Un Objetivo.

Ha pasado un tiempo desde mi primera misión; aquella noche de lluvia que me ha dejado marcado de por vida. No hay una sola madrugada en la que no despierte sudado, con el ritmo cardíaco acelerado y mi cuerpo entumecido. Mis sueños son tan reales que incluso estando dormido tiendo a usar mis poderes, es un milagro que no haya incendiado nada con mi electricidad.

En esos momentos de agonía cuando ya no puedo dormir abro mi ventana y escucho a los grillos cantar en medio de los rincones del instituto. Las sirenas de las ambulancias y policías movilizándose a un posible siniestro me llena de ansiedad, pues sé que son ellos. Sé que son esos malditos monstruos haciendo de las suyas allí afuera, asesinando a más gente, acabando con inocentes. Pero eso se terminará pronto, juro que los voy a eliminar antes de que puedan hacerle algo a mis seres queridos.

Punto de Vista de Noel.

En mi habitación puedo escuchar las manecillas del reloj avanzar con cada segundo, el aroma a madera y telas de seda me abraza las fosas nasales en compañía de un buen puro habano. Aunque es tarde, no puedo cambiarme de ropa, sigo mirando mi ordenador en mi escritorio analizando los reportes de todos mis niños. Eric es un caso especial; sus emociones influyen demasiado en su persona, debo tener cuidado con él, tarde o temprano podría matar a alguien por error.

Emily es alguien confiable, pero ambos tienen una dependencia emocional demasiado grande, me atrevo a decir que, si algo le pasara a alguno de ellos, el otro seguramente se derrumbaría. Por el bien de ambos, ninguno de ellos debe sufrir algún daño.

Deslizo con el ratón de mi computadora mientras observo todos y cada uno de los reportes detalladamente. Los jóvenes han culminado con la primera etapa de misiones disponibles. Pronto saldrán nuevas, así que deben estar listos. Aunque todo parece marchar bien, minimizo la ventana de los reportes y accedo al sistema de la base de datos de cada uno de los mutantes existentes.

Entre todos ellos, hay una que me causa dolor de cabeza. Su cabello gris como la plata y sus ojos verdes como la lima. Su piel pálida como la nieve y sus labios rosas como un par de rebanadas de fresa. Esta chica realmente me está causando problemas.

"Irina Ivanova… tu simple nombre me causa temor… donde sea que estés, espero que estés haciendo lo correcto. Una jovencita de solo 20 años como tú debería estar estudiando la universidad en lugar de huir de los cazadores de mutantes… prometo que pronto te encontraremos".

Sus poderes son únicos, no hay una sola persona con las mismas habilidades de esa chica. El control de radiación es algo realmente monstruoso si cae en las manos equivocadas. Debo encontrarte cuanto antes y resguardarte.

Cierro el sistema y apago mi computadora. En ese momento alguien llama a mi puerta. Es un horario impropio, debe ser algo importante. Me levanto de mi asiento y camino hasta la entrada para ver a través de la lente.

"¿Marco? ¿Qué pasa?".

Abro la puerta y Marco suspira al verme de pies a cabeza, "¿no puedes dormir?".

"No, y por lo que veo tú tampoco", respondo con un tono arrogante.

Marco entra a mi habitación y se sienta en mi pequeño sofá cruzando su pierna derecha sobre la izquierda. Él me mira algo preocupado, no sé qué está ocurriendo, pero realmente me está dando un escalofrío.

"¿Qué ocurre?", pregunto, yendo hasta mi cama y sentándome en esta.

Marco, como un niño curioso, mira de un lado a otro, se toma unos segundos, y luego me mira seriamente, "¿Qué pasará ahora? Esos sujetos están cerca de Eric… no lo sé, pero algo me dice que quieren llevarlo al lado insurrecto".

