El Legado de las Sombras Olvidadas - Parte 3

La Llama Eterna, un símbolo de energía estelar pura, comenzaba a volverse más inestable, sus fluctuaciones reflejaban la creciente tensión. Como si la energía contenida durante siglos estuviera buscando una salida.

El verdadero propósito de ese lugar estaba por revelarse.

El aire dentro del templo se tornó denso, cargado de una energía antigua que vibraba con cada paso que daban. Los ecos de sus pisadas parecían multiplicarse, como si el templo fuera un túnel sin fin hacia el pasado. Sophia y Jake avanzaron lentamente, con la piel erizada y el pulso acelerado. No podían dejar de sentir que algo, o alguien, los observaba desde las sombras.

—Esto no es solo una prisión, Jake —dijo Sophia, sus ojos no se apartaban de la llama fluctuante—. Es un ritual continuo. Algo está siendo alimentado... o contenido.

—Ambas cosas, tal vez —respondió Jake, tratando de mantener la mente clara mientras sus pensamientos volaban hacia el entrenamiento con Hiroshi—. Un lugar donde el tiempo y el espacio se manipulan, donde la energía estelar es la clave para todo. Es más de lo que esperábamos.

Sophia se detuvo frente a uno de los pilares, su mirada fija en las runas que ahora brillaban con un resplandor constante. Sentía una conexión extraña, como si las marcas en la piedra hablaran directamente a su mente. "Energía estelar... sellada por una razón. Pero ¿por qué nosotros? ¿Por qué ahora?"

Mientras se sumergía en sus pensamientos, algo en las sombras se movió. Un sonido suave, casi imperceptible, que hizo que ambos voltearan en la misma dirección. La figura que antes había sido una sombra informe ahora parecía tomar forma. Era humanoide, pero difuso, como si su presencia estuviera siendo filtrada por el mismo tejido de la realidad.

—Jake... —susurró Sophia, su voz cargada de tensión—, ¿lo ves?

—Sí. Pero no estoy seguro de que sea real —respondió Jake, su espada brillando tenuemente con la luz de la llama—. Sea lo que sea, no nos quiere aquí.

El ser, o lo que fuera, dio un paso hacia ellos, y de repente, todo a su alrededor pareció congelarse por un momento. La llama titiló violentamente, proyectando sombras largas que distorsionaban la geometría del lugar. El frío se apoderó del ambiente.

—¡No estamos solos! —gritó Sophia mientras un rugido bajo, gutural, se elevaba desde las profundidades del templo.

De repente, las runas que cubrían los pilares comenzaron a brillar con mayor intensidad. Un pulso de energía estelar se disparó hacia la figura, obligándola a retroceder. Pero no se desvaneció; en cambio, comenzó a absorber la energía que los pilares emitían.

—No puede ser... —murmuró Jake, dando un paso atrás—. Está usando la energía estelar del templo para fortalecerse.

La figura soltó un grito ahogado, como una carcajada rota, y alzó lo que parecía un brazo hacia la llama. El fuego cambió de color, volviéndose de un azul brillante a un oscuro púrpura que crepitaba de forma irregular. Jake y Sophia intercambiaron miradas, sabiendo que el tiempo se les agotaba.

Flashback: El maestro Hiroshi y la verdad oculta

Jake recordó de golpe una de las lecciones más crípticas de Hiroshi. Su maestro había hablado de "entidades atrapadas entre los planos", seres que existían fuera del flujo normal del tiempo y el espacio. Energías corruptas que usaban los puntos de conexión de la energía estelar para romper las barreras entre los mundos.

"Un lugar donde el espacio y el tiempo se distorsionan es un lugar donde las reglas del universo son maleables. Pero esas reglas pueden ser rotas si la energía cae en las manos equivocadas."

Jake ahora entendía lo que Hiroshi había querido decir. Este templo, esta prisión, no solo contenía un hechizo; contenía una criatura, una entidad que había estado esperando el momento perfecto para liberarse. Y ellos, sin quererlo, lo habían desencadenado.

