capitulo 17

Al abrir la puerta de madera, vimos que era un lugar extremadamente gigantesco y, a lo lejos, se veía un enorme círculo mágico que pensamos que era el portal que nos llevaría hacia la ciudad de los dioses. Así que entramos sin más que pensar.

Bajamos una larga escalera que guiaba hacia una ciudad que estaba destrozada y a punto de caer en pedazos.

Se notaba que, en su tiempo, la ciudad fue muy habitada y visitada por mucha gente.

Caminamos y caminamos, y veíamos la ciudad, donde cada vez se sentía más la soledad de lo que un día fue muy próspera y hoy solo es otro olvido de este mundo.

Llegamos a las escaleras y había que subir para llegar al portal.

Al subir las escaleras, por fin llegamos al portal. Antes de entrar, nos miramos todos por última vez y, de nuevo, chocamos nuestros puños todos juntos y gritamos fuertemente a la vez:

"¡A por la victoria, cueste lo que cueste!"

Sin más que decir, el portal se activó, salieron círculos mágicos y nos teletransportó en un abrir y cerrar de ojos.

Yo, al cerrar los ojos y abrirlos de nuevo, ya estaba en otro lugar, uno muy diferente: una llanura densa y larga que, a simple vista, parecía no tener fin.

Comencé a mirar a mi alrededor y a ver que no había nadie conmigo.

Me pregunté qué les habría pasado a mis hermanos.

¿Sería que también estaban solos o ellos sí llegarían juntos y yo sería el único que quedaría solo?

Comencé a caminar hacia adelante para ver si encontraba al menos a alguien o a un hermano mío.

Después de caminar un buen rato, como unos dos minutos sin rumbo fijo, frente a mí no había nada ni nadie, pero a lo lejos se veían dos personas viniendo hacia donde estaba.

Hasta que los dos se detuvieron y uno de ellos comenzó a hablar:

"Pero, ¿qué tenemos aquí? Por fin nos encontramos con uno de los héroes."

Pensé que estas personas no serían amigables, solo con las palabras que uno de ellos ya me había dicho.

"Por fin llegas. ¿Cómo es que el portal solo trajo uno acá? Eee... pensé que mínimo dos iban a llegar a este lugar, como es el lugar que más aparece cuando uno lo utiliza. Pero bueno, ¿qué más da?"

El otro que estaba a la derecha, que habló primero, por fin había hablado y, como suponía, estas personas eran enemigos y parecían demasiado fuertes.

"Pensé que tú eras el sujeto que estaba afuera del reino, pero creo que no lo eres."

Dije esas palabras antes de comenzar a sujetar mi katana con mi mano derecha.

"Lo siento por ti, pero él está en otro lugar, tal vez con uno o dos de tus amigos o hermanos. Como sea, ya sabrás por qué estamos aquí, ¿no? No perdamos más el tiempo y vamos a matarte de una vez por todas. Quiero ir y ver cómo mueren tus otros compañeros."

Desenvainé mi katana de un jalón y de una comencé a correr hacia donde estaba él.

"Bueno, vengan los dos juntos si quieren, porque no tendré piedad. Los mataré a ustedes dos sin contenerme."

"Pues que así sea, hombre de armadura. Comencemos esta batalla donde por fin nosotros gobernemos este mundo."

Y así nuestras armas chocaron de golpe, quedando a simple vista nuestras fuerzas y ansias de saber quién sería el ganador de esta batalla.

"Que así sea."

Le dije mientras nuestros ojos se veían fijamente en medio de la batalla.

[Los héroes por fin están a punto de llegar a su destino final. La aventura de cada uno está ¿llegando a su fin o apenas comenzando? Nadie lo sabe, pero cada héroe tendrá que pelear para saberlo o morir en el intento.]