"Es evidente que buscan algo, no suelen dejar a nadie vivo, y si él miró fijamente a Eric, entonces significa que lo tienen en la mira. Saben quién es, dónde está y qué hace… solo es cuestión de tiempo. Sin embargo, Eric tiene una determinación mayor y no se rendirá hasta ser tan fuerte como ellos y poder defender a lo que más ama", respondo, fumando de mi puro y expulsando el humo lentamente.

Marco rasca su barbilla y mira hacia el techo, "tienes razón. Además, no podemos huir de las misiones, al final es el algoritmo quien genera todas esas misiones… debemos aceptar que tarde o temprano nuevamente nos los encontraremos".

Él tiene un punto, sin embargo, me niego a aceptarlo.

"Me temo que tarde o temprano ellos tomarán mucha ventaja de nosotros… día con día son cientos las víctimas entre los crímenes civiles y los insurrectos. A este paso los cementerios estarán repletos y no habrá lugar entre la tierra donde no se encuentre un solo cadáver" cierro mis ojos mientras disfruto de mi puro.

"Tarde o temprano nosotros tendremos que entrar a luchar nuevamente, Noel… la pregunta es… ¿Podrás soportar usar tus poderes nuevamente?", pregunta Marco, mirándome fijamente.

Aunque quisiera que no fuera así, mis poderes tarde o temprano van a matarme. Pero cuando eso pase espero que mis niños sean lo suficientemente fuertes como para proteger a la humanidad en mi ausencia.

 

Punto de Vista de Eric.

El impacto de mis puños azotando los costales de arena resuena en todo el gimnasio. No hay nadie más que yo en este horario; el sol ni siquiera ha salido y ya estoy despierto. Mi sudor escurre por mis brazos y mi frente, incluso me esfuerzo para evitar que se meta en mis ojos mientras golpeo el costal frente a mí. Mis nudillos adoloridos me indican que me he excedido demasiado este día, pero no es suficiente. Debo entrenar más, ser fuerte, veloz, poderoso. Solo así podré ganarle a quien sea.

Mi respiración agitada se escucha con intensidad. Mi corazón palpita como el de un colibrí. Me detengo y retiro los vendajes de mis manos. Cuando hago esto puedo ver mis nudillos tornados en un color morado, los hematomas están presentes en casi toda el área de mis manos, pero no puedo rendirme aún.

Tras darme una ducha en el vestidor y ponerme mi uniforme, acudo a la enfermería donde puedo me encuentro con una enfermera linda de piel morena y cabello negro, la cual al ver mis manos se sorprendió mucho.

"¿Qué te ha pasado?", pregunta exaltada, llevando sus manos a su boca con miedo.

"Estoy entrenando, pero me he excedido un poco. ¿Podría ponerme algo que me ayude a eliminar esto?", respondo, extendiendo mis manos hacia ella.

La enfermera toma mis manos con cuidado. El dolor que siento es tan intenso que puedo percibir como cada segundo que pasa se hinchan más y más. Sin embargo, ella simplemente envuelve sus manos alrededor de las mías con cuidado. Cerrando sus ojos y liberando un suspiro que parece relajarme, sus manos comienzan a liberar un brillo verde. Los hematomas desaparecen gradualmente hasta desvanecerse por completo, pero el dolor sigue allí.

Ella abre sus ojos y me da una sonrisa angelical al soltar mis manos, "ya está. Seguramente aún sentirás dolor, pero no te preocupes. Mañana ya no sentirás nada. Solo ten cuidado al entrenar, y cuando nuevamente te lastimes solo vuelve rápido, mientras más tiempo tardes con una herida se vuelve más difícil de curar".

"Entiendo, muchas gracias. Lindo día" le digo, saliendo de la enfermería.

Acudo al comedor como de costumbre con mis amigos, sin embargo, nadie más se ha presentado aún de ellos. Decido esperarlos al sentarme en una mesa completamente vacía mientras los demás estudiantes llegan gradualmente. Las fiestas decembrinas han pasado, mi cumpleaños también, todo fue tan rápido desde el semestre pasado. Me la he pasado entrenando a diario que ni siquiera he sentido el tiempo avanzar.

