Yo estaba algo nerviosa, habia discutido con Amelia, y eso me afecto más de la cuenta, además mi pelo me estaba molestando y quería hablar con alguien, aunque sabia bien con quien quería pasar tiempo, con Gran.
Me dispuse a ir a molestarlo, sabia que estaba en el patio, despues de su entrenamiento se quedo ahí con su familia pasando el tiempo, me gustaba verlo sonreír, eso demostraba que habia superado muchos de sus problemas, el día que parecía un cascaron vacío, para mi fue casi como tenerlo muerto, eso fue desolador, casi como si no quisiera vivir por mi cuenta.
A veces pense a llegar que me habia enamorado de él, pero no es así, mi cariño es muy fraternal de eso estoy segura, tal vez muy normal no lo es, pero fue la primera persona que llego a tocar mi corazón y ayudarme con mis problemas, y aun pienso que si no hubiera sido por mi pasado, estaría perdidamente enamorada de él... Menos mal que eso no sucedió a así, no hubiera tenido cabida en su mundo, y agradezco que allá encontrado a dos buenas mujeres que lo aman, aunque es algo muy extraño de pensar, pero si él esta feliz, yo también.
Me acerque a ellos, Velaria, siempre me observaba con cuidado, aunque ahora lo hacia más ligeramente que antes, ella solía escudriñarme con la mirada, en busca de armas me imaginaba, pero ahora se fija en la espada en mi espalda, y en el cuchillo que suelo tener oculto en la pierna.
-Hola Lay, ¿Qué deseas? -pregunto, Velaria, que me saludo de las primeras.
-Hola señora Velaria, Hero, pequeña Gwyn, ¿les molesta si les quito a Gran por unas horas?
Las dos esposas de Gran, como se hacen llamar, se miraron, estaba claro que a Hero, no le agradaba mucho, pero nuevamente, Velaria me sorprendió.
-No veo el problema, aunque esa decisión debe tomarla nuestro amor, se que son amigos.
-Espera, no los alientes así Vel, Lay es confiable en muchos aspectos, pero estos dos siempre se ven con ojitos cariñositos, no me gusta para nada.
-No lo entiendes Hero, siente a Gran, nuestro quirilian, esta para ello, los sentimientos que siente por ella son distintos a los nuestros, además si intentara hacer algo, lo sabríamos de inmediato, nuestro quirilian siempre nos delatara, por muy bueno que seamos controlándolo, hay cosas que son incontrolables, y confió en ustedes, además Lay parece ser un buen orcus.
-Gracias, creo.
-Bien, cariños míos, pasare un rato con Lay, además hace tiempo no pasamos tiempo juntos, les prometo que se lo compensare despues, que les parece un masaje a ambas y a ti Gwyn, te dejare visitar a Mirian.
Creo que lo ultimo no le agrado mucho a Hero, pero no puso resistencia, estaba claro, que ella no perdonaba lo que hizo mi hermana, y no podía culparla, lo que hizo fue grabe, nunca pense que nos traicionaría por una estupidez que estoy segura que nunca cumpliría.
Gran me saco de mis pensamientos y tomó mi brazo, y nos fuimos caminando juntos, incluso salimos del castillo, en el trayecto estuvimos hablando de como estábamos en este tiempo de lo que sentíamos con los cambios, hasta que ya me decidí a hablar de lo que quería con el.
-Gran, te extrañaba, digo hacer estas cosas, habia pasado tiempo.
-Si pasaron muchas cosas, y creo que te deje de lado, te pido disculpa por ello Lay, sabes lo importante que eres, y me alegra que ya puedas tener sexo con normalidad con Roja, esta mal que lo diga, pero estabas feliz, o al menos eso percate.
-Si, pero no soy honesta del todo, o a veces me paso de ella, y no pienso lo que digo, apenas se como lidiar con Amelia, no se como aguantas dos parejas en verdad.
Vi que gran se rio, lo que también genero risa en mi.
