601. Pantalones

—¿Todavía despierta? —preguntó Mauve horrorizada.

—No puedo creer que me preguntes eso —respondió Jael.

—Bueno, estoy intentando ser lo más silenciosa posible y hace tiempo que no dices ni una palabra, así que asumí que estabas durmiendo.

—Puedo oír claramente el sonido de tu respiración incluso en mi sueño. Te aseguro que no has estado callada de ninguna manera.

—¿Eh? No estaba tan alta —replicó ella.

—No, no lo estabas. Solo quiero decir que no importa cuán silenciosa intentes ser, puedo notar al instante que no estás dormida.

—¿Cómo? —preguntó ella, genuinamente curiosa. Levantó la cabeza para mirarle la cara.

—Respiras diferente. Aparte de eso, ¿no puedes dormir? —preguntó Jael, desviando el enfoque de sus hábitos nocturnos.

Ella negó con la cabeza. —Es más como que aún no tengo sueño —murmuró. Aún le resultaba algo molesto que los vampiros tuvieran un oído tan agudo. —Así que es más difícil caer dormida.

—¿Quieres que cambie eso? —ofreció Jael.