No hay un solo día en el que no tenga miedo de ser atacado sin previo aviso por alguien como esos sujetos, solo imaginarme que no estoy listo para un enfrentamiento contra alguien más fuerte que yo me hace temblar. No dejaré que eso pase.

Todos a mi alrededor avanzan en sus vidas como si ignorasen por completo la situación tan cruda que se vive en el mundo exterior. La mayor parte de estudiantes ni siquiera tienen esta maldita pulsera, por lo que puedo ver que son estudiantes de cuarto y segundo semestre.

Disfruten su vida mientras puedan… siento que la muerte nos persigue y nos pisa los talones…

Sin previo aviso, alguien impacta mis hombros provocando que brinque en mi asiento. Rápidamente giro mi cabeza hacia la derecha y en ese mismo instante esa chica hermosa me da un beso en los labios de buenos días. Solo eso es suficiente para saber que se trata de Emily, quien se sienta rápidamente a mi lado.

"Buenos días, mi amor" me dice con una sonrisa tierna mientras recuesta su cuerpo sobre la mesa.

"Buenos días", respondo, dándole una sonrisa de vuelta.

Ella bosteza profundamente y cierra sus ojos, puedo ver que no ha dormido bien.

"¿Qué pasa? ¿No descansaste?", pregunto.

Ella niega con su cabeza mientras parece dormirse en la mesa, "es que me la pasé repasando mi tema de exposición, es un tema extenso".

Ella ha recibido uno de los temas más pesados para exponer en clases, no bastando con eso, le ha tocado el primer turno. La comprendo en cierta forma. Así, me levanto de mi lugar y pido un café americano instantáneo a la vendedora de la cafetería que me lo entrega en solo quince segundos. Regreso con Emily y se lo doy, esperando que le sirva para despertar.

"No te hubieras molestado", dice, mientras lo sujeta con ambas manos.

"Pues al menos algo, no quiero que te duermas en clases, debes seguir mejorando tus calificaciones".

"¿Tú ya iniciaste tu exposición?" me pregunta, mientras bebe de su café.

"No, aún no. Tengo una semana, lo haré con calma", respondo con una risa confiada.

Ella mueve sus ojos como gesto de desagrado y truena la boca, "si lo dejas a lo último se te va a pasar".

"Descuida, lo haré bien".

Seguimos platicando unos instantes más y tras unos minutos los chicos finalmente llegan. Ahora que todos estamos reunidos, podemos ordenar y comer juntos como siempre. Cuando todos nos encontramos en la mesa disfrutando de nuestro desayuno, Eduardo se muestra algo nervioso, mueve sus piernas de manera incesante y eso definitivamente llama mi atención. Así, saca su teléfono y me muestra la pantalla sin previo aviso.

"Mira esto, lo extraje de la red segundos antes de que fuera eliminado", dice, con una voz eufórica.

Llevo mi sándwich a mi boca mientras observo el video; es una grabación de seguridad de una casa en el norte del país. En el video puedo observar como se encuentran de pie tres sujetos fumando cigarrillos y repentinamente la pantalla parpadea en blanco y luego aparecen cuatro sujetos vestidos de negro.

Mi cuerpo se paraliza y mi sándwich cae sobre mi bandeja mientras miro como los sujetos vestidos de negro asesinan despiadadamente a esos individuos. Parecen inocentes, aunque puede que no lo fueran, pero fueron asesinados sin piedad. Uno de ellos mira a la cámara y se da cuenta de que está funcionando por lo que lanza un rayo contra esta y la grabación se pierde.

Emily me mira preocupada y sujeta mi mano. Mi rostro se ha oscurecido por completo, el video me ha dado tanta repulsión que me parece imposible de procesar.

