Capítulo 8: Conflicto Solitario

Me había levantado mucho más pronto de lo que debía, así que me esperaba que el instituto estuviera cerrado, o por lo menos, no habría mucha gente allí.

Fui a la estación, y me subí en el primer tren que pasó. Siempre pasaban por mi instituto, por lo lo que no tengo que preocuparme por cual sea.

Cuando iba con mi hermana, siempre teníamos que coger el mismo. Si ella lo perdía, llegaría tarde asegurado. Por eso es que ahora puedo ir más pronto. Por eso ahora tengo que ponerme los cascos, y escuchar música.

Al salir del tren, empecé a ponerme nervioso. Incluso si no iba a haber nadie, se sentía raro venir sin haber dicho nada a nadie. Debería de haber avisado por lo menos a mis amigos, más aún si no he hablado con ellos desde hace 6 días.

La calle estaba un poco vacía, y el sol brillaba de la misma forma que lo hacía mientras estaba en casa.

Todavía iba con el uniforme de verano, ya que todavía hacía un poco de calor, aunque la brisa fresca que me daba de lleno me aliviaba.

No había nadie en la entrada. La verja estaba abierta, por lo que decidí entrar. Después de cambiarme los zapatos, anduve por los pasillos un rato.

Estaba cogiendo una ruta larga para ir a mi clase, era solo una excusa para intentar calmarme. No había ningún chaval por los pasillos, pero, a medio camino…

“:2!”;_¨`* ?” Me topé con el director, y el me llamó por mi apellido. Llevaba una carpeta con él, en vez de su bolsa de cuero, y estaba un poco sorprendido al verme.

“Ah, si… perdón por no avisar de que iba a venir hoy.”

“No, no tienes que disculparte por eso. Pero me sorprende verte tan pronto.” No es que tenga ningún tipo de relación con él, pero supongo que al ser el director, y al estar frente a tal problema, tiene que dirigirse a mi con un buen tono y aparentar preocupado.

“Si, a mi también…”

“De todas formas, me alegra verte de vuelta. Todos estamos contigo.”

Todos estamos contigo’, entonces sí saben que ha pasado…

Después de eso, empezó a preguntarme varias cosas, claro que sin forzarme a responder, y eran cosas relativamente normales.

No fue nada más que una simple muestra de preocupación, ya sea falsa o genuina. He de admitir que, si fuera falsa, sería una actuación perfecta.

Lo único con lo que no me sentí cómodo en la conver-sación es no poder haberle mirado a la cara mientras hablaba. Me preguntó si había hablado con &$%”!, =@º\’ y _¨*^?¿· sobre el tema, también exclamó su lamento sobre lo ocurrido, y dijo unas pocas cosas más.

Cuando dejó de tener más cosas que preguntar, cerramos la conversación, y siguió su camino por el pasillo. Por mi parte, hice lo mismo.

Siento que no hablé mucho, pero no es algo por lo que debería avergonzarme.

Al andar por un tiempo, llegué a mi clase. Me quedé un rato mirando a la puerta, dudando sobre abrirla o no. No iba a haber nadie dentro, pero aún así, estaba temblando. Sabía que, habiendo llegado tan lejos, no podía irme a mi casa, por eso abrí la puerta de la clase, lo suficiente como para pasar, pero sin dejarla muy abierta.

Había alguien dentro.

Era Aritomi, una compañera de clase con la que no tenía relación alguna. Es, por ponerlo de alguna manera, la chica prodigio de clase, aunque solo por sus notas, socialmente es un desastre. Que yo sepa, no está en ningún club, ni en el consejo escolar, y no creo que tenga amigas. Tampoco presto mucha atención en clase como para saber eso.

Simplemente estudia, saca buena nota. Siempre que está en clase, está o escribiendo, o estudiando.

Al escuchar el ruido de la puerta abriéndose, dejó de prestar atención a lo que hacía para mirar quien había entrado.

“…”

“…”

Ambos nos miramos por un momento, en silencio, hasta que ella decidió romper el hielo.

“Veo que ya has decidido volver. Siento mucho lo ocurrido.” A pesar de ofrecer una disculpa, lo dijo con un tono neutro, y hasta monótono. Así no sé si lo dice en serio o no.

“S-Si, gracias.” Yo decidí apartar la mirada, y andar directamente a mi sitio. Ella parecía que iba a decir algo más, pero decidió quedarse callada, y bajó su mirada al.

Al sentarme, ya podía notarme agitado de tan solo hablar con alguien, pero pensé sobre lo que había pasado.

Solo me ha hablado, no ha hecho nada más. Me ha saludado, a mostrado respeto, y ya. Todos saben lo que ha pasado, que me digan esas cosas no es algo raro.

No hay nada de lo que preocuparse…

Poco a poco, fui regulando mi respiración para calmarme. Y, cuando logré calmarme, miré al frente.

Mi sitio estaba bastante lejos de la pizarra, tan solo un sitio por delante del rincón izquierdo, aquel sitio legendario en los animes. Espero que la vida de quien sea que se siente ahí sea interesante.

Delante mía está el sitio de &$%”!. Es a quien voy a tener que ver el primero. No, siempre le voy a estar viendo.

Mientras esperaba a que la clase empezara, decidí mirar por la ventana. Afuera no había nada interesante. Tan solo quería evitar ver a la gente que entrara.

Al poco tiempo, pude oír a un grupo de chicas en el pasillo, el cual abrió la puerta del aula.

No sé de lo que estarían hablando mientras venían, pero al abrir la puerta, todas se callaron. Yo seguí mirando a la ventana, aunque, debajo de la mesa, estaba apretando mi puño. Empecé a controlar mi respiración otra vez.

“...Oye, no es ese…?” Dijo una voz.

“S-Si…” Dijo la segunda voz.

“Mejor le dejamos tranquilo...” Dijo una tercera voz, en un patético intento de susurrar ese comentario.

Después de esos breves comentarios, se quedaron hablando en el sitio de una de las chicas del grupo. Podía sentir los latidos de mi corazón por cada parte de mi cuerpo.

¿Acaso no van a venir a decirme nada? No tienen ninguna razón por la que venir a decirme nada, pero igualmente, ¿no sería una falta de respeto? A mi no me importa, pero me sigue pareciendo raro...

Pensé que tendrían miedo de preguntar por la reacción que podría dar. Quizá quieren evitarme para no molestarme. Al asumir que no estaría bien, han decidido no preguntar nada, o al menos eso voy a creer.

El resto de gente que fue entrando siguió un patrón similar. No hubo mucha gente que comentó sobre mi presencia, pero siempre que alguien entraba a clase, tardaban poco en darse cuenta de que yo estaba dentro de ella.

Llegaba más gente, pero ni &$%”! ni _¨*^?¿· estaban todavía en clase. No esperaba a =@º\’ por su expulsión, todavía le quedaba una semana.

En cierto punto, decidí dejar de mirar a la ventana, y ver a la clase. Nadie estaba mirándome. Cada persona estaba a lo suyo, hablando como cualquier otro día. Yo era el único que estaba tenso.

Los grupos de chicos y chicas eran los mismos de siempre, cada uno hablando de cosas normales. ‘¿Viste el video que pase ayer?’, ’¿Qué tal vas con ese chaval? Seguro que estáis saliendo.’, ‘Si yo soy tonta, entonces tú eres… ehh… ¡Más tonto todavía!’. Un ambiente de clase normal.

Mientras miraba a la clase, sin ver a nadie por encima del hombro, alguien más entró. Dirigí mi mirada a la entrada, y vi quien era. _¨*^?¿· entró a clase.

