—¿Qué está pasando? —preguntó rápidamente Ava cuando Ash subió al coche. Ella había estado absorta jugando en su teléfono mientras estaba sentada dentro del coche cuando notó a Ash salir del restaurante, luciendo muy enojado.
—Esa rubia tonta completamente desperdició mi tiempo —desahogó Ash, aflojando su corbata y desabrochándose los puños de la camisa.
—Respira hondo y vámonos de aquí por ahora. No queremos que Vanessa nos vea aquí —exclamó Ava, pisando el acelerador y alejándose.
Una vez que habían puesto cierta distancia entre ellos y el restaurante, Ava se orilló al lado del camino de servicio para preguntar qué había ocurrido. Sin embargo, cuando miró a Ash, él parecía derrotado, descansando su codo en el alféizar de la ventana del coche con su mano sosteniendo su cabeza.