"Eric, ¿qué ocurre en el video?", pregunta Emily.

Todos me miran expectantes mientras Eduardo se muestra eufórico. Yo no puedo responder, sigo congelado por lo que he visto.

"El video muestra al asesino de un ojo y sus secuaces asesinando a tres personas, lo borraron de la red rápidamente. ¡Ya tenemos evidencia de su existencia y sabemos cómo atacan!", responde, con un tono lleno de emoción.

Nadie en la mesa está de acuerdo con él, las miradas de ira se cargan contra él. Emily, se pone de pie y toma el teléfono de Eduardo, lo apaga y se lo devuelve.

"Creo que aquella vez no te quedó claro lo grave que es esta situación para Eric, Eduardo. No es algo emocionante… ¿Sabes lo traumatizante que es para él? Puede que tú te emociones, pero seguramente si hubieras pasado lo mismo que él, estarías muerto de miedo".

En ese momento Emily se mostró tan seria e intimidante, nunca la había visto así. Solo eso logra sacarme de ese trance y muestro una sonrisa ficticia.

"No se preocupen, estoy bien. No fue miedo, fue asco… fue ira… no puedo creer que ellos sigan allí afuera asesinando gente y nadie los detenga… de verdad no lo puedo creer", tomo mi sándwich y nuevamente lo muerdo, pero esta vez no le encuentro sabor alguno.

"Lo lamento, amigo… yo solo creí que podríamos investigar a fondo… perdón" Eduardo guarda su teléfono y regresa a su lugar lentamente.

"No mencionemos nada de esos sujetos, no hasta que sepamos que somos tan fuertes como ellos", dice Diana, tomando el control de la situación.

Todos asentimos y continuamos con nuestro desayuno, sin embargo, lo que he visto me ha dejado frustrado. ¿Quién rayos son esas personas? Cada día que pasa me deja más en duda. Me conocen, así que eso de que vienen del futuro no me parece tan loco. No descansaré hasta saber la verdad.

El día avanza rápidamente; las clases son aburridas y largas, las exposiciones son molestas. Emily expone su tema con mucha dedicación y realmente le aplaudo por orgullo y satisfacción, pues su trabajo está muy bien realizado. Es el último semestre en este instituto, y aún no sé si realmente quiero ser un mutante activo o un simple humano. Hace meses le dije a mi padre que me haría cargo de la empresa y él se lo tomó en serio, pero no podré hacerlo hasta ver que todo el mundo ha vuelto a la normalidad.

Me gustaría despertar un día y que todo esto de los mutantes solo haya sido un simple sueño, que en realidad mi vida es ordinaria y Emily sigue conmigo junto a mis amigos. Aunque sé que eso es imposible.

Tras el almuerzo todos regresamos a nuestros dormitorios, pero yo solo me cambio de uniforme y regreso a entrenar en el campo de fútbol. Esos sujetos son velocistas y pueden usar la electricidad, no me sorprendería que fueran Timekeepers.

Concentro mi mente por completo y lleno mi mano de electricidad, al verla así recuerdo que justo es como esos sujetos suelen usarla como navaja. No entiendo de donde obtienen que esto corte; es solo electricidad, puede quemar, pero para poder atravesar la piel como una navaja entonces requeriría someter la mano a un inmensa carga eléctrica.

Me acerco a un tronco de árbol viejo que ha sido talado, pues solo su base es lo que queda. Me aseguro de abordar mi mano derecha con toda la electricidad posible mientras percibo como se entumece, puedo sentir la frecuencia, puedo percibir todo. Sin más, golpeo el viejo tronco de árbol, pero lo único que obtengo es amplificar la potencia de mi golpe destrozándolo casi por completo e incendiarlo rápidamente. Seguramente un golpe así en un humano paralizaría su corazón y destrozaría todo su pecho, pero no es como ellos lo hacen, no entiendo realmente su habilidad.