Pensé en levantarme de mi sitio y saludarle, pero, en cuanto me puso los ojos encima, y se dio cuenta de que estaba en clase, apartó su mirada de mí y fue a sentarse en su sitio. Se le veía más nervioso que yo.

Entiendo que no quiera acercarse a mi. Lo mejor sería esperar a que se calme para acercarme a él. Hablaré con él en el recreo.

Después de eso, el timbre tocó, y poco después, un profesor llegó. Incluso habiendo pasado tanto tiempo, &$%”! no estaba en clase.

Supongo que estará faltando también...” Pensé. No sería raro que él quisiera tener unos días libres también. Dudo que esté en condiciones de venir a clase.

En breve, el profesor empezó a pasar la lista. Cada uno dijo ‘presente’ cuando llamaban su nombre, mientras había algún que otro grupo cuchicheando.

Ahí si que no pude oír lo que decían, pero como nadie estaba mirándome, y tampoco me sentía observado, no le dí muchas vueltas.

Lo que si me preocupaba era el momento en el que diga mi nombre.

No se molestó en decir el nombre de =@º\’ . Puedo entender que lo haga. Más aún, seguramente no diga el mi-

“Riku :2!”;_¨`*.”

“Presente.”

Pude notar casi al instante como la clase se calló al completo. Era como si les hubieran recordado que estaba allí. ¿Acaso he hecho algo malo? Sería la incomodidad del momento, digo yo.

Nadie se giro para verme, pero alguna que otra persona si me miró de reojo. Solo eso me puso lo suficientemente nervioso como para no poder calmarme devuelta, y mi pierna empezó a temblar, con su tick usual.

Aparte de eso, lo único destacable de ese momento fue que, dentro de la gente susurrando, había una voz que sonaba temblorosa, enmascarada en un pobre intento de esconderla, como si le tuviera miedo a algo.

Las primeras 3 clases pasaron rápidas. No presté atención en ningún momento a lo que estábamos dando, aunque no creo que lo hubiera entendido de todas formas.

Estaba subido en las nubes, no solo distrayéndome con cualquier cosa que se me ocurriera, intentando perderme lo suficiente como para dejar de temblar, pero también observando el vació enfrente mía.

En ningún momento llamaba la atención, mi tick nervioso no era muy notable, y mucho menos hacía ruido. Pero aunque no se notara, estaba ahí, al igual que aquel presión en mi pecho.

La clase en si no estaba tensa, nunca lo estuvo en primer lugar, yo soy el único tenso aquí. No tengo que preocuparme de nada.

Todos me están dando espacio a solas para poder calmarme, no quieren hablarme por miedo a hacerme daño. Por mucho que no sean mis amigos, por mucho que solo sean compañeros de clase, pueden entender lo que tiene que ser para mí pasar por esto.

Por eso no me están hablando.

Pero, a su vez, se sienten preocupados. No quieren ver a alguien así. Todos se sienten empáticos hacia mí, quieren ayudar, pero no saben como hacerlo.

Si, es eso, es solo eso.

La tercera clase la dediqué exclusivamente para calmarme. Estuve todo el tiempo centrándome en mi respiración, la cual llevaba tiempo siendo irregular.

Si quería hablar con _¨*^?¿·, tenía que hacerlo calmado, no puedo alterarme de esta forma. Si cierro los ojos, puedo calmarme…

No, voy a calmarme. Cuando me calme, hablaré con él.

Cuando había logrado relajarme, dejando toda tensión de lado, esperé a que tocara el timbre, ya que quedaba poco tiempo de clase.

La espera se me hizo eterna. Por mucho que no estuviera nervioso, podía aburrirme o cansarme del tiempo esperando. Afortunadamente, no tardó tanto en pasar.

En su debido momento, una melodía se escuchó por todo el edificio, y la gente empezó a levantarse de su sitio. Por mi parte, me levanté del mio, para ir con _¨*^?¿·.

Antes de siquiera poder ir con él, este ya se había levantado, y estaba saliendo de clase. No quería llamarle dentro de clase. Decidí seguirlo.

“_¨*^?¿· !” Le llamé, esperando que se girara, pero no me hizo caso.

¿No me escucha? No hay mucha gente en los pasillos, pero puede ser...

Estuve siguiéndolo hasta que, debido al recreo, me topé con una marejada de gente. El pasillo no estaba hasta arriba de gente, podía pasar más o menos bien, pero empecé a perderlo de vista.

Al salir afuera, donde pensé que había ido, me encontré un patio casi desolado, ya que la gente recién estaba saliendo, sin rastro alguno de _¨*^?¿·. Lo había perdido.

Me sentí decepcionado de no haber podido hablar con él, pero no es algo que yo pueda cambiar. Puede que siga dudando sobre si hablarme o no. Por como pueda reaccionar yo, entiendo que tenga miedo a decir nada.

Solo… me gustaría saber si en verdad es así, puedes decir ‘lo siento, ya hablaremos luego’ y puedo quedarme tranquilo.

Supongo que es difícil pensar en esas cosas mientras te preocupas tanto por una solución específica.

1.

Al no poder hablar con _¨*^?¿·, me quedé sentado debajo de un árbol. Usaba un sitio similar en primaria. Normalmente me pondría a leer algo, pero no me he traído nada hoy.

“… En primer lugar, me he dejado la bolsa en clase…” No creo que nadie vaya a hacer nada, no pueden estar en clase durante el recreo, y el profesor se queda dentro hasta que todos se vayan.

Por el momento, me quedaré aquí. No tengo nada mejor que hacer. Solo puedo permitirme pensar. Pensar e imaginar.

En vez de comerme la cabeza con cosas innecesarias imaginar, puedo perder el tiempo con cosas que no me van a hacer daño

Puedo imaginar como me voy a graduar, como voy a trabajar, o como voy a vivir.

También puedo soñar despierto. Soñar que reencarno en un isekai, soñar que soy un héroe de un país en crisis, soñar que soy un detective en busca de un monstruo. Cosas así de infantiles son las que me imagino.

Empecé a hacerlo a modo de juego con ella.

Salíamos al patio de casa a jugar juntos, o imaginar cualquier historia. Recuerdo que nuestros padres nos sacaban una foto siempre que nos dormíamos de tanto jugar.

Normalmente, estábamos los dos juntos, abrazados, o apoyados el uno del otro.

Yo siempre era el primero en dormirme, por eso, si ^[Ç+? se quedaba despierta, se quedaba conmigo, ya sea apo-yando mi cabeza en su regazo, o acariciando mi pelo. En ese entonces no le daban vergüenza esas cosas.

Había veces que lo hacía hasta cuando yo estaba despierto. A mi tampoco me daba vergüenza que me hiciera eso, así que me quedaba callado y disfrutaba. Ahora me da vergüenza el simple hecho de pensar que hacíamos ese tipo de cosas.

Cuando nos metíamos el uno con el otro, siempre me llamaba a mi ‘bebé’, y yo a ella ‘mala madre’. Mi padre le decía tanto a ^[Ç+? que parecíamos madre e hijo, que salieron estos motes.

Solo con llevarme la mano al pelo, puedo recordar la sensación. Incluso siendo un poco más mayores, ella me seguía abrazando y consolándome cuando yo me desahogaba delante de ella. Siempre que me ponía así, la conversación acababa conmigo llorando.

Quizá nunca dejé de ir por su consuelo porque era algo emocional, no verbal. Me aliviaba, pero no me arreglaba. Nunca le voy a poder devolver el favor. Ni siquiera debí de haberlo hecho en primer lugar, al menos, no sin dar algo devuelta.

