La Pareja de Aldric Estaba Desaparecida

—Me traicionaste —acusó Aldric, sus ojos brillando con emociones turbulentas.

—No te traicioné, solo interferí. Te estabas comportando como un imbécil y tuve que detenerte antes de que perdieras a Islinda —respondió ella, inclinando la cabeza—. Seguramente, no quieres eso, ¿verdad?

Aldric gruñó, reacio a admitirlo, pero la culpa brilló en sus ojos antes de desaparecer.

—Suéltame —exigió, tirando de sus ataduras.

—Ya he dejado claro que no te dejaré ir hasta que Islinda tenga algo de libertad sin tu amenaza cerniéndose sobre ella —declaró Maxi, molesta por su demanda incessante.

—No tienes idea de lo que has hecho. Islinda no está segura allí fuera —le dijo Aldric, aún probando las restricciones. Había construido esta prisión sabiendo que sostendría a un Fae, pero no anticipó estar cautivo en ella mismo. Empezaba a irritarle estar impotente.

—Envié a Isaac tras ella. Él la ayudará mientras tú estás aquí abajo. No tienes nada de qué preocuparte —respondió Maxi calmadamente.