Historias de Solaria: Parte I

«El nacimiento del secreto»

“No hay nación más poderosa que aquella que no existe… oficialmente.”Extracto del archivo WOX-343, desclasificado parcialmente en 6791 d.R.

【❖ Relato de un Escritor Anónimo】

Cuando el mundo tembló la última vez, no fue por que explotaran bombas ni porque cayeran rocas gigantes del espacio. Fue por un miedo que no hacía ruido, que no se veía, pero que todos sintieron mientras los mapas del mundo se tenían que dibujar otra vez, las costas cambiaron su forma y el cielo se oscureció durante varias semanas.

A esa época se le conoció como La Sombra del Final de Todo. En esa guerra grandísima, nadie salió ganando. Solo los que supieron cómo desaparecer, cómo hacerse a un lado, fueron los que lograron sobrevivir.

【✦ Lo que Contó el Profesor Emeric Kaas | De los Archivos de la Universidad de Niflheim, en Islandia】

“Solaria no fue una idea que alguien tuvo de repente… fue algo que pasó como resultado de todo lo demás. El mundo necesitaba que hubiera un orden, pero sin que hubiera gente mandando a la fuerza. Necesitaba tener fe, pero sin que le dijeran qué creer sin poder opinar. Necesitaba poder, pero sin gente que solo pensara en sí misma.

Para que todo eso se mantuviera, la única manera era quitar lo que conocemos como ‘política’, con todos sus problemas. Y Solaria hizo justamente eso.”

【❖ Relato de un Escritor Anónimo】

Solaria se fundó muchos años después de que el último país que era como un continente entero desapareciera. Surgió como una luz que guía en medio de la confusión, tanto de forma literal como en sentido figurado.

Desde entonces, ningún satélite ha podido encontrar sus coordenadas exactas. Y no es que no exista… sino que su existencia es algo que se acuerda todos los días entre aquellos que prometieron protegerla. Es como un secreto a voces entre gente muy importante.

【✦ Declaración Restringida | Fuente Anónima | Archivo Diplomático Suizo, Clasificación ZENITH】

“Se nos enseñó una regla muy clara: nunca preguntar nada sobre Solaria, nunca decir que sabemos de ella, pero siempre actuar como si todo lo que hacemos dependiera de que Solaria siga existiendo.”

【❖ Relato de un Escritor Anónimo】

Solaria no manda a otros países. No los gobierna. No les exige nada. Solo está ahí, observando. Porque cuida algo que no es originario de la Tierra, pero que este planeta necesita para no volver a caer en el desastre: la energía de las estrellas.

Pero no es la energía que conocemos, como la electricidad o el petróleo. Es como si la conciencia se hubiera vuelto sólida, como un cristal. Es un recuerdo que sigue vivo.

Es lo que quedó de Aetheria, un planeta que ya no existe y del que solo hay rastros en las historias antiguas y en cosas extrañas que pasan en el espacio y que la ciencia todavía no puede explicar bien. Solaria es quien guarda ese legado.

【✦ La Voz de los Orígenes | La Maestra Aelira Val | La Guardiana del Orbe Azul】

“Piensan que protegemos poder. Pero lo que realmente protegemos es el equilibrio de todo.

Si alguna vez el mundo supo lo que era la ‘armonía’, ya se le olvidó por completo. Nosotros… nosotros sí lo recordamos.”

【✧ Testimonio | Meena Nael | Habitante de Solaria (Registro Fragmentado) 】

“¿Política? Aquí no tenemos de eso. Cuando llegué a Solaria, después de… bueno, no importa de dónde vine, lo que más me sorprendió fue la calma. No hay gritos en las noticias, no hay gente peleándose por poder. Al principio, se siente raro. Uno está acostumbrado a que siempre haya alguien tratando de convencerte de algo, de decirte qué hacer.

Aquí las cosas funcionan distinto. Desde que somos niños, nos enseñan que todos tenemos un papel importante, una responsabilidad. No hay un ‘presidente’ ni un ‘congreso’. Las decisiones se toman de otra manera, más… orgánica, supongo. Si hay un problema, la gente que sabe de ese tema se reúne, discuten y encuentran una solución. No hay votaciones ruidosas ni campañas llenas de promesas vacías.

Lo que nos une es entender por qué estamos aquí. Sabemos lo que pasó antes, la locura del mundo antiguo. Y sabemos lo que custodiamos. Eso es más importante que cualquier líder o partido político. Confiamos en que la gente hará lo correcto, porque todos entendemos lo que está en juego. No es que seamos perfectos, claro que hay desacuerdos, pero se resuelven hablando, buscando el bien común, no el beneficio de un grupo.

Es como si todos fuéramos parte de un mismo equipo, cuidando algo muy valioso. La ‘política’ que conocía antes solo parecía dividir a la gente, crear problemas donde no los había. Aquí… aquí simplemente trabajamos juntos.”

El Legado de Solaria: Un Relato de Cenizas y Estrellas

【❖ Crónica del Escriba Anónimo】

Se dice que Solaria fue imaginada por los últimos hombres sabios de la Tierra, en una época en que el planeta ya no podía soportar ni su propio odio ni la tenue luz de la esperanza. En un tiempo borroso, desdibujado de los calendarios y perdido de los mapas, el mundo se derrumbó por una ambición desmedida. Las ciudades, que antes eran lugares de hogar, se transformaron en restos de concreto, mudos testigos de promesas que no se cumplieron y deseos que quedaron sin realizarse.

