—Islinda solo se dio cuenta de que había estado aferrándose a Aldric como si fuera su salvavidas cuando finalmente se separaron para respirar —murmuró Islinda—. Se miraron a los ojos, intensos orbes azules encontrando unos excitados café, el silencio entre ellos hablando volúmenes mientras saboreaban este raro momento.
—Aldric levantó su pulgar para acariciar el labio inferior de Islinda, enviando un escalofrío de emoción a través de su cuerpo. Ella reprimió el dolor que crecía entre sus piernas, sabiendo que esto no podía seguir ocurriendo.
—Quebrando el silencio, la voz de Aldric era ronca con deseo mientras hablaba, su mirada ardía con la intención de encenderla —Si vas a hablar tonterías con la boca —murmuró—, entonces haz algo mejor con ella.
—Islinda tragó fuerte, su boca se torció al desafiarlo —¿Como besarte? —A pesar de su apariencia externa de ira, su corazón latía fuertemente en su pecho —Tú rompiste la regla —lo acusó.