Aunque no fuera permanente, al menos me podría de buen humor por varias semanas. Si lo hubiera hecho de una mejor manera...

Sin darme cuenta, derramé una lágrima. En cuanto me dí cuenta, la limpié, a su vez que me froté los ojos.

“No es momento de ponerme así…” Exhalé después de suspirar.

Puedo llorar cuando quiera en mi casa. Esa es la excusa que me voy a poner siempre que me sienta así en público. En algún punto se me tiene que pegar la alegría ajena.

Mientras estaba sumido en pensamiento, el timbre empezó a sonar. Miré la hora, y, efectivamente, tenía que volver a clase.

“¿Tan rápido se ha pasado?” Exclamé mientras me levantaba del sitio.

La vuelta por los pasillos fue igual que la ida, había mucha gente en la entrada al edificio, pero al salir del embrollo, se podía andar más o menos tranquilo. Es lo que tiene que este instituto sea tan grande, al menos, un poco más de lo normal.

No sé si he hecho lo correcto en no buscar a _¨*^?¿·. Seguramente estaba en la biblioteca, como no está &$%”!. El problema en sí sería hablar. Creo que debo apegarme a lo que he pensado antes. Darle tiempo.

Prefiero que ellos decidan por voluntad propia a acercarse a mi, y si no lo han hecho todavía, es porque no están preparados.

Por lo menos, lo estoy haciendo bien. Si he podido hacerlo hoy, podré hacerlo mañana.

Aunque mañana no hay clase… Pues el lunes, el lunes seguiré manteniendo el nivel.

Poco a poco, esto volverá a ser algo normal. Tan solo he faltado 4 días a clase, no es para tanto.

Llegué a mi aula. Todavía había gente por los pasillos, hablando los unos con los otros. Me pareció gracioso pensarlo, pero hacía tiempo que no estaba solo en el instituto. No sabría decir si es algo a lo que quiero volver, pero no me molesta, por lo menos.

Viendo a tantos grupos alrededor mía, siendo yo el único que estaba solo en ese pasillo, abrí la puerta de clase.

Faltaba más de la mitad de la clase por llegar, la mayoría estará aprovechando el tiempo que les queda, por muy poco que sea.

Cuanto más tarde venga la gente mejor, así perdemos tiempo de clase.

Esta vez, al abrir la puerta, nadie dejó de hablar. No me prestaron atención alguna, aparte de unas miradas de apenas un segundo. Tendrán que saber quién es el que ha entrado, por lo menos.

Estuve esperando en mi sitio hasta que viniera el resto de la clase y el profesor.

No sé porqué, pero sentía que todo aquel que entraba inmediatamente me miraba a mí, claro que solo era una sensación, y para nada era así. También vi entrar a _¨*^?¿·, el cual tampoco me miró.

Espero por lo menos poder hablar con ellos este fin de semana.

2.

Poco tiempo después, el profesor entró a clase, y por ende, la sesión empezó.

Seguía estando nervioso, solo que menos que antes. Me calmaba más fácilmente si lo intentaba, y casi no me temblaba la pierna.

Respecto a las clases, como siempre, no les presté atención. Excepto quizás en matemáticas, no necesito prestar atención en el resto de clases. Al final, con estudiarlo en casa el día de antes ya me vale.

Prestar atención en clase es como estudiarlo antes, por lo que prefiero distraerme para que pase el tiempo más rápido.

Además, es entretenido buscar algo que hacer en un entorno tan seco, por decirlo de alguna manera. Poder imaginar un drama, o la mejor animación jamás creada por la humanidad, son cosas que no voy a poder hacer en la vida real, pero sí ahí.

Todo es bueno y divertido hasta que consideras el esfuerzo necesario para realizarlo.

Si pudiera elegir entre venir a clase o no, claro que no vendría. Lo que me detiene es el futuro, que, aunque sea muy incierto, puede ser uno mejor si estudio lo suficiente.

Aunque no sepa que voy a ser, si puedo prevenir acabar como no quiera.

La mayoría de las veces, me falta motivación para creer en esto. Hay días que me cuesta levantarme de la cama, y otros en los que ni me levanto. Falto a clases, no por una enfermedad, pero por una incapacidad, una ‘in-voluntad’ que seguramente sea un tipo de enfermedad mayor.

No podemos ser nadie si no tenemos voluntad alguna.

La quinta clase fue igual a la anterior. Nada interesante ni importante. Temas vacíos llenos de preguntas vacías.

Lo que buscan en el programa de educación es un 10% de aprendizaje, y un 90% de comprobación.

Comprueban cuan apto eres para vivir en un futuro, si adquieres la responsabilidad necesaria, si tienes el valor necesario, y los motivos necesarios.

No te enseñan a vivir, no te dicen nada de la vida. Ni cosas útiles para el futuro, ni descripciones de lo que es vivir. Solo te dan ciertos conocimientos, para que te las apañes en el futuro.

Es un sistema hueco, en el cual se enfoca el entusiasmo de los profesores en lo que no se debe.

Está bien poder aprender inglés, o aprender a multiplicar, pero cuanto más se avanza, más se pierde el aprendizaje, y más se realizan pruebas sin sentido.

¿Qué es enseñar a vivir de todas formas? ¿Es saber como buscar trabajo, cómo trabajar en primer lugar, o cómo calcular las facturas de tu hogar?

¿Qué es vivir? ¿Aprovechar el momento?

¿Y qué es aprovechar el momento? ¿Vivir?

La sexta hora se me hizo más larga de lo que debería. Es tan fácil pero a la vez tan difícil ignorar la realidad…

Uno puede aplazar sus problemas, pero estos eventual-mente llegarán. Da miedo pensar que nunca vas a poder evitarlos. Un problema evitado no es un problema, si no un contratiempo.

Supongo que por eso se me da tan mal lidiar con problemas. Sobre todo emocionales.

No creo poder consolar a nadie. No sé como expresarme en general, por lo que dudo poder hacerlo en el momento dado. No tengo tacto alguno para esas cosas. No soy directo ni insensible, pero no sé como actuar.

En medio de mi monólogo individual de último minuto, tuve que bajarme de las nubes. La clase había acabado.

Respiré hondo, y luego exhalé. El último tramo de clase se me hizo mucho más ameno. Me había olvidado por un momento de que antes estaba nervioso.

El profesor no tardó en irse del aula, nos dijo de antemano que tenía una reunión, y por eso se estaba yendo pronto.

Otro día, tendré que hablar con _¨*^?¿· y el resto, pero por hoy, he hecho suficiente. Haber estado aquí ha sido suficiente.

Guardé mis cosas en mi bolsa, me levanté, y la colgué de mi hombro.

“***”

Hablando de _¨*^?¿·, el se estaba yendo solo, otra vez. No le voy a seguir.

“******* ******* ****”

Lo único que me extraña es que lo haya hecho tan rápido.

“*****”

Bueno, da igual, por el momento, debería de irme yo tamb-

“¡Te estoy hablando!”

Una voz se alzó detrás mía. Se sentía muy cerca. Incluso si no sabía si me hablaba a mí, me dí la vuelta.

3.

Detrás mía, estaban 3 chicas. La que me había llamado la atención estaba al frente, con un tono y mirada un poco seria. A su izquierda y derecha habían 2 chicas más, al parecer, un poco asustadas.

Me estaban mirando, aunque rompieron contacto visual en cuanto las miré devuelta.

“… ¿A mí?”

“¡Si, a ti!”

Mientras esa chica hablaba, la gente que aún no se había ido se quedó callada, mirando al grupo de 4 que ahora estaba armando jaleo. Podía sentir como todos se acercaban, junto con murmullos muy débiles como para entenderlos de lejos.

