Capitulo 8: Interludio parte 2

Después de decir eso Noisy comenzó a caminar a su trono que estaba enfrente de el y se sentó como si fuera un rey mirando desde arriba a sus subordinados.

En cambio yo Neon… no podía creer que este fuera el poder de un comandante de rango número uno, cuando pelee con noisy era imposible darle un golpe… pero Famtom y él estuvieron demasiado igualados… apreté los puños con fuerza y miré al frente.

“Esto es emocionante, quiero ser mas fuertes y ser como ellos dos”

—Al parecer no has cambiado nada gorila.

—Esa voz no es de…

Gire hacia atras y pude ver una chica un poco cahapara, su cabello era de color cafe oscuro, traia un saco del mismo color y tenia unos lentes demasiado grandes en su frente.

—Sohee que estás haciendo aquí!

—Bueno como yo soy la aprendiz de Noisy, tengo que venir a sus aburridas reuniones —Ella miró a otro lado con un puchero como si estuviera de mal humor — yo quería estar en mi laboratorio.

—Jojojo, quien es esta chica es la primera vez que la veo.

Storres al parecer apenas había llegado después de ir a la enfermería por el golpe que le habían dado Noisy en la nuca, Sohee lo miro con incomodidad diciendo como “¿Quien rayos es este tipo?”

—Ella es Sohee y es la aprendiz del jefe como no sale de su laboratorio a diario pues casi nadie la conoce.

—Ohhh~ entiendo un gusto de conocerte.

Storres le iba a dar una palmadita en la espalda a Sohee, pero ella lo miró con una mirada afilada y se movió a un lado y el chico no entendió por qué.

—No me toques, me da asco que la gente me toque. —dijo la chica enojada.

—Oh… entiendo. —Storres cambió su actitud un poco más triste.

—No te preocupes Storres ella es así con todos.

Le dije esto para que no se desanimara y luego cambió su actitud a una más energética.

—Bueno si es así, ¡está bien!

—Cállense animales del bosque, ahora que nadie tiene dudas de mis capacidades continuaremos con la siguiente parte de la reunión.

El silencio cayó como un manto cuando Noisy habló. Bastó un simple movimiento de su mano para que la sala se sumiera en una oscuridad densa. De pronto, el aire vibró y un holograma gigantesco emergió, proyectando cientos de archivos que flotaban como fragmentos de una historia perdida.

Con un gesto elegante, Noisy eligió uno. El archivo brilló con intensidad y se expandió hasta ocupar el centro de la sala, proyectando su luz sobre todos los presentes.

—Lo que están a punto de ver —dijo con voz grave y solemne— son los documentos rescatados de la antigua Ciudad de los Caballeros. Esta investigación fue dirigida por el Comandante de Segundo Rango, Luga, quien dedicó su vida a reunir esta información.

Movió los dedos y las letras ilegibles comenzaron a temblar. Los símbolos arcanos se reformaron, transformándose lentamente en caracteres comprensibles.

—Este archivo… habla del origen del Apocalipsis.

Un murmullo ahogado recorrió la sala. Algunos se taparon la boca. Otros dejaron que las lágrimas corrieran por sus mejillas. Una mezcla de euforia, miedo y esperanza estalló como una chispa en medio del silencio.

—¡¿Es verdad?! ¿¡Por fin sabemos qué lo causó?!

—¡Entonces hay una forma de detenerlo!

Pero Noisy chasqueó su lengua desde su trono y la sala entera se sumió nuevamente en el silencio.

—¿Cuántas veces tengo que decirles que se callen, animaladas del bosque? —lo dijo un poco fastidiado—. ¡Aún no he terminado!

Hizo una pausa y su mirada se volvió más oscura.

—Según estos registros, los antiguos caballeros sellaron a entidades malignas en una prisión. Pero el sello no era eterno… como todo en este mundo, comenzó a desgastarse. Y entonces, una entidad desconocida escapó... una sombra viva que corroe el sello desde dentro. Ese desgaste permitió la apertura de fisuras... lo que ustedes conocen como “grietas”.

Observé el documento flotante. Arriba, unas figuras inquietantes se dibujaban en tinta oscura: una criatura negra con ojos morados y pilares antiguos a su alrededor. Entonces, un joven de cabello blanco y ojos esmeralda alzó la voz:

—¿Y esas figuras oscuras? ¿Qué representan?

Noisy esbozó una sonrisa. Caminó unos pasos y respondió con un tono casi juguetón:

—Buena observación. Según mis científicos, es la imagen simbólica del "Dragón Negro". Alrededor de él, los pilares representan los sellos que lo mantienen encerrado.

