Horas antes.
Había perdido la cuenta de cuantos hombres habia matado, la sangre estaba derramada por todo el lugar, teníamos tantos muertos como el enemigo, y nadie daba su brazo a torcer, mi problema era que estaba seguro que alguien nos traiciono, pero prefiero no decírselo a Gran hasta estar seguro, no tengo pruebas, y algo como eso, podría desmoralizar a todos y perder todo.
-Señor Roy, ¿Qué hacemos?, no podemos avanzar nada.
Uno de los nórdicos, me decía a mi señor, eso si era nuevo, pero tenia razón, estábamos totalmente estancados, no podíamos seguir, mis escudo estaba casi roto, y estoy seguro que tengo lesionado el brazo con el que lo sostengo, despues de recibir tantos golpes, pero no era momento de echarnos para atrás.
-Síganme.
Me arroje como un estúpido, pero ya no quedaba más, las flechas que me dispararon, quedaron incrustadas en mi escudo, y mate a un hombre, luego a otro y así. Si no fuera por tanto numero, habríamos ganado esto ya hace rato, pero por lo visto tenían todo muy cubierto, aun así no me detuve, de vez en cuando me topa con alguien que me obligaba a exigirme, pero aun así lo mataba sin muchos problemas.
Seguí matando, ya no sabia cuantos habian perecido por mi espada, mis extremidades estaban entumecidas, y ya ni siquiera veía rostros que conocía, habian muertos todos mis "compañeros" con los que al menos hable.
La respiración se estaba haciendo pesada, mi escudo estaba roto, y al estar pendiente de mi cansancio, recibí un corte en mi espalda, eso casi me tiro al suelo, la herida era grave, y ni siquiera sabia como seguía vivo, pero me las arregle para contratacar y mandar al infierno al desgraciado.
Proseguí matando a diestras y siniestras, parecía un monstruo que no se detenía, pese a estar desangrándose, mate y mate, ya la sangre que tenia encima, no sabia si era mías o no.
Chocaba espadas, me defendía, golpeaba, mataba, incluso llegue a ocupar mis dientes, y cuando me di cuenta que estaba peleando con uno de los nuestros, al fin note que habíamos ganado.
El tipo se rio de mi, no sabia que le hacia gracia a esa bestia salvaje.
-Peleas bien ingles, mira a cuantos mandaste con Odín, para ser joven eres un verdadero Berserker...
Solo escuchaba estupideces, ojala y también lo hubiera acabado.
Después de eso todo se volvio negro. Para cuando desperté estaba en una de las tiendas de campaña, mi brazo derecho estaba encastribillado, con dos maderas puestas.
Una mujer bastante guapa, que no habia visto, se acerco a mi.
-Sigues vivo, yo pense que con toda esa sangre que perdiste, moririas, chico con suerte -dijo de manera despectiva.
-Disculpa, ¿Quién eres?
La chica ahora que la veia bien era uno de esos salvajes, una muy linda, ocupaba ropa ligera, incluso podia ver sus pesones marcados en la tela.
-Soy Laris, curandera y guerrera, pero me obligaron a no participar.
-Ya veo, gracias Laris...
Intente levantarme, pero senti como mi espalda dolio un infierno, y sentia cosas moverse.
-Quedate quieto, la herida en tu espalda se infecto rapido, los gusanos se estan comiendo lo podrido.
Con el simple hecho de que me digieran eso, vomite, estaba asqueado, sentía a los muchos gusanos recorrer mi espalda.
-No manches la tienda imbécil, niño tenias que ser, ¿Cómo es que alguien como tú lo estén llamando el berserker del norte?
-¿Berserker del norte? eso se oye bien, me gusta, el Berserker del norte, no tengo idea que carajos significa, pero me agrada, me lo quedo, ahora dime, antes que siga vomitando ¿Cuántos años tienes?
-Vuelve a vomitar y te mato... tengo 18 inviernos, tu pareces de trece, pero tienes buenos musculos, y un cuerpo tallado en cicatrices para ser pequeño.
-Tengo 17 otoños, no soy tan menor, se que soy bajo y luzco más joven, pero no soy un niño.
Ella se rio de mi lo que me molesto aun más.
-Tranquilo chico, solo jugaba contigo, si soy honesta estoy encantada contigo, no puedo creer las cosas que hiciste, o al menos lo que dicen que hiciste, es primera vez que los nuestros admiran a un ingles, te dieron un nombre entre los nuestros, Berserker, aun así sigues siendo eso un ingles.
Yo la miraba bien, ahora que recuperaba bien mi visión y veía como corresponde, note algo que habia dejado pasar, ella tenia una venda por su ojo derecho, manchada con sangre, al inicio como veía borroso, pensaba que era su pelo, que era como el del fuego, pero no, habia recibido una herida.