“Solo te voy a preguntar una cosa…”

“…?” No entendía muy bien que tenía que ver con ella. Ahora mismo no se me viene su nombre a la cabeza, pero, creo que era algo como Otsuki… No su apellido era Otsuki.

“…” “…” Ambas de las chicas detrás suya estaban calladas. Creo que ni eran de esta clase. ¿Han entrado después de salir de la suya? ¿Tanto tiempo he tardado en levantarme?

“Bueno, supongo que te habrás enterado de todas formas…”

“… ¿De qué?”

Otsuki se veía tanto sorprendida como decepcionada de mi respuesta.

“… Unos rumores. Rumores que llevan desde el lunes corriendo por el instituto.”

Tan solo me callé, y dejé que ella hablara. Seguía sin entender nada.

Ella suspiró, tratándome como un caso perdido. “… Me parece impresionante que no te hayas enterado…” Pensaba que sería algún chisme sobre &$%”!, y el por qué no estaba yendo a clase, pero a partir de aquí, todo fue cuesta abajo.

“… Menuda poca vergüenza.” Ella terminó la frase con un insulto.

“...Eh?”

“En fin… Todos están hablando sobre lo que pasó el sábado. Antes de decir nada más, siento mucho tu pérdida.” Desde que empezó a hablar, toda la clase se acercó a prestar atención, esto parecía una telenovela.

Me estaba poniendo nervioso. Además, ya han mencionado algo sobre este último sábado. Asumía que toda la clase lo supiera, pero, ¿todo el instituto?

“De igual forma, todavía dudo sobre que creer…” Durante toda su explicación, ella sonaba ligeramente enfadada, no sé de qué. No se me ocurre nada. Estaba hablando de una forma muy ambigua.

“… Me imaginaba que os habríais enterado. Y, gracias por el pésame.” Le respondí.

“No, creo que no me estás entendiendo…” Ella recalcó. ¿Qué es lo que no voy a entender de algo tan claro y tan reciente?

“¿Sobre qué? De verdad que no quiero hablar más del tema.” Intentaba hablar bajo. Con un tono lo suficiente-mente alto como para que me escuche, pero bajo para no llamar la atención. Intentaba dar por acabada la conversación.

Todos en la clase estaban al frente mía, prestando atención. Con unas miradas expectantes, en busca de algo.

“Que-… No, de verdad no sabes de lo que hablo…” Después de asegurarse de estar en lo correcto, Otsuki le pidió a una de las chicas en su espalda una petición extraña, no por ser única, pero por la situación dada.

“Tsukiyomi, puedes poner el video?” Se lo pidió a la chica de su derecha.

Esta no tardó en sacar el móvil, y desbloquearlo. Después de buscarlo un poco, me puso algo.

“Sigo sin creer que haya pasado lo que dicen que ha pasado, solo hazme el favor de mirarlo.”

Puso en el móvil un video. Vino al lado mía solo para enseñármelo.

En el inicio de este, estaban las 2 chicas de ahora, las que estaban a su lado, andando por la calle.

[Hola, Atsumi!] Tsukiyomi estaba saludando a la cámara, la cual estaba en modo selfie. [Holi holi!], la otra chica estaba detrás suya.

[Mira, estábamos yendo a tu casa, para sacarte de ella y quedar a dormir con nosotras.] Ambas tenían un tono alegre y animado.

[Nosotros convencemos a tus padres, no te preocupes.]

[Si. Y si no te dejan quedar a dormir, entonces dormimos en tu casa!]

Ambas tenían un tono de voz animado, a pesar de ser un poco tarde. Estaban caminando mientras hablaban.

[No vale sacarnos a la fuerza! Como haces otras veces…]

[Cuando lleguemos a tu casa nos dices si puedes, vale?]

[Eso!]

[Bueno, estamos ahí en-] Su frase se interrumpió brevemente, pero no por voluntad propia.

[AAAAAHHH!!!] Un repentino grito se pudo escuchar a lo lejos. Sonaba agonizado, desesperado. Roto.

[...¡¿Qué a sido eso?!]

[N-no ha venido de muy lejos…]

La entonación y expresión de ambas mostraba una clara sorpresa y preocupación.

[Crees que deberíamos ir?]

[No se… A mi me da mal rollo… No quiero meterme en líos.]

El móvil pasó a grabar al suelo. No estaban prestando atención a lo que grababa.

[Y si es algo serio?]

[Ya… pero…]

[Podemos echar un vistazo, y si es algo malo, podemos grabarlo con el móvil como prueba y llamar a la policía.]

[E-en serio quieres hacer algo así?…]

[Nada bueno puede venir de un grito así… Te prometo que nos vamos en cuanto haya algo raro.]

[...Sin pensarlo dos veces.]

[Si. No te preocupes. Me sabría mal que luego en las noticias digan que ha pasado algo por aquí.] Tsukiyomi era la que insistía en ir a ver de donde venía el grito. Ella continuó hablando, ahora a cámara.

[Atsumi, si no llegamos a tu casa, encuentra nuestros cuerpos por nuestro bien, ¿si?]

[¡¡D-deja esas bromas para otro momento!!] Tsukiyomi estaba con el mismo tono alegre y tonto de antes, mientras que la otra chica estaba nerviosa.

[Luego continuaré el video, por ahora, lo voy a cortar.] Tal y como dijo, el video se acabó.

Lo único interesante que podía sacar del video era el grito. No sé si lo reconozco, y definitivamente no he escuchado ningún grito en mi vecindario hace poco…

“Hay más.”

“...S-si.” Todavía estaba confundido. Quizá es solo que estaban sorprendidas de que no supiera nada del rumor, y que no hubiese comentado nada con nadie acerca de él.

El resto de la clase observaba nuestra interacción, sin querer ver el video en lo absoluto.

Estaba tenso. Más que por lo que pueda salir en el video, es por la atención de toda la clase a la situación. ¿No podéis iros a casa?

Tsukiyomi puso el siguiente video. Se podían escuchar varias voces a lo lejos, solo que una destacaba.

[Yo…] Al principio, no pude escucharla bien.

Las chicas estaban por asomarse de una esquina. En el video, la cámara frontal estaba puesta, y estaba grabando como andaban silenciosamente hacia una calle, pegadas a la pared.

[Y-ya hemos llegado, no sabemos todavía lo que está pasando.]

[Si, Tsukiyomi va a hacer los honores de asomarse.]

[¿¡P-por qué yo !?] Ambas procuraban hablar en bajo, para que no se les oyera. La voz a lo lejos todavía era difusa

[¡Eras tú la que quería venir aquí!]

[Ugh… V-vale, lo haré.]

El móvil estaba temblando ligeramente, mientras se acercaba más y más a cruzar la esquina.

[Yo…] Solo eso me bastó para entenderlo todo. Pasé de estar nervioso e intrigado a agitado y presionado.

El móvil se asomó por la esquina.

[Qué está…] La voz de Tsukiyomi se calló al instante.

[...Eh?] Ella hizo zoom con la cámara, para que se pudiera ver mejor la escena.

Una ambulancia estaba parada en medio de la calle, enfrente de una casa. Fuera habían 2 policías, al lado de una ambulancia SVA, y con su respectivo coche cerca de la misma. Un chico estaba sentado en el suelo de la calle, con sus manos cubriendo su cabeza, mirando al suelo encogido.

Sangre.

[…] Se podía notar como Tsukiyomi estaba en un estado de shock, no solo por la escena, pero también por la voz prominente.

LA HE MATADO!] Solo escuchar un grito tan roto y desesperado me echó para atrás. Con eso podría haber despertado a más de uno.

