Mauve se limpió las manos en la servilleta mientras se encontraba de pie en medio de la cocina. Acababa de lavar la tierra del jardín de sus dedos. Afortunadamente, había conseguido no ensuciar su atuendo.
Los sirvientes parecían ocupados, ella podía decir que estaban comenzando a prepararse para el almuerzo aunque eso no sería hasta dentro de otras tres horas, pero ya que había más gente en el castillo, necesitarían de ese tiempo para preparar comida para todos.
Mauve notó que Mill no estaba en ningún lugar de la cocina. Había algunos sirvientes que reconocía pero todos mantenían su distancia de ella.
Podría ser por ella o el hecho de que Luis también estaba en la cocina. Él pudo haber esperado afuera, ella no veía por qué tenía que seguirla hasta aquí.
—Gracias —dijo ella al sirviente mientras le devolvía la servilleta.