Kelly se despertó un poco tarde y Clifford ya no estaba en la cama. Inmediatamente se levantó para alistarse, notando que ya eran las diez de la mañana. Se preguntaba adónde había ido Clifford, pero de una cosa estaba segura, debió haber sido una emergencia para que la dejara sola de esa manera.
La curiosidad pudo más que ella, así que rápidamente se dirigió al laboratorio del doctor Iván. De alguna manera, tenía la sensación de que podría tener algo que ver con su condición, aunque se sentía muy bien.
—¿Has visto a Clifford? —preguntó a una enfermera con quien se cruzó, alguien a quien reconocía.
—Oh sí, está en la oficina de doctor Iván. Creo que están discutiendo algo importante ya que él fue allí corriendo —informó la enfermera. Kelly asintió, pero por alguna razón, sintió un retortijón de nerviosismo, preguntándose qué podría ser.
—Por cierto, felicidades, señora White —dijo la enfermera.
—Gracias —respondió Kelly sonriendo cálidamente.