Ambos policías estaban intentando ayudar al chico, sujetándolo e intentando cualquier cosa para calmarlo, aunque sus intentos se hundían ante la drástica actitud del joven.

Con razón, la gente en las casas cercanas salieron a ver que pasaba.

Su chaqueta, sus pantalones, y sus manos estaban ligeramente manchadas de sangre. Tenía la marca de una mano en su mejilla derecha, dibujada también con sangre, y su pelo también estaba sucio de la misma.

Exclamaba todo el rato esa misma frase, “la he matado…”

[CON MIS PROPIAS MANOS…]

Mientras sus llantos continuaban, la escena seguía.

5 personas salieron de la casa, llevando una camilla consigo, en la cual había una persona. La camilla estaba manchada con sangre, al igual que los paramédicos.

En cuanto salieron, el chico alzó su mirada, y se quedó estupefacto ante la escena. Intentaba decir algo, pero no podía. Tan solo tartamudeaba.

Este estaba por levantarse, y lanzarse hacia la camilla, pero…

[No mires. Cálmate, todo va a salir bien. Mírame a los ojos, ella va a-] Uno de los policías enfrente del joven intentó hablarle mientras le sujetaba de los hombros, intentando tapar con su cuerpo la escena tan cruda que estaba ocurriendo.

[¡¡¡AMAYA!!!] No…

Ambos hombres tuvieron que retener al chico, el cual intentaba abalanzarse hacia la persona en la camilla, chillando desesperadamente en el acto, pero a su vez, mostrando una rabia pura, casi animal.

[¡NO! ¡NO OS LA LLEVÉIS! ¡POR FAVOR! No...]

Jadeos y quejas era lo que se podía escuchar del joven, mientras los paramédicos subían a la chica a la ambulancia.

[…]

[¿Q-qué está-?]

[No te acerques, Hina. Vayámonos. Ya quedaremos otro día] Tsukiyomi le dijo a la otra chica, mientras se daba la vuelta, olvidando acabar el video.

Ambas sonaban nerviosas, Hina con duda, pero, Tsukiyomi sonaba aterrada.

El video acababa ahí. No podía aguantar más.

Peso, presión, opresión, temblores, náuseas. Un aura tensa me envolvía, a la vez que todo tomaba un tono más oscuro, pero a la vez, perdía su color.

Tsukiyomi, en clase, estaba llorando. Estaba agachada, tapándose la cara. Hina intentaba calmarla, aunque ella también estaba agitada.

“V-vamos… explica esto… a todos... por favor.” Hasta Otsuki estaba en cierto conflicto después de ver otra vez el video.

La gente ya sabía todo esto. Ya lo habían visto. Estaban hablando entre ellos. Sobre mi. Culpándome.

Por mi parte, intentaba alejarme paso a paso de todos ellos, pero las piernas no me respondían.

Estaban temblando. Era como si estuviera dando golpes al suelo a propósito. Tampoco me veía capaz de decir nada en ese momento.

“Y-yo…” Las pocas palabras que salían de mi boca eran demasiado débiles como para ser escuchadas.

Cada vez, podía escuchar más y más mi nombre en sus bocas.

Riku. Riku. Riku. Riku. Riku. Riku. Riku. Riku. Riku. Riku.

Las voces que hablaban entre ellas me presionaban poco a poco a hablar.

Las caras de la gente que tenía alrededor se oscurecían cada vez más.

Sus ojos eran lo único que aún brillaba.

Todos marcados en mi.

Querían saber el significado de mis palabras.

La única cara que podía distinguir era la de Otsuki.

Odio.

Duda.

Esperanza.

Cada segundo que me quedaba en silencio, aumentaba la tensión en la clase.

Todos me miraban. No distinguía que decían los berridos de el resto de gente, solo sabía que iban dirigidos hacia mi.

Presión.

Estaba todo oscuro.

Presión

Iba a hablar.

Presión.

Quería hacer que todo parara.

Solución.

“Yo no…”

Petición.

“¡Di algo!” Exclamó Otsuki, esperando una respuesta, clara. Si o no.

Respuesta.

“Ella se suicidó…”

Silencio.

Todos entendieron que dije algo, pero no lo que dije. Esperaban a que lo dijera otra vez.

“¿Qué ha dicho?’” “¿Os habéis enterado?” “¡Repítelo!”

“¿Tú no has hecho nada, verdad?” Tsukiyomi intentaba convencerse de que lo que ella pensaba era mentira.

Pero no podía hablar.

Nada salía de mi boca.

Ya no veía nada.

Negro.

Estaba perdido.

No podía hacer nada.

No era capaz de hacer nada.

Quería encogerme y taparme los oídos.

Pero tampoco podía hacer eso.

Todos me mirarían con más desprecio si lo hiciera.

Me temblaba el alma.

No sentía nada, pero lo entendía todo.

Todavía podía escuchar todas esas voces.

Ese débil llanto detrás de el muro impenetrable que tenía en frente.

Tenía miedo. Nunca me había sentido tan aterrado, tan presionado.

Todo era horrible. Todos me estaban mirando. No tenía a nadie a mi lado. Todos estaban en mi contra.

Me sentía...

...tan solo.

“¡¿A qué viene tanto escándalo?!” Un profesor enfadado irrumpió dentro del aula. Por un momento, pude ver todo otra vez.

Toda la clase se giró a ver al profesor, excepto yo.

...Ahora.

No tenía a nadie detrás mía. Podía huir. Iba a huir. Me di la vuelta.

Dejé de ver a toda la gente que estaba allí. Parecía como si estuviera solo.

Pero, al darme la vuelta, algo me impedía salir.

Alguien me bloqueaba la salida.

Un lugar blanco.

4.

Riku se encontraba de nuevo en aquel lugar. Seguía sin entender por qué ocurría en primer lugar, o por qué existía. Para él, no era más que una molestia. Era similar a que le arrebatar la oportunidad de enseñar su valor.

Como la primera vez, él se encontraba allí. En vez de usar el chandal naranja y negro de la última vez, estaba usando el uniforme del instituto.

Riku se quedó parado enfrente suya. Iba a huir. Quería huir.

Él, por otra parte, estaba callado, con una expresión que no decía nada. Solo estaba mirando a Riku directamente a los ojos.

¿Qué es lo que quieres ahora?

Él sonaba molesto. Otra vez encarado por él, se sentía como un castigo.

“¿No crees que lo que ibas a hacer es algo estúpido?”

Mientras una sonrisa aparecía en su cara, él se acercó a Riku. Sin siquiera pararse a pensarlo, Riku dio un paso para atrás.

Lo veía únicamente como una amenaza. Su comporta-miento tonto era molesto. Parecía como la imitación de un niño. Una imitación denigrante. Le daba vergüenza ver a alguien de su misma edad comportarse así.

El simple hecho de tener esa sonrisa pegada a la cara, de una manera tan sarcástica, era suficiente para no confiar en él.

Es lo único que puedo hacer

Después de dar un paso adelante, corrigiendo su ‘error’ anterior al retroceder, Riku le agarró del hombro, para apartarlo del medio, empujándolo a un lado.

“¡Qué agresivo!”

Él seguía manteniendo la compostura, mientras Riku lo miraba de reojo.

Pero, un solo pestañeo fue lo que lo necesario para que Riku lo perdiera de vista.

Al seguir andando hacia delante, Riku se chocó con algo al momento de pestañear.

¡¿…?!

Se echó para atrás, para ver qué estaba pasando.

“También deberías de mirar por donde vas. Si te distraes con algo tan pequeño en un mundo tan grande y vacío, no creo que el problema sea del mundo.”