—¡Sophia, tenemos que detenerlo! —gritó Jake, su mente trabajando a toda velocidad—. Está usando el hechizo en su contra. ¡Si logra desatar toda la energía estelar de este lugar, no quedará nada!

Sophia asintió, pero sus ojos estaban fijos en algo más. "Si este lugar fue sellado para contenerlo, debe haber una forma de revertirlo."

—Esos pilares... están canalizando la energía. Si logramos interrumpir el flujo, tal vez podamos contenerlo de nuevo. —Sophia comenzó a moverse, sus dedos rozando las marcas, buscando el patrón que pudiera interrumpir el hechizo.

Jake, mientras tanto, se preparó para lo peor. Sabía que cualquier error, cualquier paso en falso, podría significar el fin de ambos. Mientras Sophia trabajaba, él se acercó lentamente a la llama, sintiendo cómo la energía pulsaba a su alrededor. La figura seguía absorbiendo el poder del templo, pero su mirada ahora estaba fija en Jake.

—Tú... —una voz rasposa y rota resonó desde la figura—. No sabes lo que haces. Este poder... es mío.

—No mientras yo pueda evitarlo —murmuró Jake, su espada brillando con la energía estelar mientras tomaba una postura defensiva.

Sophia, enfocada en los pilares, apenas podía escuchar la confrontación. Sabía que el tiempo apremiaba. Las runas comenzaban a cambiar, a distorsionarse bajo su toque. "Solo un poco más..."

Jake sabía que tenía que ganar tiempo. La figura avanzaba lentamente, cada paso resonando en el suelo de piedra.

—Vamos, Sophia... —murmuró Jake mientras se preparaba para el enfrentamiento inevitable. Todo dependía de su siguiente movimiento.

La tensión en el templo alcanzó su punto máximo. Jake mantenía su espada erguida, preparado para enfrentar cualquier amenaza, mientras Sophia continuaba concentrada en las runas, intentando desesperadamente encontrar una manera de interrumpir el flujo de energía que alimentaba a la entidad.

—¡Jake, rápido! —gritó Sophia, sus dedos deslizándose sobre las runas con una urgencia latente.

Jake asintió y desvió su atención hacia la figura difusa que se acercaba cada vez más. La entidad parecía crecer en fuerza, alimentándose de la energía estelar que emanaba de la Llama Eterna. Sus ojos brillaban con una intensidad oscura, reflejando siglos de confinamiento y resentimiento.

—No podemos dejar que se libere —respondió Jake, dando un paso adelante—. Si lo hace, no solo nosotros, sino toda la academia o quizás la ciudad entera, estaríamos en grave peligro.

Sophia finalmente encontró lo que buscaba. Las runas comenzaron a alinearse de una manera específica, formando un patrón complejo que Jake reconoció de las lecciones de Hiroshi sobre los sellos de contención.

—¡Lo tengo! —exclamó Sophia, levantando las manos hacia las runas—. Solo necesitamos canalizar la energía estelar de vuelta a los pilares. Debería reforzar el hechizo original.

Jake asintió y bajó ligeramente su espada, confiando en la capacidad de Sophia para manejar la situación.

—¡Ahora, Sophia! —gritó, instándola a activar el sello.

Sophia cerró los ojos y comenzó a concentrarse profundamente, sintiendo cómo la energía estelar fluía a través de ella. Las runas brillaron intensamente, emitiendo una luz cegadora que llenó el templo. La entidad luchó contra la represión, emitiendo un rugido que sacudió los cimientos del lugar.

—¡No te dejaré escapar! —protestó la entidad, su voz resonando en cada rincón del templo.

Jake se mantuvo firme, protegiendo a Sophia mientras ella canalizaba la energía. Gradualmente, el brillo de las runas comenzó a estabilizarse, y la figura de la entidad se volvió menos definida, perdiendo fuerza con cada pulsación de energía dirigida hacia los pilares.

—¡Lo estás haciendo, Sophia! —animó Jake, aunque su voz temblaba ligeramente por la adrenalina.