Descubre la verdad

En el Hospital de Médicos Lamey, País Lamey

Arlan caminaba de un lado a otro en el impecable pasillo del hospital. Su habitual calma se había quebrado, reemplazada por una energía inquieta. Pasaba una mano por su oscuro cabello, y sus ojos se dirigían hacia las puertas dobles del laboratorio de diagnóstico cada pocos segundos.

David, su fiel asistente, estaba cerca, observando en silencio su raro despliegue de vulnerabilidad.

—Están tardando demasiado —murmuró Arlan entre dientes, mirando el reloj en la pared.

Cada minuto que pasaba se sentía como una eternidad. El repentino colapso de su esposa había dado vuelta su mundo, y la falta de respuestas solo intensificaba su frustración.

David carraspeó, rompiendo el tenso silencio. —Señor, esta instalación es conocida por su tecnología de punta y experiencia. Pronto tendrán respuestas.