Advertencia: Este capítulo contiene violencia gráfica y gore.
Islinda aún estaba perturbada por su descubrimiento, y cuando sus ojos se encontraron, un escalofrío recorrió su cuerpo. Sus ojos eran completamente negros, con la pupila cubriendo la esclerótica, sin ningún atisbo de compasión. A diferencia de otras hadas oscuras que mostraban orgullosas sus marcas, este Fae parecía abrazar su cruel y retorcida frialdad.
Su mirada se clavó en la de Islinda, haciéndole preguntarse si podía ver a través de ella. Instintivamente, ella dio un paso atrás, asustada. Sin embargo, él apartó la mirada, sin mostrar signo de reconocimiento. Islinda se colocó la mano sobre el pecho, sintiéndose aliviada.
Eso fue demasiado cerca.
A diferencia de las otras Hadas, él era el único que llevaba ropa, lo que permitía que las runas en sus brazos y cuello asomaran. Islinda lo reconoció como el líder de los villanos y se sintió cautelosa ante su presencia.