597. No estaba descontento

El silencio que se extendía en la biblioteca era lo suficientemente fuerte como para ensordecer a Mauve. Su estómago se anudó. Intentó leer la expresión de Luis, pero era difícil adivinar qué estaba pensando.

—¿Puedo preguntar por qué quieres saberlo? —preguntó él, su mirada sobre su rostro era tan intensa como su voz.

—Bueno, aparte de lo obvio —ella le lanzó una mirada irónica—, dijiste que mi posición puede cambiar con los vampiros.

—¿Y crees que un niño haría eso? —Luis escupió.

Ella se encogió. —No suenes como si odiaras tanto la idea.

—Me disculpo, esa no fue mi intención —suspiró él—. Un niño no cambiará su postura y eso en el caso de que sea posible.

—¿No crees que sea posible? —preguntó ella suavemente.