En los días siguientes, se demostró que Aniya tenía razón. Paige realmente se había golpeado la cabeza con algo y había comenzado a actuar de manera extraña con todos.
Especialmente con Aniya.
Se había vuelto amigable con ella, tratando de facilitarle las cosas de todas las formas posibles.
—Anaya. El señor George Donovan quiere verte —una hermosa mañana le informó a Aniya con una dulce sonrisa.
Había desaparecido la chica que solía ser posesiva y sarcástica con cada empleado de la oficina.
El mismo día que Aniya salía de la oficina de George después de haber sido besada intensamente, Paige la saludó con una gran sonrisa y caminó con ella hacia el ascensor.
—Deberíamos almorzar o cenar algún día —sugirió a Aniya y Aniya solo pudo asentir en shock.
—Sí... —respondió con un encogimiento de hombros.