481. Impotente

Jael frunció el ceño mientras su mirada descansaba en sus guardias personales. Se veían exhaustos. Lo triste era que esto era solo el principio.

—Casi hizo que uno de nosotros se quedara atrás —dijo Erick con una maldición—. No importa cuántas veces le dijimos que los refuerzos llegarían antes de que terminara la noche, aunque ya habías tenido esta conversación con ella.

—Eso es de esperar —empezó a decir Luis—. Su finca fue brutalmente atacada, por supuesto, querría mantener al menos a uno de ustedes para asegurar su seguridad en caso de otro ataque.

—Supongo que tienes razón —dijo Erick sin más argumento.

—Señor —llamó Danag—, ¿cuál es la decisión?

—La misma. Obtener más seguridad y suministros para la finca de Francine. Necesitarán algo de tiempo para reparar el daño que se hizo, nos aseguraremos de ayudar en todo lo que podamos.

—Sí, Señor. Esa es la única ayuda que podemos ofrecer —estuvo de acuerdo Danag.