—¿Entonces… solo debemos derrotar al dragón? —Dijo Destine.

—Exactamente. Con la fuerza de ustedes, eso no debería ser un problema. Lo que si va a ser un poco tedioso... será llegar a la dimensión donde se encuentra el sello.

—¿Dimensión? —murmuré en voz baja.

Sohee, a mi lado, suspiró exasperada.

—Gorila... una dimensión es un mundo distinto al nuestro, ¿entiendes?

—¿Otro mundo...? —dije aún confundido—. ¡¿Q-quéééé?! ¿¡Cómo vamos a llegar ahí!?

Sohee se tapó los oídos con un dedo, mientras Noisy se limitó a sonreír como si el destino del mundo fuera una travesura más de su repertorio.

—La respuesta es simple: construiremos una máquina dimensional. Gracias… a la CIENCIA!

Un chasquido teatral de sus dedos bastó para provocar una ola de susurros. Todos conocían los inventos imposibles de Noisy… pero esta vez, la incertidumbre se reflejaba en sus ojos.

Pero un chico de cabello castaño que estaba al lado de Famtom se levantó respetuosamente dando una reverencia impecable.

—Mi señor supremo Noisy, todos aquí reconocemos que es un genio incomparable… pero, ¿no cree que deberíamos considerar también el método indicado en los documentos?

Noisy ladeó la cabeza con interés.

—No esperaba que intervinieras, Luga. Pero sí… soy el mayor genio de la historia. Continua.

—Precisamente por eso, propongo usar el otro método, señor.

Una voz nueva cortó el aire como una espada. Su presencia cambió el ambiente al instante.

—Ya que estamos en eso… ¿qué dicen exactamente las escrituras sobre el otro método?

Todos se giraron. Apoyado con indiferencia contra una de las paredes, un joven de cabello rubio con mechas rojas miraba con ojos llenos de calma y fuego.

Luga respondió, su voz en el silencio:

—Mencionan la forma de entrar a la dimensión donde se encuentra el sello. La llaman… “END”.

La palabra resonó en el aire como una campana fúnebre. Un escalofrío recorrió la sala. Era más que un nombre. Era una advertencia.

—¿Y cómo entramos a END?

—Primero deben conseguirse ciertos materiales. Entre ellos, ojos de cristal de un monstruo extremadamente raro… y varitas mágicas que solo se pueden encontrar en otra dimensión.

—¿Otra dimensión más? —preguntó Voca, frunciendo el ceño.

—Un lugar que quizás les suene… un mito para muchos. Se llama… Nether.

—¡¿Qué?! ¿¡Nos estás diciendo que tenemos que ir al Inframundo!?

Una chica de cabello verde se levantó bruscamente, pero su reacción no fue la única. Toda la sala mantuvo la respiración.

—¿¡Al infierno!? —repitió otro, con el rostro pálido.

Y entonces, el silencio volvió… más pesado que nunca. Como si el destino del mundo ya hubiese sido sellado… en una dimensión llamada END.

—¿Y qué tenemos que encontrar en el Nether para acceder a la dimensión END? —preguntó Voca, de brazos cruzados, su voz tan firme como una espada desenvainada.

Luga sonrió levemente, como si hubiera estado esperando esa pregunta.

—Necesitamos conseguir unas barritas de fuego, escondidas en el interior de una fortaleza infernal.

—¿Fortaleza? —Voca arqueó una ceja, sin mostrar sorpresa.

—Exacto —asintió Luga—. Según los documentos antiguos, existe un mapa que conduce directamente a esa fortaleza.

El holograma que flotaba en la sala cambió. Primero, apareció una imagen nítida de una barrita de fuego, brillante, de un naranja casi incandescente. Después, con un simple movimiento de mano, Luga proyectó el plano de la fortaleza: un coloso de piedra negra flotando sobre mares de lava.

—Tengo una duda. —Destine intervino, mirando a Voca con una sonrisa arrogante, como buscando lucirse—. Dices que necesitamos esas barritas para acceder a END, pero… ¿no deberíamos también necesitar algo para entrar al Nether?

Voca no lo miró solo se quedó allí parado con las manos cruzadas, pero en cambio Luga lo miró con una sonrisa.

—Buena observación. Para abrir el portal al Nether, necesitamos un mineral muy raro: obsidiana. Se forma cuando el agua y la lava se fusionan bajo temperaturas extremas. Con suficiente obsidiana, crearemos el portal dimensional.

Luga hizo una pausa, su mirada recorriendo lentamente a todos en la sala.

—Pero además —añadió— existe un portal aún más antiguo, creado por los primeros caballeros. También debemos localizarlo.

