—Me llamaste —dijo Luis al entrar al estudio de Jael.
—No solo a ti —dijo Jael.
Luis frunció el ceño y miró alrededor del estudio. —Bueno, parece que soy el primero en llegar —se quejó mientras se dejaba caer en el sofá—. Esto mejor que sea importante.
Jael no respondió a esto, simplemente mantuvo su mirada fija hacia adelante como si esperara a que alguien entrara.
—¿Quién más viene? —preguntó Luis ante el silencio de Jael.
—Danag.
Luis frunció el ceño. —Esto es importante, ¿verdad?
—Pensé que eso ya estaba bastante claro.
—No realmente, harías algo como esto para molestarme. Llamar casi tres horas después del amanecer —Luis bostezó—. ¿Tienes idea de lo difícil que es mantenerse despierto?
Jael lo ignoró.
—Esto es sobre la Señorita que el Señor Seraphino trajo, ¿verdad? ¿Quién es? Vi cómo reaccionaron los guardias personales pero fue la reacción de Mauve la que más llamó la atención. Te pareció familiar.
—Ella solía ser la criada de Mauve —dijo Jael.
—¿Solía ser?