-No lo se, para mi ellos no son mi familia, de hecho ustedes son lo más cercano que he tenido a una.
-Porque lo somos -Dijo Lay, algo que no me lo espere-. El idiota de mi padre, Roy, Mirian, Gran, todo somos una familia.
-Lay tiene razón Roja, para mi más que mis escuderas, son muy especiales, Lay, siempre a sido una hermana para mi, por Morrigan que ella lo sabe, y tú, vamos también, no solo eso, te convertiste en la mujer de mi hermana, ambas son especiales para mi, y pertenecen a mi familia, y si lo deseas, como se lo de a Lay, puedes tomar mi apellido, seria un honor para mi, ¿Qué dices?
El rostro de Roja, cambiaba al de un perrito, que te miraba de manera tierna, ella se abalando sobre mi, lo que fue algo incomodo, porque sentía su pecho sobre mi, haber lo disfrute, pero si Hero, o Vel se enteraran de esto, me metería en muchos problemas demasiado.
-No se ni como agradecértelo Gran, pese que a veces, me dan ganas de golpearte, siempre estoy agradecida de ti, porque creíste en mi, cuando nadie lo hice, aparte de mi maestro, claro que e gustaria tener un apellido, y que mi Sir, me quiera entregar el suyo, eso es un honor, que nunca podre pagar en vida-. Ella se arrodillo ante mí-. Sera un placer llamarme desde ahora Amelia Venture.
-Levántate, que tampoco es un nombramiento oficial ni nada, pero en tu caso, como no portas apellido, lo haremos oficial, antes de partir, además quiero crear un grupo, pero eso será despues de conquistar Leap.
-No es que quiera meterme en esto, sobre todo por ti Amelia, pero no hay que negar, que ella tiene un apellido, y muy importante, quedo claro que eres una Creyback, eso seria útil para Gran.
Roja, no se esperó que precisamente Lay, le mencionara aquello, en sus ojos pude ver la traición que sintió, y se que Lay lo hacia de buena fe, pero tuvo que dolerle a ella.
-Vaya, que buen apellido tengo, una familia que me vendió a unos mercenarios, además si lo tomara, tendría que dejar de ser escudera, y quedarme en este lugar de mierda, pense que al menos entendía eso, parece que me equivoque -dijo con una expresión fría.
-Yo no te voy a obligar, a tomar tú apellido de nacimiento, en eso no me meteré, lo que dice Lay, es verdad, y no te enojes con ella, lo dice porque seria de ayuda para mi, pero entiendo como te sientes, como ya mencione, es tu decisión, y piénsalo por ti, no por si me ayudas de esa manera, y si llegaras a tomar el apellido, te juro que nunca te dejare relegada a este lugar, Amelia Venture.
Al menos mi palabras sirvieron para cambiar esa expresión de su rostro, no se en que pensó Lay con ello, pero me debe una con esto.
-Con respecto de dejar a alguien en el castillo, estaba pensando dejar a Sir Gabriel, como gobernante, pero me gustaria que lo conocieras, al final es tu tío, y parece que el no tuvo nada que ver con lo tuyo, solo piénsalo, no es obligación que lo hagas, es que parece una buena persona, no me preguntes como lo se, pero lo creo.
-Hablare con él, pero con una condición, quiero que hagas que yo y Lay no tengamos que ocultarnos, quiero poder estar con ella sin importar los comentarios de los demás o ese tipos de cosas, se que pido algo egoísta, pero...
-Con Hero ya conversamos de esto hace un tiempo, queremos habilitar el matrimonio homosexual, aunque eso no cambiara la mente de las personas, pero que al menos sea legal, el cambio, vendrá con el tiempo, y eso nos meterá en guerra directa con la iglesia, pero es algo que tengo planeado desde hace un tiempo, desde que Lay me conto su historia, no me he olvidado de ello, te dije que ambos Eduardos pagarían, eso lo cumpliré, a como de lugar, incluso si tengo que llegar al corazón del país para lograrlo.
Esta vez logre sentir a Lay, en el fondo sentía miedo, se asustaba de aquello, y más que nada, creo que era por la reacción de su padre, o al menos eso me imaginó.
