—Si Luis no me lo decía ahora, ¿tú lo habrías mencionado alguna vez? —preguntó, mirándolo fijamente.
Jael desvió la mirada de ella por un segundo. —Lo habría hecho —dijo mientras sus ojos se encontraban de nuevo—. Prometí no ocultarte cosas. Simplemente no quería darte otra cosa de la que preocuparte.
Sus ojos se suavizaron un poco. —No me quejo —dijo y retiró sus manos de él—. Quiero preocuparme por esas cosas.
—Te escucho —dijo él y besó la parte superior de su frente.
—Y come —dijo ella mientras se inclinaba hacia el beso.
—No tienes que decírmelo dos veces —él respondió.
Mauve apoyó su cabeza en su pecho, sin ganas de moverse por un rato. Todo podría haber sido completamente diferente. Él podría haber muerto y ella no lo habría sabido.
Ahora que no estaba enojada porque él lo había ocultado, era golpeada por esto. Nunca realmente había estado preocupada por la vida de Jael ya que era un vampiro pero él no era invencible.