Castigo...

Su rostro se volvió frío cuando ella dijo eso, y él gentilmente le quitó la mano de encima.

—Ella... —Él dio algunos pasos hacia atrás y se enfrentó a la pared, su corazón latiendo aceleradamente.

—Quiero creer que eso es una broma.

—¿Broma? ¿En serio? ¿Yo bromearía con la muerte de tu madre?

Él se tomó el pecho, un sudor frío brotando en su frente.

—¿Có... cómo sucedió? —Se mordió los labios—. ¿Dónde está el cuerpo? —Logró decir.

—En su habitación —ella se tapó la cara con la mano y comenzó a sollozar nuevamente.

Él cerró los ojos y apretó los puños, ¿cómo pudo ella haber muerto así?

—Por favor, vete —llegó la fría respuesta.

Ella levantó su rostro.

—¿Qué?

—Solo vete. Por favor.

—¿Por qué? ¿No sientes dolor?

Él apretó los puños hasta que sus nudillos se pusieron blancos.

—Por favor Nyx. Yo...

Ella caminó hacia él y se enfrentó a él.

—¿Por qué? ¿Por qué razón? ¿Solo quieres que me vaya?

—No lo entenderías —dijo él, su rostro inexpresivo.

Ella arqueó las cejas.