-Todo bien con lo que dices, pero ¿Qué es homosexual? -pregunto Roja
-Es como se le dicen a aquellas personas que se sienten atraídos con por su mismo sexo, es el termino que se le suele decir y no es ofensivo-. Se me habia olvidado, que en este tiempo esta palabra como tal no existía.
-No conocía esa palabra para nada, simplemente se que se nos decía gay y punto, y nuca me agrado de hecho porque siempre se usaba para insultar.
Terminamos nuestra conversación, me retire, para dejarlas que estuvieran más cómodas, y les dije que le traería ropa más tarde para que no tuvieran que bajar con tan poca ropa.
Después de conversar con Gran, y volver a nuestra habitación, discutí con Lay, no podía creer que ella digiera lo de mi apellido, no es que la discusión fuera muy grande, pero en este momento no quería seguir viéndola, baje hacia la entrada de la escalerilla que daba a la mazmorra, y ahí habia un guardia, que me impidió bajar.
-Sir Gran, me autorizo a hablar con Sir Gabriel, digo El Jarl para ustedes.
Los dos tipos se miraron.
-El Jarl, no menciono nada de una visita, los únicos que nos tienen permitido entrar, son los familiares directos de la niña De Poart, y los Jarls -dijo uno de los guardias.
-Entonces, quieren que vaya a molestar a los Jarls, cuando se fueron a pasar algo de tiempo con su hija, problema no tengo, con ir, pero no creo que a ninguno de los tres le guste la idea de molestarlos. Mi nombre es Amelia, soy la escudera de Gran, ¿con eso es suficiente para que me dejen pasar?
Los guardias no sabían como proceder.
-Esta bien, pero las armas las dejas acá y te las entregaremos, cuando salgas, e informaremos de esto a los Jarls.
-No hay problema con ello, tomen-. Me saque mis espadas y se las entregue, por suerte, no me hicieron perder tiempo, adentro habian, dos guardias más vigilando a nuestros dos presos.
Me detuve primero en el de Mirian.
-Niña, tú si que la cagaste en grande. Tranquila, no vengo a masterizarte con ello, te traje algo.
Le arroje una manzana que tenia oculta. Ella estaba triste, y ni siquiera tomo la fruta, simplemente se quedo mirando el piso, y ni me contesto.
-Al menos hablas con tus hermanos cuando vengan a visitarte, ellos están preocupados por ti, Mirian, sobre todo Lay.
Sin recibir respuesta proseguí un poco más allá, donde estaba el que supuestamente era mi tío, quede frente a su celda, el estaba de espada jugando cartas, me llamo la casualidad, que tuviera un juego de naipes en estas condiciones, pero me imaginaba que tenia que ver con Gran.
Golpee las rejas, para que me prestara atencion.
-Arisa... No hay duda eres su hija.
El hombre se levanto rápidamente, se acerco a los barrotes, mirándome sorprendido.
Yo no encontraba rasgos parecidos con el, de por si nuestro color de pelo era distinto, el del negro el mío rojo, así que no pude evitar sospechar.
-Primero que nada no soy hija de esa mujer segundo, Gran me pidió conversar contigo.
Las lagrimas cayeron de sus ojos.
-Perdón, cuando supe lo que hizo mi hermana, te busque, por mar y tierra, intente encontrarte, y cuando llegue con los mercenarios, resultó que te habías escapado, despues pense que una niña con tu edad nunca sobreviviría sola, pero aqui estas, eres preciosa, linda- menciono el anciano hombre.
Quieres que creas que me buscaron, despues de vender como si fuera una mercancía mas, no, no lo hare, puedes llorar lo que sea, pero no lograras convencerme, no soy una Creyback, o sea cual sea el apellido de la que me engendro, pero yo tengo mi familia.
El me miro apenado.
-Es verdad, lo unico que puedes pensar de esta familia es odio, Arisa, hizo una estupidez por amor, yo no hable con ella desde ese entonces, por mi relación con ella, quede relegado de mucho de mis trabajos, ya que, Argus siempre amo a tu madre, incluso logro perdonarla, despues de lo que te hicieron. Tal vez no sea mucho, y no puedo enmendar el daño que te hizo nuestra familia, pero estare para lo que necesites, si es que lo deseas.
-Porque querría a alguien como ustedes cerca de mi...
Me quede mirándolo, tenia gana de insultarlo, pero lo que me decía no parecía ninguna mentira.