Sin embargo, la humanidad, fuerte como una planta abriéndose paso entre las piedras, no desapareció. En cambio, se transformó a sí misma, buscando refugio en los lugares olvidados del mundo.

En las profundidades del Atlántico Sur, donde las corrientes de agua del mar forman espirales extrañas y las brújulas no funcionan correctamente, nació una nación única, sin canciones patrióticas ni límites territoriales marcados por la violencia. Una isla escondida, cuya existencia no se registraba con números, sino que se basaba en acuerdos silenciosos y un objetivo compartido: Solaria.

【✦ Testimonio | Prof. Emeric Kaas | Archivos de la Universidad de Niflheim, Islandia】

“Era el año 6417 del calendario nuevo cuando un paquete cerrado llegó a nuestra importante universidad. No tenía nombre de quien lo enviaba, ni dirección precisa; solo mostraba un símbolo extraño que, desde ese momento, se quedó grabado para siempre en mi memoria: un círculo doble, unido de forma elegante por una estrella de cinco puntas.

Con las manos temblorosas, abrimos el paquete y encontramos dentro varios documentos escritos con un tipo de letra mezclado. Una parte era sánscrita, otra parte era japonés antiguo… y otra parte era algo que todavía no hemos podido entender.

Lo que contaban esos papeles no era una historia de antes, de reyes y batallas. Era algo mucho más importante, más urgente: una advertencia seria, que resonaba a través del tiempo y el espacio.”

【❖ Crónica del Escriba Anónimo】

El nacimiento de Solaria no fue motivo de fiestas públicas ni de celebraciones grandes. Fue, al contrario, un evento que se mantuvo en secreto, cubierto por un manto de misterio y discreción. Su creación se aseguró mediante acuerdos silenciosos entre cinco países poderosos que, bajo la apariencia de negocios y tratados comerciales, protegían un secreto de una importancia enorme: la neutralidad total de un poder desconocido y que podía ser peligroso.

Japón, con su antigua habilidad en la precisión y la defensa, diseñó los complicados sistemas de protección tecnológica que mantenían la isla lejos de miradas curiosas y posibles ataques.

Islandia, tierra de sabios y lugar de misterios geológicos, construyó los laboratorios bajo tierra donde los científicos estudiaban con cuidado la energía de las estrellas, tratando de entender sus secretos con precaución y respeto.

Suiza, con su tradición de hablar con otros países y mantenerse neutral, selló los acuerdos secretos entre las naciones fundadoras, asegurando que la información no se filtrara y que todos cooperaran en silencio.

Noruega, como un vigilante de los mares del norte, usó sus recursos para detener cualquier amenaza que viniera de afuera, cualquier intento de perturbar la paz y el aislamiento de Solaria.

Y Brasil, con su gran territorio y su capacidad para hacer que la gente se fijara en sus propias maravillas naturales, actuó como un escudo estratégico, confundiendo las pistas y desviando la atención de quienes pudieran sentir curiosidad por Solaria.

La energía de las estrellas, un legado misterioso de la desaparecida Aetheria, no debía ser usada ni convertida en un arma. Su propósito era más importante que una simple aplicación práctica. Debía ser entendida completamente, analizada con cuidado por la ciencia y, sobre todo, protegida con celo de aquellos que, cegados por la ambición y el deseo de poder, creían merecer el control total sobre su inmenso potencial. La prudencia y la precaución eran las bases sobre las que se sostenía la existencia misma de Solaria.

【✦ Voz Desclasificada | Exministro de Defensa – Brasil | Registro de Transcripción Parcial】

“Recuerdo muy bien ese día. Un sobre sin remitente llegó a mi oficina. Completamente blanco. Sin sellos, sin marcas, sin nada que indicara de dónde venía.

Lo único que lo hacía diferente era ese símbolo extraño… el doble círculo unido por una estrella solitaria. Un dibujo que se quedó en mi mente como una advertencia silenciosa.

Al abrirlo, encontré solo un pedazo de papel. En él, una frase corta, muy seria, que me dio mucho miedo:

‘Si hablas, Oslo, Reikiavik, Tokio y Berna negarán todo. Tu país se quedará solo, abandonado.’

Al principio, debo admitir que me reí. No creí la amenaza, pensé que era un intento tonto de asustarme.

Pero mi duda desapareció en un instante, como el agua bajo el sol. Mientras mis ojos leían las palabras escritas, vi algo que no podía explicar, algo aterrador. Un satélite de comunicaciones, uno de nuestros mayores logros tecnológicos, desapareció de las pantallas en ese mismo momento.

No hubo una explosión que se pudiera ver, ni señales de que algo lo hubiera dañado. Simplemente… dejó de existir. Un vacío repentino en el cielo.

Fue en esa noche oscura, sintiendo el peso de esa desaparición inexplicable, que finalmente entendí la verdad. Entendí que hay fuerzas, secretos, cosas… que ni siquiera los ejércitos más poderosos del mundo se atreven a tocar. Cosas que están más allá de lo que podemos entender y que exigen un respeto total, un silencio profundo.”