Mi Humano

Con el excéntrico Fae anciano ya ido, Islinda se quedó sola, reflexionando sobre sus palabras. Aunque no podía entregarse por completo a Aldric, sabiendo que tenía la intención de usarla contra Valerie, eso no significaba que no pudieran llevarse de una manera más amistosa. La tensión constante entre ellos era agotadora, y ella anhelaba un descanso. Esta era su oportunidad de hablar con Aldric sin que Elena estuviera rondando como una abeja, y tenía la intención de aprovecharla al máximo.

Islinda escaneó la escena, sorprendida de ver a Aldric entablando conversación con el grupo de niños, su actitud habitualmente estoica suavizada por la charla y las risas inocentes de ellos.

La vista la dejó atónita, y en ese momento, Islinda vio un atisbo de un lado diferente de Aldric, un lado que era cuidadoso, tierno y sorprendentemente paternal. Comprendió que a pesar de sus defectos, Aldric tenía el potencial de ser un buen padre.