Riku miró hacia atrás, para comprobar que, efectivamente, él había cambiado de lugar en un instante.

Al hablar, él extendió su mano hacia el lugar en el que Riku se estaba fijando. Estaba vacío, tal y como el resto del lugar.

“Puedes tomarte una pastilla si empiezas a ver alucinaciones~”

Me vendría bien que desaparecieras si me tomo una, si.

“¡Qué malo!”

Él no paraba de hacer movimientos exagerados, como si de un loco se tratara.

¿Qué vas a hacer entonces?

Riku había asumido que sería imposible quitarse a una sanguijuela así de encima. Tenía prisa, de todas formas. Aunque él se lo impidiera, necesitaba volver.

“Eres tú el que quiere hacer algo.”

¡Por eso mismo quiero que te quites de en medio!

“Que me quite del medio, que me vaya…”

Él aparentaba divagar sobre las intenciones de Riku, pero se lo tomaba todo a broma. Nadie podría tomarse nada de lo que decía en serio con aquel tono. Algo puramente sarcástico no puede hacer nada. Por eso la gente falsa no es capaz de nada.

“… ¿Acaso crees que si te dejo avanzar algo va a cambiar?”

Por eso rompió esa compostura de bufón. Aún mantenía ese aire que insinuaba que solo jugaba con Riku, pero su tono era mucho más serio, destacando su intacta sonrisa, la cual no encajaba con su humor en absoluto.

Si me dejas ir, puedo intentarlo otra vez.

“¿Crees que puedes cambiar en tan poco tiempo?”

No voy a cambiar, solo voy a decirles lo que ha pasado.

Riku volvió a agarrar su hombro, buscando apartarle de nuevo.

“Pero no eres capaz de hacerlo si no cambias.”

Él se quitó la mano de Riku de encima, apartándola con el brazo del hombro que Riku agarraba.

“¿Te ves capaz de hacer algo en el estado deplorable en el que estás?”

Al apartar el brazo de Riku, este se empezó a desquebrajar con el leve contacto que Él hizo. Una grieta se formó tanto en su uniforme, como en el brazo en sí.

¿Qué?

“¿Tanto te puedo hacer con tan solo tocarte? No me esperaba que estuvieras así. Ni que te estuvieras muriendo. Que exagerado…”

Él dejó la seriedad a un lado, y volvió a usar ese tono juguetón e infantil característico de él.

Riku no apartó su mirada del brazo. Por mucho que lo tocara, no le pasaría absolutamente nada. No se rompía más, y tampoco le dolía. Solo cuando él le tocó fue cuando se rompió.

Con solo ver eso, dejó de intentar avanzar.

Entonces…

Riku intentó una vez más huir con otra apertura. Si el frente era lo único cubierto, puede huir por el lado, o en este caso, hacia atrás.

Intentó darse la vuelta lo más rápido posible, pero…

“Si no te ha funcionado antes, ¿por qué lo intentas otra vez?”

Joder...

“¿Acaso quieres que te rodeé por todas las direcciones posibles? ¿Solo así podrás ver tu impotencia? ¿O acaso tienen que romperte más?”

Él se encontraba delante de Riku otra vez, ambas manos enlazadas una con la otra en su espalda. No las necesitaba en ese momento.

Vale, me rindo.

Decepcionado de tal resultado, Riku alzó las manos al cielo de una manera vaga, sin levantar más allá del codo.

“Tampoco tienes que levantar las manos, ni que te fuera a atracar.”

No te preocupes, estás haciendo algo mucho peor.

La conversación había llegado a un punto muerto. Ya no iba a ocurrir nada más. Riku había aceptado por el momento que no podía llevarle la contraria, pero quería salir de ese lugar más que nada.

¿Qué es lo que quieres?

“Me pregunto que querré…”

No quiero perder más tiempo en esta mierda de lugar.

“Bueno, que remedio.”

Él suspiró. Como si fuera a divagar, este empezó a andar en círculos alrededor de Riku mientras hablaba.

“Si tuviera que decirte algo, te diría que yo no quiero nada de ti. En primer lugar, no me vas a aportar nada. En segundo lugar, nada, eso lo que me vas a aportar. No voy a ganar nada de esto. ¿Te ha quedado claro ahora?”

¿Por qué no me dejas ir entonces?

“Porque entonces no irías a ningún lado. Esto no es un lugar plano. Da igual hacia adonde corras, no llegarás a nada.”

Si no me vas a decir nada, encontraré la salida yo solo.

“Encontrarás la salida cuando hayas cumplido tu propósito aquí.”

¡¿Y qué pinto yo aquí?!

“Tú estás a cargo de todo este lugar, así que tu sabrás…”

Riku estaba enfadado de no entender nada y de no obtener ninguna respuesta. Estaba demasiado impaciente como para tener que escuchar su palabrería. Estaba frustrado de no poder salir.

Por otra parte, él dejó de andar en círculos, y pasó a tener una expresión y una voz más neutra y fría. Para él, esto ya no era una broma

“Si quieres irte, entonces dime. ¿Cuál es tu razón para salir de aquí?”

Ya te lo he dicho, tengo que volver…

“¿Volver para qué?”

Le tengo que explicar a todos lo que ha pasado.

“¿Qué a pasado?”

Tengo que decirles que se equivocan.

“¿Sobre qué?”

Sobre el video que me han enseñado.

“¿Qué video?”

El que me han enseñado antes de volver aquí.

“… Entonces, pretendes defenderte, ¿es eso cierto?”

Si… No, tan solo quiero aclararles la verdad.

“Sabes que si les dices la verdad, te estás defendiendo, ¿no?”

¿A qué viene eso?

“Si no entiendes el propósito de algo tan claro, mejor vayamos por algo más sencillo primero…”

Riku no entendía nada de lo que él decía, solo tenía claro lo que iba a hacer al irse de ese lugar. Después de explicárselo, sabía que eso era lo único que podía hacer.

“¿Cómo vas a explicarles todo?”

¿Por qué preguntas eso? ¿No está claro? ¿Acaso crees que no me van a creer?

“No. Aunque sea algo que pueda pasar, si tu padre hablara con ellos, por lo menos uno de ellos, podría arreglarlo todo.”

¡Por eso mismo tengo que irme de aquí! No puedo dejar que duden de mí por más tiempo…

“¿Cómo vas a explicarles todo?”

¡Te acabo de responder! ¡Les voy a decir lo que ha pasado!

“¿Qué vas a usar para decirles lo que ha pasado?”

¿Qué? ¿Cómo crees que lo voy a hacer? Solo tengo que hablar con ellos y aclararlo todo.

“No vas a poder hablar con ellos.”

¡Si vas a soltar esas tonterías, mejor déjame irme de una vez!

“¿Siquiera has dejado de temblar?”

¿Eh?

Riku no notaba nada raro en su cuerpo. Estaba normal. No estaba temblando, no se encontraba estresado, nada le fallaba. Lo único a destacar era la grieta en su brazo, pero incluso con eso, sería capaz de hablar.

“¿Cómo vas a ser capaz de hablar si no puedes ni controlar lo que dices?”

Pero, yo no…

Su afirmación fue suficiente para alterar poco a poco a Riku. Era como si le estuviera recordando la situación en la que se encontraba.

“No puedes decirles nada si no eres capaz de mirarla a los ojos y decirlo todo sin titubear.

“En el momento que pestañees, empezarás a llorar, lo sabes mejor que nadie.

“Si no puedes mirarles a la cara mientras lo dices, ¿cómo esperas que te crean?

