capitulo 16

El se paró de la piedra donde estaba sentado y comenzó a caminar hacia nosotros, mientras él comenzaba a acercarse. Mis hermanos agarraron sus espadas para atacar cuando este se acercara un poco más.

"Oigan, muchachos, tranquilos. No vengo a pelear, solo vengo a decirles algo muy importante, así que escuchen y suelten sus espadas."

"Si das un paso más, te voy a cortar tu maldita cabeza."

Le respondió Akira mientras desvainaba su katana.

El de una paró de caminar y nos comenzó a mirar detalladamente mientras se reía.

"Saben, ustedes son los últimos humanos que quedan en todo el planeta. Los otros murieron en batalla y los que fueron esclavizados en este momento los están matando. Así que en unos minutos, la raza humana dejará de existir, bueno, con excepción de ustedes... once."

Daichi apretó por un momento sus dientes antes de hablar

"No importa, nosotros mataremos a todos y cada uno de ustedes de este mundo y nunca más se hablará de ustedes, así que también dejarán de existir muy pronto."

"Jajajaja, eso fue muy gracioso, pero si eso quieren, vayan al portal de la ciudad de las ruinas. Esta ciudad queda casi llegando al reino de los elfos, así que ese portal los llevará a donde nosotros. Será su fin, el fin de cada uno de ustedes, así que allá los estaremos esperando a cada uno de ustedes."

"Este será tu fin y el de tu clan o lo que ustedes sean, ¿me escuchaste?"

"Que así sea entonces. Los esperamos en el reino de los cielos, Pero díganme, ¿cómo es posible que...?"

El me señaló con uno de sus dedos, mientras hablaba.

"¿cómo es posible que sigas vivo si yo te maté?"

Luego suspiró un momento y comenzó a negar todo con su cabeza, mientras se golpeaba con su puño en la frente.

"Pero, ¿qué es lo que estoy diciendo? Si este tiene poder mágico, apenas se le nota. Me diste un buen susto, sabes. Ese maldito caballero duró más de diez minutos defendiendo la puerta con su maldita espada. Fue un duro rival, me dio tanta rabia que su muerte fue lenta y dolorosa. Apenas gritaba de dolor cuando le arrancaba la cabeza. ¡Jajajaja!"

No pude aguantar más las palabras y comenzé a gritarle con todas mis fuerzas a apenas escuchar lo que el dijo.

"Te arrepentirás por hacerle eso. ¡Yo te mataré con mis propias manos!"

"Jajajajja, te estaré esperando entonces, nuevo caballero. Espero que dures más que él."

Así, después de terminar de hablar, el se fue volando con sus alas.

Nos miramos por un momento y seguimos caminando.

Ya sabíamos a dónde debíamos ir: a la ciudad de las ruinas, que quedaba casi llegando al reino de los elfos.

Nos demoraremos dos días para llegar caminando, así que nos pusimos en marcha de inmediato.

Por el camino, encontramos aldeas destrozadas y pueblos abandonados.

Ya no quedaba ningún humano vivo.

Todo lo que había dicho ese hombre había sido cierto; ya no quedaba ningún humano con vida.

La raza humana había dejado de existir. Nuestra misión de protegerla había fracasado.

Caminamos un día entero hasta llegar a un río donde acampamos.

Allí pescamos unos peces para comer y nos bañamos para quitarnos el sudor.

Después de preparar la comida, comimos todos juntos y reímos un rato recordando viejos momentos de cómo nos divertíamos de niños, aunque yo no pudiera recordar nada de lo que mis hermanos contaban. Pero mi corazón sí lo sabía; que todo era verdad.

Al siguiente día, seguimos caminando hacia nuestro destino: matar a esos dioses.

Caminamos y caminamos hasta por fin llegar a la ciudad de las ruinas. La entrada era una gigantesca puerta de madera que estaba rodeada de lianas. Tuvimos que arrancar todas las lianas para abrir la puerta.