-Que quieres que te diga, con Hero, es el amor de toda mi vida, y mi corazón late tan fuerte por Velaria como con ella, no se porque, pero así es, y sobre la convivencia vamos aprendiendo, Vel, es muy tiquismiquis con ciertas cosas y Hero, quiere mimos y cariños las veinte y cuatro horas del día, y yo que voy a decir, pueda que se el peor de las tres, busco cariño como Hero, tengo mis mañas como Vel, me preocupa mucho el futuro y pierdo de vista lo más importante, y a veces lucho solo, cuando debería apoyarme en ellas. Me siento con mucha suerte Vel, de estar con ellas, no, no solo tenerlas como parejas, si no de todas las personas que me rodee, y luchare también por las personas que no pude salvar, como Helen.
-No seas tan duro contigo mismo, aunque me gustaría poder ser un poco más analítica como tu, Amelia me vuelve loca, en ambos sentido, le entrega una calidez a mi corazón que solo habia sentido contigo, pero con ella es diferente, a veces solo quiero perderme en ella, pero también hay otras donde no la entiendo, hace cosas impulsivas, como besarnos en los pasillos, o lo de pedir que podamos unirnos en matrimonio, y no es que no quiera eso ultimo, parte de mi lo desea, pero nadie nos apoyara, tal vez tú, pero mi padre, se volverá loco.
Gran, nos detuvo, miro al horizonte donde se veía un hermoso bosque.
-En mi opinión Lay, creo que va siendo hora de que hables con él y se lo cuentes, yo la apoyare siempre y hare que sean aceptadas por lo ojos del mundo, no será fácil, pero veré como cambiar el paradigma, tú solo se feliz con la persona que amas, y en este momento tienes que apoyar a Amelia
-¿Y quien me apoya a mi? - pregunte enojada, sin querer-. Perdón Gran no quise alzarte la voz.
-Lay, vamos cuéntame que sucede, yo siempre te apoyare.
-No Gran, no siempre podrás, ahora tienes que pasar tiempo con las personas que amas, tu hija, y talvez los hijos que vendrás, yo tengo que aprender a lidiar con mis problemas, solo me gustaría poder decirlos tan facilmente como tú lo haces, yo ni se muy bien que sucede conmigo, esas voces que aparecen en mi cabeza cuando tengo miedo, me desesperan. Tengo miedo, que todo lo que he construido con Amelia se rompa, hoy discutimos, despues de haberle dicho que debería portar el apellido de los Creyback.
-Ya veo, si soy sincero, me seria de mucha ayuda que lo aceptara, pero no puedo obligarla, menos cuando le hicieron todo eso, Lay habla con Amelia, creo que debes pedirle disculpas por ello, no toda en la vida hay que verlo como un ajedrez para la guerra, Amelia ante que todo es la personas que ama, dicho eso, quiero saber que te sucede, cuéntamelo.
Entre más hablaba con Gran más me frustraba, porque tenia razón, pero me enojaba mucho, ante ello.
-Tengo miedo de arruinar todo, de perderlos, de no poder superar mis miedos, de volver al punto que estaba antes de conocernos, ustedes dos abrieron mi mundo, pero mi corazón late con tanta ira, contra los que me hicieron cosas en mi pasado, que el pánico que sentía antes se transformo en el deseo de querer vengarme, y si en ello la lastimo Gran, o a ti, no podría vivir con ese peso sobre mis hombros, solo quiero ser alguien normal, feliz sin toda esta mierda.
-Si eso sucede maldita estúpida, entonces evitare que suceda, porque no me lo mencionaste a mi, al menos hubiera entendido todo, y no hubiéramos tenido esa discusión.
Amelia nos sorprendió a ambos estaba molesta, y de alguna manera dio con nuestra ubicación.
-¿Como nos encontraste Roja? -preguntó antes que yo lo hiciera.
-Le pregunte a los guardias si habian visto a Gran, y me dijeron que los vieron caminar junto su escudera.
Amelia se acercó a mi con una cara totalmente enrabiada, me tomo por la ropa del cuello y me beso. Yo me fui perdiendo en ese beso, al abrace fuerte por la cintura, y cuando terminamos de besarnos, Gran nos abrazo a las dos.
-Hazle un poco de caso a Amelia, Lay, tienes que contarle como te sientes, se que es difícil, pero así se entenderán mucho mejor.
-Ves, tienes que hacerle caso a Gran, ¿Cómo qué un poco?
Gran puso una sonrisa sínica en su rostro, y ella comenzó a increparlo, pero no pude evitarme reírme de ello, y Roja finalmente puso una sonrisa en su rostro.