“Si no se lo puedes decir de buena manera, ¿cómo puedes pensar que van a confiar en ti?

“Dentro de ellos hay una mezcla de miedo y morbo. Se mueren por saber una respuesta, porque saben que sería una locura que lo que ellos creen sea verdad.

“Por eso prefieren creer lo que quieran si no dices nada.

Él empezó a acercarse a Riku poco a poco, y este, en cuanto notaba que se acercaba, empezó a dar pasos hacia atrás. No buscaba huir, pero no quería tenerlo cerca.

Cuanto más se acercaba, más se estresaba, y más le dolía el pecho. Por eso se alejaba.

Él estaba enfadándose cada vez más

“¡Si no has sido capaz de cambiar en 15 años, es imposible que cambies ahora!”

N-no, todavía puedo hacerlo. Puedo demostrarles que puedo cambiar.

“¡De todas formas, cambiar ahora no serviría para nada!

“¿¡Piensas que con solo seguir adelante es suficiente!?

“¿¡Acaso piensas que dejar todo el peso de lado es suficiente!?”

“¡No va a haber nadie que vaya a llevar ese peso por ti! ¡Es algo que solo tú puedes soportar! ¡Intentar ignorarlo te acabará agotando más!”

Puedo cambiar incluso llevando ese peso. Se lo puedo contar. Puedo calmar-

“Te estás sobrestimando. Sabes mejor que nadie que decir cosas es muy fácil, pero cuando intentes hacerlo solo vas a fracasar. No puedes aguantar tantas miradas de tantas personas encima tuya. ¡No podrías ni con una!”

E-eso no es verdad, puedo hacerlo… yo…

“¡Deberías de haber tenido esa actitud mucho antes! ¡¿De qué te vale ser positivo ahora?! ¡¿Es una caridad hacia ti mismo?!”

N-no… Y-yo…

“¡Gente como tú debería saborear el fracaso al que nunca están expuestos por no arriesgarse nunca!”

Puedo intentarlo ahora…

“¡Podrías si estuvieras preparado! ¡Si te pones a vivir la vida a ciegas , solo vas a ir a peor! ¡Deberías de decir lo que piensas que vas a ser capaz de hacer, y no hacer esas falsas promesas!

“¡De nada vale una actitud tan positiva que no va a llevarte a ningún lado!”

Su ira había cesado. Riku solo podía revolcarse en su realidad. Estaba temblando. Sus piernas no le respondían. Tampoco le podía mirar a la cara, estaba demasiado concentrado en no llorar como para hacerlo. Mucho menos podría hablar. Todo estaba en su contra, otra vez.

“… De todas formas, esa palabrería no vale nada si en el momento de la verdad lo único que vas a hacer es huir.

“Actúas como si pudieras evitarlo todo. Lo único que consigues es aplazar las cosas. No puedes huir. Nada de lo hagas hoy será recordado para siempre, pero todos tendrán en cuenta lo que ha pasado hoy tiempo suficiente como para que te afecte.”

“No se puede borrar lo que se ha hecho, lo que está por ocurrir no lo decide nadie, y la situación de ahora siempre será un caos. ¿Sería sensato decir que nada de eso tiene sentido, si la realidad siempre a sido así?”

...Yo no…

“No es su culpa que ellos piensen de esa manera. No es tu culpa querer enfrentarlos. Pero ellos no tienen la delicadeza necesaria para preguntar las cosas, más si tenemos en cuenta la idea tan drástica que tienen metida en la cabeza, y para colmo, tú no eres capaz de enfrentarlos, no es algo propio de ti. ¿Donde está toda esa motivación y esperanza que tenías en la convención?”

...Entonces, ¿qué hago?

“Es tu elección. Si no puedes aguantar esa presión, puedes liberarla.

“El precio a pagar para poder hablar sería la humillación de tal explosión

“La gente olvidaría todo el drama de ese video, para recordar la historia de aquel crio que lloró como un bebé por una tontería.”

...

“¿Qué vas a hacer hacer, Riku?”

Ellos no están equivocados… soy yo quien no entiende lo que está pasando.

Al escuchar esa frase, su sonrisa volvió ligeramente a su cara.

“Veo que por fin has abierto los ojos”

Es… ¿Es realmente lo que quiero?

“¡Sabes de sobra que odiarías que te pasara eso, es normal que no quieras que pase!”

Él alzó sus brazos al cielo, mientras sonaba con un tono de excitación y satisfacción en su voz. La ira de hace poco ahora era puro éxtasis.

“¡Pero es un sueño que siempre a parecido tan lejos!

“Esta la situación bizarra que necesitabas.”

Castigo…

“Pagar por tus acciones. Pagar con tu pereza. ¿No decías que merecías ser juzgado, pero que todos lo verían como tragedia?”

Si… si dejo que…

“¡Ahora puedes encontrar el perdón de una manera distinta! ¡Ahora es cuando puedes redimirte!”

No… No puedo…

“¡Esto es lo que ella querría!”

¿…?

Dentro de ese espacio, Riku estaba inmóvil, centrado solo en el conflicto que ocurría en su mente. Él estaba revoloteando alrededor suya, encendiendo su llama interior.

Por cada vuelta que hacía, más confundía a Riku.

Por cada paso que daba, más dividía a Riku.

Por cada recuerdo que traía, más desesperaba a Riku.

Las voces poco a poco volvían, todas repitiendo esa frase manchada de rojo. Ese blanco que rodeaba a ambos se volvía cada vez más intenso, mientras que un ruido del mismo color invadía su oído.

Solo una frase resonó dentro de Riku, pero este tardó en reaccionar.

“Siendo tú el responsable, deberías sentir lo que ella sintió en su momento. ¡Eso es pagar!”

“Regocijarte ante semejante trato de mierda, del que nunca la pudiste sacar!”

El ahora brillante blanco empezó a cegar a Riku, siendo este lo único visible su mente, además de él.

“¡Deja que el resto se te eche encima! ¡Deja que ellos mismos decidan tu destino!”

“¡¡Es lo que te mereces!!”

Todo parecía dar vueltas. Riku colapsó, intentando mantenerse de pie apoyando sus manos en el suelo, el cual parecía que le iba a quemar las manos de tanto brillo. Las voces cada vez se hacían más presentes, y se pisaban las unas a las otras. Pero la suya siempre sería la dominante.

“Nadie es capaz de compensar sus errores. Están destinados a vivir junto a ellos, y, si son lo suficiente inteligentes, su presencia les recordara que no hacer para no volver a cometerlos.”

Nunca paró de temblar. Sus dientes seguían chocándose, al estar su mandíbula temblando. No podía mantenerse sentado de lo mucho que temblaba, sus brazos no podían soportarlo. Iban a colapsar.

“¡Y tú no eres la excepción! ¡Acepta tu fracaso y vive con él! ¡Acepta tu castigo y vive con él! ¿Qué va a poder arreglar alguien quien lo ha roto todo?”

La grieta de su brazo izquierdo empezó a agrietarse más, esparciendo dolor a través de su cuerpo. A partir de ese momento, aquella grieta empezó a doler, como si alguien le estuviera apretando.

“¡No es culpa del resto que seas tan débil! ¡Todo es una elección tuya!”

“No vas a arreglar nada, por eso, deja que el resto disfrute de tu sufrimiento!”

Ella no…

Riku empezó a pensar de nuevo. Todavía estaba temblando. A duras penas podía mantener sus brazos en esa postura.

“¿¿Nada tiene sentido de todas formas, así que por qué no darle uno ahora??”

Ellos no…

Intentó plantar su pie en el suelo. Quemaba. Sentía que se le rompería si ejercía más fuerza, pensaba que no podía levantarse. Todos querían verle tirado en el suelo.

