Ninguna esposa

—No es tan fácil.

¡DING!

El lado de la boca de William se torció mientras sus ojos brillaban, mirando la puerta del ascensor. Miró el número de arriba, notando que iba directo al estacionamiento exclusivo subterráneo.

—Ja —sonrió con suficiencia, metiendo las manos en los bolsillos—. ¿No tan fácil?

¿O acaso Zoren quiso decir que en realidad no había esposa?

Aunque los rumores decían que la Vieja Sra. Pierson ya había conocido a su nieta política y estaba muy contenta con ella, podría ser una finta. Después de todo, la Vieja Sra. Pierson podría ser muy astuta. Ella favorecía tanto a Zoren que no sería una sorpresa si ella siguiera el juego de sus planes.

—Director.

Una vez que sonó el otro ascensor, el lacayo de William se le acercó. William los miró y sonrió con suficiencia.

—Eso te tomó un tiempo —dijo William.

—Director, ¿pudo preguntarle al CEO si traerá a su esposa? —preguntó uno de los ejecutivos, primo de William, curiosamente.