Un murmullo inquieto recorrió la sala.

Yo, entre la multitud, fruncí el ceño. ¿Nether? ¿END? ¿Portales? Era demasiada información de golpe, y todo sonaba peligrosamente complicado.

Mientras pensaba, Luga dio un paso adelante y se colocó en el centro del podio, su voz resonando con autoridad:

—Como pueden ver, tenemos dos grandes tareas antes de enfrentar al Dragón Negro y destruir el sello. Por eso, esta reunión fue convocada. Se dividirán en dos grupos:

—El primero será liderado por mí. Nuestra misión será buscar el portal antiguo.

—El segundo grupo —giró levemente hacia un rincón de la sala— estará bajo el mando de Famtom. Ellos viajarán al Nether para conseguir las barritas de fuego.

Famtom que estaba sentado un poco alterado por la pelea, miro a Luga, él al verlo así dio una sonrisa sarcástica como si todo esto fuera un juego de niños.

—Así que —Luga sonrió, disfrutando la tensión—, los que no estén seguros de su fuerza pueden venir conmigo. Los que sean lo bastante valientes... vayan con Famtom. Después de todo, estarán acompañados por el comandante más fuerte del búnker. ¿Verdad, Famtom?

El chico de cabello azul, dio un suspiro como si no quisiera hacerlo pero ya no había opción.

—Yo comandaré la expedición al Nether.

La multitud, que hasta entonces vacilaba, pareció respirar aliviada. Saber que Famtom lideraría la misión les devolvió parte de su valor.

—Muy bien —cerró Luga—. A partir de ahora recibirán una encuesta en sus celulares. Allí deberán elegir~

—Luga... —su voz era un rugido de furia, cargado de desprecio—. No pensé que hoy te mostrarías tan arrogante. He soportado tu insolencia en silencio… pero ya no pienso seguir callando.

La atmósfera se volvió pesada. El aire parecía temblar entre ellos.

Noisy bajó los escalones de su trono, cada paso resonando como un martillazo en nuestros corazones.

Se detuvo frente a Luga, mirándolo desde arriba, como si fuera poco más que un insecto.

—¿Todo esto… solo para llegar a END? Qué desperdicio… Yo crearé una máquina para abrir el camino. No necesito seguir sus rituales ni leyendas estúpidas.

Al decirlo, Noisy levantó la barbilla con orgullo. Un fuego extraño ardía en sus ojos: la necesidad de demostrar su supremacía.

Pero Luga no retrocedió, dio un solo paso y cuando miro a Noisy desvió la mirada, como si la amenaza le pareciera un simple juego de niños.

Sonrió.

—Jajaja… es verdad, Jefe. Le pido disculpas por mi osadía... —su tono era burlón, como una daga oculta tras un saludo— Pero, ¿qué le parece si lo resolvemos de otra forma?

Noisy entrecerró los ojos.

—¿De qué estás hablando?

—Un juego —dijo Luga, acercándose sin temor, hasta quedar casi cara a cara con él— Un desafío.

—¿Un desafío? —Noisy soltó una carcajada incrédula—. ¿Te atreves a retar al mayor genio de la humanidad?

—Se podría decir... —Luga sonrió, como quien sabe que ha empujado al monstruo a bailar en su terreno.

—Habla. ¿Cuál es el juego?

—Es simple: el primero que llegue a la dimensión END gana, Yo usaré el método de las escrituras... tú puedes construir tu máquina para viajar a END

La sala entera contuvo la respiración, era una locura. Era una falta de respeto directa. Pero era demasiado tarde para dar marcha atrás.

Noisy lo fulminó con la mirada. Y entonces, sonrió, un gesto tan oscuro que helaba la sangre.

—Acepto el reto...

Se giró con brusquedad y con un chasquido de sus dijo:

—Sohee ¡Vamos! Tenemos un portal que construir… gracias a la CIENCIA.

Su voz resonó en toda la sala como un trueno.

La chica, que estaba de pie cerca de mí, miró a Noisy con una mezcla de molestia y resignación.

Suspiró, y sin decir palabra, caminó tras él.

Noisy y Sohee salieron, dejando tras de sí un eco de tensión.

Luga se giró hacia nosotros, todavía sonriendo con esa calma desconcertante.

—Con esto, damos por finalizada la reunión. —Anunció—. Recibirán un mensaje cuando llegue la hora de las misiones.

Los caballeros comenzaron a abandonar la sala, susurros de emoción y nerviosismo llenando el aire.

Sabían que el fin del apocalipsis podía estar cerca… Pero yo lo sabía mejor que nadie.

Y cuando ese momento llegue... ¡Yo estare preparado!