“¡Nadie confiaba en ti igualmente, sería mejor que por lo menos les aportes algo bueno!”

Yo no…

Las voces le estaban mareando, su brazo le estaba matando, y el peso le estaba aplastando, pero aún así, lo intentó. Dejó de apoyarse en el suelo con los brazos, para levantarse con las piernas. Poco a poco, pudo alzarse, sintiendo una sensación horrible por cada centímetro que subía.

“¡No ibas a conseguir nada de todas formas, así que ahora puedes hacer algo!”

No te atrevas a decirlo otra vez…

Riku estaba de pie, con los ojos cerrados. La luz no le dejaba abrirlos. Pero eso no le iba a detener. Poco a poco, pudo abrir los ojos. Aunque estos lloraran, iba a poder ver lo que tenía en frente.

“¡¡Ambos ibais a compartir el mismo destino, por algo erais hermanos!!”

Tú…

Esa luz que lo deslumbraba, poco a poco se apagaba. Se volvía negra.

“Siempre has sido un fraude, un don nadie!”

“¡Tan solo se te acercó alguien para habar poder hablar con ella! ¡Solo eras un medio, un utensilio!”

“¡Ella sí debería de haber tenido amigos! ¡Ella sí tenía algo de identidad! ¡Tú solo eres alguien que le sigue el juego al resto! ¡No eres nada!”

Estoy harto de escuchar esto.

Algo empezó a tirar del brazo agrietado de Riku. Le estaba tirando desde atrás.

“¡Ríndete por su bien! ¡Es lo mejor que puedes hacer! ¡Si solo sufres, acabarás muriendo antes de lo que te mereces!”

No puedo más con esta tontería.

No dejaba de tirar de Riku. No tenía intención de parar. Su voz era la única que se podía escuchar. Le estaba dejando sordo.

“Tú eres el que quería esto.”

...

Riku se giró rápidamente, estaba listo para deshacerse de él. Estaba harto de escucharle. Quería salir de ese lugar, para encontrar una solución más cómoda. Solo que, la fuerza que tiraba de su brazo no le dejaba irse. Él no le dejaba irse.

Riku apretó el puño, decidido en que hacer. Iba a pegarle. Este puso toda la fuerza posible en su brazo. No iba a dejar que se metiera en su camino otra vez más.

“DEJAME EN PAZ!” Grité.

Con toda la fuerza posible, hundí mi puño en la cara de Otsuki.

“¡¡Ah!!” Otsuki soltó un gemido de dolor.

Yo no era muy fuerte, pero le pegué suficientemente fuerte como para casi caerse al suelo. Tsukiyomi logró evitar que ella cayera.

Nadie digo una sola palabra.

Otsuki empezó a sangrar por la nariz. Hina, después de un breve estado de sorpresa, sacó pañuelos de su bolsa para dárselos a ella.

Todos estaban atónitos. El que más lo estaba era yo.

¡¿Eh?!

Todavía estaba alterado. Aún me temblaba todo el cuerpo, además de la voz, y podía notar como el peso en mi pecho pasó a ser un agudo pinchazo.

“¿¡Qué crees que estás haciendo!?” Gritó el profesor que recién había llegado, estando debajo del marco de la puerta.

Ese grito trajo a todos de vuelta a la realidad.

“Oye…” “¿Qué le pasa?” “¡¿De verdad le ha pegado?!” “Otsuki no le ha hecho nada…”

La mayoría de la gente en la clase solo estaba cuchicheando entre ellos, como antes. Nadie fue realmente a ayudar a Otsuki aparte de Tsukiyomi y Hina.

No suficiente con que me doliera la cabeza, ahora también me dolía el puño derecho, y el brazo izquierdo.

Otsuki me estaba mirando.

Estaba sorprendida, y a su vez tenía un poco de miedo.

Ambos teníamos miedo.

Me estaba matando el simple hecho de que me mirara con esa cara…

Era como si estuviera mirando a un monstruo.

Ya no me estaba juzgando, no sentía nada más que miedo.

“¿Y si al final es verdad?” “¿No es demasiado surrealista?” “Pero, es una posibilidad…” “¡El mismo lo dice en el video!” “Yo sigo sin creerlo.”

Parad.

“¡Era su hermana!” “Puede que lo haya hecho por envidia…” “¿Se habrían peleado?” “Algo así es imperdonable.”

Parad.

¡Y ahora ha hecho esto!” “Anda que pegar a una chica…” “¡Ya te vale!“ “Seguramente le pasó lo mismo con su hermana.” “¿Y si solo puede resolver las cosas así?” “Menudo bruto.” “No puedo estar en la misma clase que alguien así.”

Parad…

“¡Tú! Vas a ir a dirección conmigo, ¡ahora!” El profesor intentó cruzar a la marejada de alumnos para ir a por mi.

¿Cómo sería mi cara es ese momento? ¿Con qué cara me veía el resto? ¿Con qué ojos me estaban mirando?

No sé en qué momento fue, pero fijé mi mirada al frente de nuevo.

Todavía veía a las 3 chicas enfrente mía. Ellas estaban hablando entre sí.

“¿E-estás bien, Otsuki?” Dijo Tsukiyomi.

“S-si… solo… me ha tomado desprevenida… ¡Ay!” Respondió ella.

“Se te ha manchado todo el uniforme… ¿n-no es demasiada sangre?” Dijo Hina.

Las tenía prácticamente al lado.

Otsuki ya no me estaba mirando. Parecía más calmada. Era como si hubiese despertado. Estaba centrada en su nariz.

El profesor se estaba acercando.

Tsukiyomi y Hina estaban junto a ella. Supongo que en breve la iban a llevar con la enfermera.

Todo mi ser me estaba gritando una sola cosa.

Huye.

Esa palabra chirriaba en mi cabeza. Iba a darme la vuelta otra vez. No quería quedarme aquí más tiempo. No quería ir con el director. No quería que me vieran más tiempo.

Lo último que pude ver en clase ese día fue la mirada de Otsuki. Me miró fijamente por un momento.

Era una mezcla de duda, sorpresa, enfado, y arrepentimiento. En ese momento no podría haber descifrado ninguna de esas emociones, pero su mirada me lo dijo todo.

No pensé en ello más tiempo. Si lo hacía, no iba a poder moverme del sitio más tarde. Ya llevaba mi bolsa en mi mano, por lo que solo tenía que hacer una cosa.

Correr.

“Espera!” Gritó el profesor.

Pasé entre las mesas de clase, y salí de la misma.

Estaba corriendo por los pasillos.

No iba a pararme a cambiarme las zapatillas. Si lo hacía, seguramente alguien me detendría.

Podía ver como la gente se paraba a mirarme mientras yo los pasaba. Se estarán preguntando que hago. ‘¿Tendrá prisa?’ ‘¿Llegará tarde a algún lugar?’ ‘¿Tantas ganas tiene de irse a casa?’

En ese momento, nadie me conocía. Solo la gente de mi clase sabía quien era. Nadie en los pasillos reconocería que era el chico de aquel video.

Pero, si vuelvo a venir aquí, ¿sabrán quien soy? ¿Me hablarán? ¿Qué me harán? Lo único que sabía era que eso eran preguntas para el futuro. Ahora solo tenía que correr. Era tan fácil. Por una vez he podido hacer algo.

Lo he logrado.

¿Esto era lo que quería hacer desde el principio?

¿Esto era lo que me merecía?

Ahora todos van a verme con esos ojos, ¿verdad?

...

Yo…

No quiero que me miren así…