capitulo 19: Hana vs la diosa de la naturaleza

—¡¿Por qué... por qué lo hiciste?! ¡¿Por qué te metiste en medio?! ¡Respóndeme, Rin! ¡Maldita sea, no te mueras, por favor!

La voz de Rin era apenas un susurro, ronca, quebrada… apenas audible a pesar de que estaba justo frente a mí. Su cuerpo temblaba.

—Yo... lo... siento... hermana... diles... a todos... que... los quiero... mucho...

Al terminar esas palabras, su cuerpo dejó de moverse.

La rabia me consumió por completo.

—¡Maldita... tú vas a morir! ¡En este mismo instante pagarás por todos tus pecados, por el sufrimiento de toda la gente que mataste!

¡Habilidad especial: Clarividencia!

> [Clarividencia: permite prever ataques que ocurrirán en los próximos cuatro segundos.]

[Límite de uso: 10 veces consecutivas. Reposo de 1 minuto tras alcanzar el límite.]

[Desventaja: si el portador sufre daño ocular, la habilidad entra en reposo por 2 minutos.]

Arranqué con furia las raíces que aún aprisionaban mi cuerpo.

Tomé la katana de Rin del suelo, justo al lado de su cuerpo sin vida, y me puse de pie.

Miré hacia adelante y observé... el futuro inmediato.

Vi cómo la mujer me atacaba desde el suelo con raíces que atravesaban mi cuerpo.

Me aparté justo a tiempo.

Un segundo después, las raíces rompían el suelo donde yo estaba.

Volví a avanzar, pero ella reaccionó rápidamente con otro ataque.

Me detuve, cerré los ojos por un instante… y sentí su presencia detrás de mí.

Desvié su katana con la mía justo a tiempo.

—Oye... ¿qué se siente tener esa habilidad? —preguntó.

No respondí. Solo la miré con odio.

—Sin respuesta... jajaja. Muy bien...

Una vez más, sus raíces emergieron del suelo. Esta vez, no fui tan rápida.

Cinco raíces me atravesaron el abdomen con fuerza brutal.

Caí de rodillas. Mi sangre manchó la nieve.

La diosa se acercaba, sonriendo.

—¡Tus recuerdos pasan por tus ojos, heroína! ¡Tus malditos recuerdos pasan por tus malditos ojos!

Había arrojado su katana al suelo como si ya hubiera ganado.

Estaba segura de su victoria. Disfrutaba viéndome derrotada.

—¿Ya piensas que ganaste...? Me das pena —murmuré entre dientes.

Esperé...

Un paso más... otro... hasta que estuvo justo frente a mí.

Con fuerza desesperada, tomé mi katana y la lancé en un corte diagonal desde su abdomen hasta el pecho.

Su cuerpo tembló. Se le fue la fuerza. Cayó de rodillas frente a mí, jadeando.

Su rostro lo decía todo: no entendía cómo había perdido.

Pero aún no se rendía.

Con esfuerzo, llevó su mano a su cintura y sacó un pequeño cuchillo oculto.

—¡Rin...! —fue lo último que pensé.

Se lanzó sobre mí y, usando toda la fuerza que le quedaba, me apuñaló directo en el corazón.

En ese instante, escuché la voz de Rin.

No sé si era real o un eco en mi mente… pero su voz me envolvía.

Mi cuerpo comenzó a sentirse pesado. Muy pesado.

La sangre salía de mi boca sin control.

La gema de Vitae estaba completamente rota. Ya no podía sanar.

Ya no podía salvarme.

Con lo poco que me quedaba, me arrastré por el suelo para llegar hasta el cuerpo de mi hermana.

Solo quería... estar junto a ella. Solo eso.

Pero cada centímetro me quitaba más vida.

La vista se volvió borrosa. La luz se apagaba.

Pero no me importaba. Solo quería alcanzarla. Tocar su mano una última vez.

Y cuando por fin estuve a centímetros de ella…

---

[Rin y Hana. Dos hermanas. Dos heroínas.

Una dio la vida por la otra. La otra se desangró por proteger ese sacrificio.

Sus cuerpos quedaron a pocos centímetros... pero lo suficientemente lejos para que sus manos no se encontraran jamás.]