solo puede tener una o dos hijos, después paramos de tener bebés, pero ellos no, no tienen ese problema, viven poco, pero se reproducen muy rápido, pueden tener hasta nueve o más hijos si quisieran, o eso he oído.

-Entonces se reproducen como ratas.

Esa comparación me hizo mucha gracias, fue inevitable reírme de ello, eso al menos hizo que pudiera concentrarme más en lo que siento, en ves de los de Granet.

-Yo diría más como conejos.

-Tienes sentido, y la otra pregunta, yo escuches historias de usted, de cómo la nueva elegida nos guiaría a una nueva era, que acabaría con los orcus. Se del odio que le profesa, por eso me extraña que se haya casado con dos Orcus... Digo Diades, con dos humanos. ¿Todas esas historias son mentiras?

Me di cuenta que todos me miraban incluida Gwyn y Lay, que estaba jugando con los niños hace un rato.

-La parte de la guía, no lo sé en verdad, eso supongo que lo comprobaremos con el paso del tiempo, con respecto a mi odio por los orcus, nada de eso es mentira, vivi toda una vida, cazándolos, matándolos e intentando hacer algo por nuestra raza, y sabes que recibió a cambio, uno de los ancianos que viajaban mi cuaris, me envenenó para contaminar mi mayus, el me traiciona e intento matarme con ayuda de otros y me hicieron ver cómo una traidora cuando los mate, todo porque un humano, Granet me ayudó. Si los odio a día de hoy, pero hubieron unos que me mostraron su bondad, que incluso arriesgaron su vida por mi, entonces mi quirilian se activo, me enamore de ellos, ¿irónico no? Ahora soy la esposa de dos humanos, no me arrepiento y agradezco que a día de hoy el quirilian no los haya vuelto loco, eso se los cuento de paso, si alguna vez se enamoran de un humano, tengan en cuenta que el quirilian podría destruirlos, nuestra sensaciones son más intensas y ellos no están preparados para sentir lo del otro, pero con cuidado, comprensión y entrenamiento, puede convivir con uno, o unos como en mi caso.

Creo que termine desviándome bastante en lo que decía, eso fue porque los extraños bastante, nunca pensé que sería del tipo enamoradiza, pero aquí estoy, preocupándome por ellos, extrañándolos, incluso esforzándome en qué esa niña le quiera, aunque no se cómo voy... Bueno escribió mamá en el piso, eso me hizo feliz, bueno, otra mamá, pero me enterneció.

Mire de nuevo a lo lejos, hacia la guerra, nosotros nos manteníamos en el linde del bosque, era lo mejor, por ahora era mejor que no participaremos, aún así yo misma quedé en esperar aquí, por si había una emergencia, este era el frente, por este lado no están ni Hero ni Gran, ellos deberían estar cruzando ese campo unos kilómetros hacia la costa, para poder hacer ese plan de entrar por mar.

-Tata, no sientes el mayus de Granet, no es más, no cuentes el de ninguno, ¿cierto?

-No, si no lo activan con fuerza no soy capas de sentirlo, perdí eso hace mucho tiempo, fue la única manera que encontré de no perder mi mente después de la muerte de Hood, cape mi propio sentido para seguir cuerda.

Eso explicaba todo, el porque no sentía mayus de manera pasiva, pero que cosa más horrible se hizo a ella misma, capar mayus de por sí es algo que casi nadie puede hacer y tampoco nadie busca hacerlo, al final haces que una parte del alma se desconecte de ti, eso tuvo que ser extremadamente doloroso, en los escritos salía que muy pocos habían logrado capar mayus, una técnica peligrosa y autodestructiva y que la mayoría que lo hizo murió en el intento.

-¿Tan difícil es perder a tu quirilian?

-Yo perdí mi razón de vivir ese día, incluso pase años sintiendo que seguía con vida, pero eso fue que no quería aceptar la verdad que había muerto, es por eso que practique por 30 años capar mi mayus, hace diez lo logre. Tranquila, sigo sintiendo, solo me es más dificil sentir empatía, pero puedo enojarme, sonreír, reír, llorar, odiar y demás, solo me cuesta un poco más, es por eso que también puedo tomar decisiones más frías que tú no podrías Vel, además mira, tienes un grupo de jóvenes largovivientes, casi me siento como una madre viendo sus pequeños. As hecho bien mi golondrina.

Ella me abrazo sin dejar de mirar cómo sucedía en la guerra, sus ojos estaban clavados en ella.

-Ve, yo cuidare de ellos mientras tú vas a ver a tus esposos, mujer que apestas a sangre si deseas ir, yo cuidare también de la pequeña.

-Deseo ir, pero Gran me pidió que cuidara a su hija y eso hare, no me moverme de su lado.

-Gracias Tata.

Me acerque a Gwyn, le hice cariño en el pelo.

-Iré a ver qué las personas que amamos se encuentren bien, Tata y Lay, te cuidarán, además, se lo hábil que eres, si pasa algo defiéndete, si puedes defender a alguien más y no te pones en riesgo hazlo.

Ella dijo una palabras que no necesite traducción para entenderlas, quería que la llevara conmigo, pero no podía hacer algo tan estúpido, lo primordial era la seguridad de esa niña.

-Gran y Hero me matarían si te llevo conmigo, pero me aseguraré de decirles lo mucho que los quieres y lo que le extrañas.

Ella no se quejo más y me tendió algo que se sacó de entre sus ropas, un cuchillo, de herrería orcus, pero era "bonito" y estaba bien afilado, la hoja por la parte del filo era roja y la de sin filo tenía el color del acero, curioso cuánto menos.

Lo tome y lo puse en mi cinturón, al fin al cabo quería que me la llevara conmigo.

Me despide y les dije a todos que Tata los cuidaría, muchos se asustaron con eso, pero no podía quedarme tranquila, sabiendo que ellos dos estaban en medio de la guerra, menos cuando a Granet le pasaba algo, así que partí, lo más veloz que pude, corri bordeando toda la guerra para no tener que comenzar a pelear porque si.