-Soy joven, pero conosco la guerra desde los catorce años, y si algo he descubierto, es que no importa, si somos ingles, franceses, nórdicos, irlandés, o lo que sean esos otros de orejas largas, al final nuestra sangre es la misma Laris... ¿Puedo preguntar que te paso en el ojo?
-Queria atacar el nuevo Jarl, ese al que obedeces, el de nombre Gran. Skivender no me lo permitio y perdi el ojo en el proceso, algo duro.
Su mirada era fría, pero no reflejaba lo que decia, detras de su pantalla podia ver dos cosas, tristeza y malicia. De alguna manera esa chica me estaba encantando.
-¿Por qué, en ves de intentar matar a mi amigo, y Señor, no te nos unes, tu habilidad es increible.
-Los cumplidos no sirven conmigo Berserker, las cosas conmigo se logran con acciones, no con palabra bonitas que solo son eso, palabras, además porque tendría que doblar mi rodilla ante un señor.
Iba a responderle, pero me quede pensando en lo primero que dijo, no me rechazo, simplemente me dijo que los cumplidos no servían... ¿acaso le intereso?, bueno, parece ser mi tipo, pero y Monic... haber lo hice con ella, pero tampoco es que avanzamos, más que ello y no a contestado ninguna de mis cartas.
-A, una cosa más, no deberías moverte mucho, se puede abrir tus heridas, tómatelo con más calma.
-A él no le interesa que te postres ante él, ni a su esposa, que por lo visto tiene tanto valor como él. a Gran le interesa que la apoyen, no te pide fidelidad, ni nada, solo que cooperes cuando él lo necesita, en todo este tiempo con ese idiota, nunca me a exigido hacer algo. Cuando lo conoci, pense que era un debilucho más, me equivoque, aunque si era un inutil al inicio que mostraba ganas de seguir adelante, se a convertido en un buen lider.
-Sigue siendo un ingles. Toma esto, te ayudara para los dolores, no, preguntes porque apesta... niño reclamon.
Ella me apreto la nariz y me metio el menjungue por la boca. Sabia a rayos y centellas, no podia parar de toser, pero estaba claro que tenia pescado, o algo parecido.
-Eso, ves lo fácil que es, muy guerrero que dicen que eres, y tan quejon, eres como todos los hombres de este lugar, mucho bla bla, pero a la hora de ver la efectividad, solo se quejan.
No sé que me paso, pero me abalance sobre ella, la miraba con rabia, pero no era eso lo que deseaba, de un arranque le rompí las rompa dejando su pecho desnudo. Ella me miraba desafiante, entonces fue ella la que me tomo por la cintura y me tiro contra la mesa lo que dolió.
-Veamos de que estas hecho, niño -dijo con una sonrisa en su rostro.
Me bajo los pantalones rapidamente, me escupio directamenrte el pene, y lo lubrico con esa saliba, me tiro contra el suelo, cosa que me dolio un monton, y se bajo los pantalones tirandomelos a la cara. Tomo mi pene sin problemas.
-Nada mal, algo pequeño, pero grueso, me gusta eso.
Ella embullo mi pene con su vagina, fue abrazada por ella, por alguna razon, ver su peludo vello, me éxito aun más. Me moví con fuerza, la tome por la cintura y ambos nos movíamos, no habia amor en lo que hacíamos, si no, solo placer, una muy dulce.
-Mierda mi espalda esta sangrando.
-No importa, cuado terminemos te la vuelvo a coser, tu sigue moviendote chico, y no olvides esta parte.
Ella tomo mi mano e, hizo que le pusiera atencion a su clitoris, fue cuando finalmente comenzo a gemir, algo que yo ya estaba haciendo.
Nos besamos, el beso era extremamente lascivo, incluso me mordió el labio haciéndome sangrar. Mierda, nunca habia tenido sexo como este, y me encantaba, me permitía poder ser brusco y no contenerme, y no me importaba que fueran brusco conmigo, de hecho lo prefería.
-Vamos Roy, puedes hacerlo mejor que esto -dijo entregemidos.
-Sabias mi nombre... mierda, eres fantastica Laris.
Me empecé a mover como me enseñaron en el burdel, algo mas brusco y haciendo movimientos en su interior, eso si le gusto, y podía verlo en su rostro, que era mucho más complaciente.
Ya estaba llegando a mi limite, y me corri dentro de ella. Laris, no paro de moverse, por lo visto le fascino que me fuera adentro, no se si era un fetiche de ella o no, pero le gustaba, me hizo correr dos veces más hasta que finalmente ella logro tener su orgasmo, yo a esa altura casi me desmayaba, por la perdida de sangre en mi espalda, pero me importaba un mierda.
-¿Donde estuviste toda mi vida Laris?
Ella se ríe simplemente.
-Nada mal para un ingles -dijo mordiéndome el cuello.
Ella dejo de montarme, y ver como le goteaba mi semen por su entrepierna me excitaba.
-Ven vamos a volver a cocerte esa espalda.
-Soy todo tuyo Laris.