La tarde avanza hasta que los grillos cantan y el cielo se tiñe de colores rosa y amarillos, los estudiantes regresan a sus dormitorios mientras yo sigo entrenando. Mi sudor escurre y siento como estoy llegando a mi límite.

"¡Mierda!", exclamo, cayendo de rodillas sobre el pasto, lleno de impotencia por no haber conseguido siquiera acercarme a lo que esos sujetos hacen.

"¡Estoy harto! ¡Debe haber una maldita forma de hacerles frente!".

Es imposible que sean tan poderosos, ellos deben ser Dioses o algo por el estilo. No puedo creer que sean tan fuertes.

Miro mis manos enrojecidas por el sobreesfuerzo con el uso de electricidad, mis lágrimas brotan y golpeo el pasto con frustración.

"¡Mierda! ¡Mierda!".

"¡Solo quiero saber cómo rayos lo hacen!".

Mi llanto no cesa, mi corazón late con fuerza y mis manos tiemblan. Mi cansancio es notorio, si sigo así perderé el conocimiento o incluso podría morir, he entrenado mucho para poder usar en un gran tiempo prolongando mi electricidad, así como mi retroceso temporal. Si mi retroceso temporal pudiera activarse sin necesidad de juntar mis manos también sería de gran ayuda.

Ahora que recuerdo, mi retroceso se activó por primera vez sin necesidad de usar mis manos, solo por presión emocional. ¿Eso no significa que puedo llegar a usarlo sin necesidad de juntar mis manos? Tal vez si me concentro lo suficiente pueda llegar a hacerlo algún día. Ahora lo que me importa es controlar a la perfección la electricidad, sin ella solo soy un humano común y corriente; no podré defenderme de ningún mutante que tenga poderes de ataque.

Mis manos arden y por última vez comienzo a concentrar la energía en la derecha. No sé cómo rayos lo hacen, pero definitivamente envuelven su mano en la electricidad. Mi mente se ha calmado un poco y creo que ahora puedo pensar claramente de nuevo.

"Respira hondo… un poco más".

En cuanto percibo suficiente energía en mi mano materializo la electricidad y en lugar en envolver mi mano, puedo ver como una esfera flota sobre mi palma. Mi sorpresa es tanta que incluso caigo sobre mi trasero mientras veo esa esfera eléctrica púrpura.

"¿Qué… diablos es esto?".

Miro con asombro y cuando le acerco el índice de mi mano izquierda un pequeño rayo brota de la esfera y lo toca. Sin más, la arrojo al suelo y esta comienza a moverse sin dirección fija; va de un punto a otro mientras los rayos brotan de esta y se adhieren al suelo o a los árboles, básicamente a cualquier obstáculo cercano, además me doy cuenta de que es tan sigilosa que no hace ruido alguno.

"Ya entiendo… es una centella".

¡Es una centella!

Mi mente espabila y corro tras ella sujetándola nuevamente con mi mano y luego la desvanezco. Una centella libre en el instituto puede causar mucho daño, alguien podría morir si esta cosa lo toca. Ahora veo que no he conseguido igualar su habilidad, pero puedo generar centellas, lo que tal vez en un futuro me sea de ayuda para algunas misiones. No sé cómo, pero estoy seguro de que así será.

Caigo sobre el pasto mirando al cielo oscureciéndose gradualmente, extendiendo mis extremidades. Me pregunto cuántos años habrán pasado para que esos sujetos se volvieran tan poderosos. Si son del futuro incluso podrían venir de un siglo hacia adelante.

Puede que esta técnica les haya tomado años en perfeccionarla, no tiene caso que me esfuerce demasiado. Lo haré en cantidades considerables, pero no dejaré de entrenar. Además, mi retroceso temporal también es importante, sobre todo si quiero usarlo como deseo. No planeo rendirme, no lo haré, aunque mis huesos crujan. Voy a volverme más fuerte.