Cortar de raíz

—¿Qué?! —El Rey Oberón se sentaba en su trono, sus rasgos contorsionados por la incredulidad mientras Lennox, su asistente de confianza, relataba el impactante relato del confinamiento ilegal de Aldric a manos de Isaac y Maxi, sus más cercanos Fae y su prometida, quienes se atrevieron a retener a un miembro de la realeza como rehén dentro de los mismos muros de su propio castillo.

La audacia de las acciones de Isaac y Maxi dejó al rey momentáneamente sin habla, su mente luchando por reconciliar el descarado desafío contra las leyes no escritas de la jerarquía Fae.

—Increíble —murmuró el Rey Oberón, su voz teñida de incredulidad—. Atreverse a poner las manos sobre la realeza de tal manera... no es nada menos que una sentencia de muerte.

—Tiene razón, su majestad —confirmó Lennox, asintiendo solemnemente.